Uruguay, Arabia Saudí y Cabo Verde, rivales de España en el Mundial
Impresionante fotografía de una familia de luto por la muerte del padre y marido. Remigio Mestre
Desde la Moto de Papel

El gran Remigio Mestre y las condenas del luto a las mujeres

En el Palacio de la Isla de Cáceres se puede ver la exposición de uno de los mejores fotógrafos documentalista de Extremadura. En sus fotos de hace décadas se ven muchas mujeres condenadas a vestirse con el color de la pena.

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 26 de marzo 2023, 08:15

Salvador Guinea entró en el Palacio de la Isla de Cáceres despacio, en silencio, como el devoto que entra en un templo. Fue mirando con ... la boca abierta las magnificas imágenes de la exposición 'Remigio Mestre y la mujer extremeña en los años del silencio', hasta que se quedó parado ante una foto de cinco niños con su madre, todos de luto.

Publicidad

–¡Vaya pedazo de foto! –Nos dijo con cara de asombro– ¿Pero habéis visto que imagen de tristeza? Cada cara es un poema... ¡Y la composición! Por encima de la madre, el hijo mayor con una boina, con la seriedad del que se consideraba por entonces 'el hombre de la casa' al faltar el padre. ¡Qué mirada! ¡Es una obra maestra!

–Remigio fue un gran documentalista, –dijo el fotógrafo Genín Andrada, que estaba por allí al ser el comisario de la exposición–. Tenía una mirada avanzada para su época. Una mirada libre, como se puede ver en muchos de los 30.000 negativos que se conservan gracias a haberlos comprado a su viuda la Fundación Caja Extremadura. Hay fotos sorprendentes como esta –dijo señalándonos una de una mujer descalza en la calle, llevando sobre un hombro una madera con masa de pan para hornear –. Hay una foto igual que hizo Eugene Smith en Deleitosa, que se publicó en Life en 1952.

Mujer descalza llevando masa de pan para el horno. Remigio Mestre

–¿Él vivió de la fotografía? –le pregunté a Genín.

Publicidad

–Tenía una tienda en Alcántara en la que vendía de todo, desde cosas de ferretería a zapatos. Allí debió hacer fotos de D.N.I. Ya sabes que Franco hizo el D.N.I. obligatorio en 1951 para controlar a los españoles, y en el archivo de Remigio hay más de 1.200 fotografías de carnet, que tienen un gran valor etnográfico porque se ve las joyas de la época, los peinados, vestidos... Pero bueno, Remigio nació en 1914 y desde los 15 años estuvo haciendo fotografías. Murió a los 90, en 2004.

–¿Sólo hizo fotos de Alcántara? –preguntó el compañero Manuel Caridad.

–No. Tiene fotos de Viveiro, un pueblo de la costa de Lugo. Su mujer María Bejarano se crio allí, y en vacaciones cogían su moto Montesa y viajaban a Viveiro. Tardaban dos días. En Galicia han publicado dos libros de fotos que hizo allí, en donde es valorado igual que Virxilio Viéitez, el gran fotógrafo gallego del siglo XX.

Publicidad

Viendo la exposición también estaba María Luisa Martínez, fotógrafa de Mérida, que se quedó sorprendida por algunas imágenes. Una de las que más le gustaba era la de una familia posando con una colcha de fondo, imitando los estudios de fotógrafos de grandes ciudades... pero en plena calle. «Es muy graciosa –dijo– porque contrasta la seriedad de la familia, con la imagen de una joven sonriendo que está estirando la colcha». También le hacía gracia una familia comiendo de campo sobre una caja de Pelargón, la primera leche infantil que hubo en España, recordada por nacidos en los 50 y 60. Genín comentó que por encargo del presidente de la Junta, estuvo un año viendo colecciones de fotógrafos extremeños, y comprobó que la de Mestre es la mejor documentada, y que hay riesgo de que algunas colecciones se pierdan. «No es lógico –protestó Guinea–, que en Extremadura no tengamos una Fototeca Extremeña, como hay en casi todas las comunidades autónomas que quieren conservar su pasado reciente en imágenes. Hay fotos muy buenas que se van a perder, como las de Fernando Múñez».

Haciendo una 'foto de estudio' con una colcha... en plena calle. Remigio Mestre

Salimos a tomar algo en la Plaza de la Concepción. En una terraza Genín señaló que la exposición estará en Cáceres hasta el 3 de abril, y luego se irá a Alcántara. Destacó el trabajo que ha hecho el profesor de Historia Juan Villarroel Escalante, y que la exposición era una realidad gracias a la Fundación Caja Extremadura, a la Diputación y la cadena de gimnasios Altafit, cuyo fundador y presidente es Vicente Olivenza, nacido en Alcántara.

Publicidad

–Me ha sorprendido en las fotos –dijo Guinea– , que muchas mujeres están de luto.

–Sí –señaló Caridad–. Es que hasta los años 70 en España, y más en los pueblos, las mujeres pasaban parte de su vida vestidas de negro, de luto, para luego pasar al alivio, en donde ya se podían poner ropa gris y malva. Había casas en donde se ponía un paño sobre la radio o la televisión y no se encendían. Lo sufrían las mujeres, porque los hombres se ponía unos días un brazalete negro o un botón negro en el ojal, y santas pascuas; pero ellas, ni fiestas ni cines. No tenían vidas social y muchas se quedaron solteras por eso. Era como una condena.

–¿Cómo una condena? -pregunté.

–Mira si te suena, tú que haces tribunales: Por la muerte del esposo, dos años de luto y seis meses de alivio; por muerte de los padres o un hijo, un año de luto y seis meses de alivio; por muerte de abuelos y hermanos, seis meses de luto y tres de alivio...

Publicidad

–Pues sí –asentí–. La verdad es que sí suenan a condenas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad