Vecinos de Aguas Vivas y San Blas de Cáceres creen que el traslado del centro de salud les perjudica

El traslado del centro de salud Plaza de Argel al edificio del hospital Virgen de la Montaña no ha caído bien entre los vecinos de dos de los barrios más cercanos al ambulatorio y con una población envejecida, como son Aguas Vivas y San Blas.

Sus representantes vecinales, José María Patrón y José Luis Gibello, consideran que la decisión es desafortunada porque, a su juicio, perjudicará a sus residentes, principalmente, personas mayores con patologías previas que acuden con bastante frecuencia al médico y que ahora tendrán que desplazarse hasta el centro de la ciudad para recibir atención primaria.

«Creo que para Aguas Vivas que lo alejen más es una torpeza, pero sobre todo un inconveniente de cara a la gente mayor, a la que habrá que llevar en taxi o en coche. No han pensado en estas personas», asevera Patrón, que sí vería con buenos ojos un cambio provisional mientras el edificio se sometiera a una hipotética reforma que no se va a dar, ya que esta idea la ha desechado la propia Consejería de Sanidad por el elevado coste de la obra y las limitaciones para intervenir en un inmueble incluido en el Catálogo de Bienes Protegidos. No obstante, el consejero Vergeles no descartó el martes la posibilidad de encontrar en el futuro una ubicación diferente para dicho centro, consciente de la distancia que lo separa del Hospital Provincial.

En San Blas, su presidente, que es de la misma opinión de Patrón, reconoce que la noticia les ha causado cierta sorpresa porque, según expone, el vecindario, como el de otras zonas a las que da cobertura, «es mayor y el traslado entrañará más dificultad en cuanto a las comunicaciones por transporte público», declara.

Este barrio conecta con el centro de la capital con las líneas 2 y 8, que paran en la Cruz Roja y en el cementerio, respectivamente. A excepción de la línea 6, que la cubre el microbús que sale de Obispo Galarza, ningún otro urbano entra en la barriada. Este vehículo lo suelen coger bastantes mayores en el Plaza de Argel al tener una parada frente al colegio Las Delicias y llegar a San Blas por la calle Ceclavín, explica Gibello. «Da cabida a una población importante y perderíamos esa cercanía de los usuarios», lamenta. Por otra parte, asegura que igualmente se mostrarían contrarios al traslado en caso de que conllevara recortes de personal al unificar servicios con Zona Centro. «Entiendo que la atención primaria de los médicos no debería verse afectada, pero si va a suponer una reducción de puestos de trabajo, por ejemplo en administración, nos manifestaríamos en contra», remarca.

José Antonio Mendoza, vecino de la La Zambomba, prefiere quedarse en Plaza de Argel por proximidad. Igual que Germán López, «porque lo tengo a 40 metros de casa y me parece mal». Raquel Suárez y su hijo Manuel Jiménez opinan igual: «No nos gusta el cambio porque llevamos muchos años viniendo aquí». A Adolfo García, en cambio, no le resulta lejos, «aunque quizás allí sea más difícil aparcar», apunta.

Los usuarios del ambulatorio Zona Centro, que también se reubican en el Provincial, notarán menos el cambio por la cercanía entre los dos recintos sanitarios. Tanto a este como a Plaza de Argel pertenecen, a su vez, los pacientes de la Ciudad Monumental. Su presidente, Juan Manuel Honrado, lo ve positivo «si se mejoran las condiciones asistenciales y no repercute en una saturación de espacios porque en cuanto a desplazamientos no nos afecta», precisa.