La seguridad contra el fuego en la Sierra de la Mosca de Cáceres mejora con caminos asfaltados y más señalización

Ensanche de sendas, mejora de caminos, limpieza de terrenos, señalización... «Esto que se está haciendo era muy necesario y es muy positivo. Hemos sido los propios vecinos los que nos hemos encargado con el pago de cuotas y nuestro trabajo del mantenimiento en muchos casos», detalla Montaña Chaves. Pertenece a la asociación de vecinos Sierra de la Mosca y es además presidenta del nuevo colectivo AMA Cáceres.

En esa parte de la ciudad, el riesgo de incendios es cuatro veces superior a la media, por lo que la Junta de Extremadura declaró de interés regional la ejecución de medidas preventivas. La inversión supera los 635.000 euros. El encargo para actuar se aprobó en septiembre de 2022 a Tragsa por parte de la antigua Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural y Territorio.

Se han abierto senderos, algunos de ellos cerrados desde hace tiempo. Se ha mejorado la conexión entre el Santuario de la Montaña y la parte en la que se ubican las antenas de telefonía. También se ha ejecutado una comunicación directa entre esta última zona y las minas de Valdeflores. Un camino desde el aulladero de lobos hasta el centro de recuperación de aves permite desplazarse con mucha mayor soltura y seguridad que antes, confirman los vecinos. De todo ello se benefician los cacereños que pasean por allí, quienes practican deporte al aire libre o aficionados al senderismo. Pero, sobre todo, estas actuaciones aumentan la seguridad en caso de fuego.

Policía Local y bomberos habían venido avisando desde hace del años el abandono de la Montaña. «Es una ratonera. Sin apartaderos. Pero nadie hace nada», indicaban los profesionales de esos cuerpos. También el PSOE, en la oposición, se había hecho eco del riesgo existente. «La sierra está abandonada y si se produce un incendio el riesgo de propagación será imparable», avisaba el entonces portavoz de la oposición socialista, Luis Salaya, en 2017. Ese año se dio un problema añadido ya que el Ayuntamiento solicitó apoyo al Sepei para intervenir, pero hubo que suspender el desbroce previsto ya que no contaba con los necesarios permisos medioambientales.

Los trabajos habían comenzado tarde. Se suspendió la actividad porque ya había empezado la ola de calor y había riesgo de provocar un incendio al actuar con radiales, indicaron desde el Sepei.

Ese escenario es el que ha llevado en los últimos años a intentar cambiar la situación. En 2020, el Consistorio acudió a la concesionaria de jardines para limpiar unos 9 kilómetros de caminos en mal estado. Había pasado una década desde la última gran inversión que se hizo, en 2010, con 296.000 euros del Plan E del Gobierno central.

Las quejas por el estado de caminos, falta de desbroce y limpieza son habituales. «Llevamos años con esto y así se lo trasladamos al anterior Gobierno», explica Montaña Chaves. Destaca que son los propios residentes los que se ocupan de desbrozar a las puertas de sus casas, pese a que no sea terreno privado. También han pagado cuotas, avanza, para el mantenimiento de las vías de conexión. «La administración debería cumplir con la obligación de mantener los caminos limpios, pero es que eso no ocurre ni con las fincas públicas, que se ven sin desbrozar», reseña la presidenta de AMA.

Un gran cartel informativo y la actividad de los operarios de la empresa adjudicataria revelan que algo está cambiando. Es la consecuencia más clara de la declaración de zona de alto riesgo (ZAR) de incendios en el decreto que publicó en septiembre de 2022 Agricultura y que afectaba a la Sierra de la Mosca. Mediante el mismo se modificaba la planificación preventiva y se declaraban de interés general esos trabajos e infraestructuras preventivas en el paraje y entorno de la Sierra. La dotación económica, según el acuerdo del Consejo de Gobierno, es de 635.238 euros, cofinanciados en un 80 por ciento por el Fondo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), dentro del programa 'Europa invierte en zonas rurales'.

La limpieza de la vegetación, la señalización o la creación de apartaderos es una garantía para las intervenciones de los cuerpos de seguridad. Los bomberos podían tener problemas de acceso a determinados puntos si se declaraba un incendio que afectase a viviendas. Y esto es algo que puede suceder con cierta frecuencia. En la zona se contabiliza un fuego cada 48 hectáreas. La media regional es de un incendio cada 221 hectáreas.

Pese a todo, queda mucho por hacer, admiten los residentes. «Se ven caminos horadados, destrozados, con muchos desniveles. En Valdeflores hay surcos y grietas de más de una cuarta de profundidad. Y la entrada por la cantera está muy deteriorada. Deberían tomar nota para que se dé continuidad a esta actuación», explica con detalle un vecino que cuenta con una casa en la Sierra. También ha habido algunas quejas por los trabajos realizados. Montaña Chaves habla de «ecologistas radicales, que no tienen conciencia del peligro que hay». Reivindica a la Junta y al Ayuntamiento que en lo sucesivo se ocupen de esta zona emblemática de la capital y su mantenimiento no caiga en el olvido.