Operación antipalomas en el casco histórico de Cáceres
El Ayuntamiento pone en marcha los primeros trabajos con una empresa especializada para trasladar unas aves especialmente dañinas con el Patrimonio
«Qué daño tan grande están haciendo las palomas en la parte antigua». No lo dice cualquiera. Quien se pronuncia es una voz autorizada como ... pocas, una de las personas que más sabe sobre la muralla. El arquitecto Miguel Matas, responsable del chequeo que detectó más de un millar de patologías en el lienzo y director de la primera fase de la rehabilitación, avisaba de los efectos de estas aves, especialmente dañinas en el Patrimonio histórico.
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Ha pasado casi una década desde que Matas alertó de la necesidad de actuar. La 'operación antipalomas' ya se ha puesto en marcha. El Ayuntamiento da los primeros pasos. Lo hace con la contratación de una empresa especializada para que se encargue de la coordinación de los trabajos para sacar las palomas del casco histórico y su entorno.
Se cuenta para ello con una partida inicial de 15.000 euros. La mercantil que se ocupe del proceso dispondrá de un plazo de nueve meses para la «recogida y traslado de palomas urbanas en la ciudad histórica». Ese es el objetivo de un proyecto que no es nuevo pero que, como recuerda el concejal de Patrimonio, José Ramón Bello, no ha comenzado hasta ahora, por mucho que se llevase hablando de ello durante años. De hecho, la anterior alcaldesa, Elena Nevado, tuvo una definición muy gráfica para unas aves a las que no dudó en llamar «ratas voladoras», consciente del daño que causaban sus excrementos sobre la piedra. El Consistorio hizo en 2018 una llamada a la población para que no contribuyese a acrecentar el problema al dar de comer a esos animales y generar superpoblación.
El Ayuntamiento va a intervenir a través del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, el organismo que ha hecho la primera reserva presupuestaria para ese contrato. Las ofertas que se reciban se verán en la mesa de contratación el 17 de diciembre.
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El director del Consorcio, Javier Sellers, ha elaborado el documento técnico sobre la «recogida y traslado» de las palomas. La memoria del proyecto recoge que se requiere «una labor especializada, continuada en el tiempo, imposible de realizar con medios municipales convencionales». Además, se dan diversos condicionantes y normativas, recuerda. La operación consistirá en colocar «en las terrazas de dependencias municipales en el perímetro de la Plaza Mayor» diversas jaulas. Se estima que será necesario «un mínimo de cuatro». Mediante las mismas y de forma controlada serán capturadas las aves, de tal forma que por tamaño se evite la entrada de forma accidental de otras especies.
Se contempla instalar un mínimo de cuatro jaulas en edificios municipales próximos a la Plaza Mayor
Las jaulas deben «garantizar la supervivencia de los ejemplares capturados durante el periodo hasta la recogida». La misma deberá «realizarse con la frecuencia precisa para cumplir el bienestar animal reglamentariamente aplicable», se resalta.
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El asunto tiene recorrido. Sobre todo en la parte que se refiere al futuro de las palomas una vez capturadas. Cuando se dan plagas de roedores o cucarachas el objetivo es su exterminación. En el caso de las palomas el concejal de Patrimonio, en la presentación que se hizo en marzo de esta iniciativa, fue claro: «En ningún caso se van a exterminar».
Entre las condiciones, se deben tener en cuenta tanto la normativa vigente en materia ambiental como el procedimiento adecuado para el traslado sobre la base del «bienestar animal».
Corto plazo
Colectivos especializados como 'Animales Monumentales' han expresado sus dudas sobre la solución pretendida. En abril pasado se registró un escrito para proponer medidas alternativas. Quieren saber qué va a pasar con las aves una vez que sean sacadas de su entorno. «La captura y traslado o eliminación de las palomas es un método no adecuado, pues elimina el problema pero solo a corto plazo», explicaba Brígida Moreno.
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La versión de esta organización era que el lugar queda libre de palomas por un tiempo pero luego es ocupado por otras que crían más y en mejores condiciones. Entre sus propuestas están cerrar casas en estado de abandono como las localizadas en Pintores, Hornos o Nidos. También, tolvas automáticas con pienso anticonceptivo o palomares ecológicos controlados. Esta iniciativa se ha puesto en marcha en Valencia y funciona, según 'Animales Monumentales'.
Cáceres no es la única ciudad en la que las palomas hacen estragos. Bello ya citó a Mérida con el Teatro Romano cuando se trató el caso. Allí, recordó, «ha dado buenos resultados».
En Barcelona, por contra, llevan dos décadas realizando campañas de exterminio y se ha dado muerte a unas 60.000, contó a HOY el experto Juanjo González.
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En la Guía de Aves de Cáceres se menciona la presencia de la paloma doméstica, habitual en la ciudad monumental por los palomares, cita. El documento asume que «su población comienza a ser excesivamente grande», hasta el punto de afectar a otras especies de mayor interés como el cernícalo primilla. Se suma la transmisión de enfermedades por la suciedad que generan.
«No tendremos dinero para reparar el daño que están haciendo», resumía ya en 2013 Miguel Matas sobre el impacto de las palomas en la muralla. Casi una década más tarde, comienza la operación para poner fin a su vuelo libre sobre el casco histórico.
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