Fermín Solís junto a los integrantes de 'Hombre Tigre'. Se llevaron dos premios. JORGE REY

La mecha de la capitalidad se enciende con ritmo en Cáceres

Los Premios de la Música Extremeña se estrenan con una gran gala como una forma de potenciar a los autores de la región y mirar hacia el reto de 2031

Domingo, 10 de marzo 2024, 07:41

La música enciende la mecha de la capitalidad cultural. La mirada está puesta en el reto de 2031. En la misma semana en la que ... el alcalde y el presidente de la Diputación cacereña escenificaron su unidad de acción para que la ciudad se alce con la designación de 'capital de la cultura', el Gran Teatro acogió la primera edición de una cita que uno de sus grandes impulsores, el concejal de Cultura y a la vez músico, Jorge Suárez, quiere convertir en clásica.

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Los Premios de la Música Extremeña trajeron a buena parte del sector anoche a Cáceres. Había una docena de distinciones, con varios nominados para cada una. Las propuestas iniciales rondaron las 500. Como ocurre con la lotería de Navidad, estuvieron muy repartidos. Robe Iniesta hizo doblete, con la mejor canción y el mejor álbum. También aspiraba al mejor vídeo, pero ahí se impuso Hombre Tigre. Ejercía de copresentador Lorenzo González, miembro de su banda. Cuando se iba a entregar el premio al mejor tema, por 'Nada que perder', González justificó la ausencia: «Premian a Robe y salgo yo». E ironizó: «No ha venido porque no puede tomar el sol».

500 Propuestas iniciales se recibieron

Quedó medio centenar de finalistas y se entregaron 12 premios más otro de honor. Fueron:

Fermín Solís, el ilustrador que admitía que cuando llevas cinco décadas en Cáceres «entran ganas de sitios nuevos», firmó el mejor diseño gráfico por su 'Anatomía del desastre', del Hombre Tigre. Alzó la voz por el acierto de recuperar los premios para la música extremeña.

Entre los distinguidos, también la sala Boogaloo. Porque si alguien quiere música en directo y ambiente de moda sabe que tiene que pasar por allí cuando visita la ciudad. «Viva la música extremeña y enhorabuena a quienes organizan conciertos», clamó Paco Martín en esa entrega a Diego Barriga.

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Arriba, aco Martín y Diego Barriga, de Boogaloo. Debajo, distinción para Bellota Rock por la mejor programación musical. Sobre estas líneas, Sam George. JORGE REY

Un clásico, alguien que ha hecho de la música su referente y que ha logrado asirse a ella incluso en los momentos de más dificultad vital, Patxi Cañamero, recibió el premio de honor junto a Carlinos Masegosa. Pero quien se saltó el guión y lanzó una reivindicación, eso sí con elegancia, y ante los propios políticos presentes, fue, Niño Índigo. Suyo fue el 'mejor directo', dedicado expresamente «a los músicos que se levantan cada mañana sin saber si van a trabajar aunque pagan su cuota autónomos».

Niño Índigo fue reivindicativo. Dedicó su premio «a los músicos que se levantan cada mañana sin saber si van a trabajar» aunque pagan impuestos

Fue la reclamación en una gala en la que el objetivo central era «potenciar la música y premiar la calidad de los músicos extremeños», destaca el Ayuntamiento. Su titular del ramo se siente en días como éste en su auténtica salsa. «Os va a gustar. Y no será lo único que hagamos» pronosticaba Jorge Suárez. La organización se ha coordinado con la dirección del Gran Teatro y la Asociación de Músicos Extremeños (AMEX) y LaCarne Magacine.

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Dice el concejal Suárez que galas como la de anoche forman parte de una estrategia que tiene encendidas las luces largas y mira hacia 2031 con mucho que ofrecer. La idea es ser el referente de la cultura parte también con la música. Este sábado arrancaba como «la antorcha» que debe iluminar esa carrera por la capitalidad. La primera gala de otras, «de muchas», sugiere.

Cacereñismo

Lo que se hace es poner en primer plano otra apuesta, también propia, pero que tira de la música frente a banderas cacereñistas habituales como los monumentos con sello Unesco, las tradiciones populares o el devocionario habitual, con la Semana Santa y la Bajada de la Virgen de la Montaña en primer término, a las que nos e renuncia, eso sí.

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Los premios de la Música de anoche se ilustraban con una sencilla estatuilla de latón. La base era de mármol, con una V en signo de la victoria y una semicorchea.

Pero en realidad lo de menos fue el galardón, la excusa era celebrar la música, reunir a los que viven el día a día del sector, también con sus penurias, y utilizar el impulso para ensalzar esa condición de ciudad cultural que aspira a lo máximo en 2031.

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