Año 1937. Empleadas de la imprenta que editaba el método 'Rayas'. Del libro 'Serradilla, retratos para el recuerdo'

El director del colegio de Cáceres que enseñó a leer y a escribir a millones de niños con su 'Rayas'

Desde 1905 a 1975 se vendieron más de 50 millones de ejemplares del método 'Rayas', con el que aprendieron a leer y a escribir millones de niños. Su creador fue el pedagogo Ángel Rodríguez Álvarez, director del colegio El Madruelo.

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 30 de abril 2023, 08:48

Después de arreglar y enviar al sistema del Diario HOY sus fotos del día, Salvador Guinea se puso a ver fotografías antiguas en el libro ... de Eduardo Gómez Alonso 'Serradilla. Retratos para el recuerdo'.

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–¡Qué foto más bonita la de estas mujeres que trabajaban en una imprenta en Serradilla en el año 1937! –Dijo enseñando una imagen de nueve mujeres posando.

–Esa era la imprenta de Agustín Sánchez Rodrigo, –indicó Manuel Caridad sin dejar de trabajar en su ordenador–. Un empresario inteligente de Serradilla que editó el método 'Rayas' creado por un pedagogo, también serradillano, un genio que se llamó Ángel Rodríguez Álvarez. Si miras un trabajo que publicó Jesús Barbero Mateos, comprenderás mejor la importancia de este hombre que está en parte olvidado.

Guinea encontró el trabajo, lo imprimió y se puso a estudiarlo. Al final de la tarde, antes de salir, nos hizo un resumen emocionado.

–Menudos personajes –comenzó–. Ángel nació en Serradilla en 1877. Su hermano mayor, Raimundo, era maestro y gracias a su ayuda él también estudio Magisterio, en la Escuela Normal de Maestros de Cáceres. Su primer destino fue Canarias, y allí, en 1904, ideó su método 'Rayas'. Su paisano Agustín, que era siete años mayor, vio el negocio y empezó a editarlo en 1905. Agustín se murió en 1933, con 63 años, y sus hijos siguieron con la imprenta, montando otra en Plasencia después de la Guerra Civil. El método 'Rayas' tuvo un gran éxito: entre 1905 y 1975 se vendieron más de 50 millones de ejemplares en España, en Hispanoamérica, en países de Europa y en Australia. Hubo varias generaciones que aprendieron a leer y a escribir gracias a este método.

–Pero... ¿por qué era tan bueno ese 'Rayas'? –pregunté.

–Porque antes los niños se aburrían –explicó Guinea–, porque les obligaban a memorizar, a repetir todos en voz alta las letras, sílabas y palabras que enseñaba el maestro en grandes murales; y, por otro lado, hacían palotes para aprender a hacer bien las letras. Lo bueno del método de Ángel es que unía la lectura y la escritura.

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–Con su método los niños se divertían –añadió Caridad–. Ángel decía que los niños son muy curiosos, que se aburren escuchado y repitiendo cosas, y él hacía que se entretuvieran. Con el método antiguo los niños aborrecían la lectura y no cogían un libro de mayores. Gracias a Ángel millones de niños abrieron una puerta a un mundo increíble y maravilloso: la lectura.Ejemplar de Rayas de los años 40.S.E.

Cuando salimos del trabajo Caridad nos convenció para que le acompañáramos.

–Mucha gente de Cáceres no sabe que el gran pedagogo Ángel Rodríguez vivió en esta ciudad –nos fue contando mientras le seguíamos por la calle Alfonso IX–. Después de Canarias, estuvo destinado en Granada y en San Sebastián, hasta que vino de maestro a Cáceres. Fue director del Colegio Nacional 'Nuestra Señora de Guadalupe', conocido como El Madruelo. Allí se jubiló en 1947. Se murió en 1962, con 85 años; pero antes Cáceres le mostró todo el cariño que le tenía.

Año 1959. Visita del obispo Llopis Ivorra al Colegio Virgen de Guadalupe, más conocido por El Madruelo. Del libro 'Cáceres 1886-1986. Imágenes para el recuerdo'

–¿Fue buen maestro? –Le pregunté.

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–Muy bueno. Dedicó 47 años de su vida al magisterio, y se preocupaba tanto de sus alumnos que hasta les buscaba trabajo. Él luchó mucho para que la enseñanza pública fuera de igual o mayor calidad que la enseñanza privada. Mirad si se le quiso, que en 1954 se le concedió la Cruz de la Orden de Alfonso X El Sabio, y hubo una suscripción popular para comprarle la insignia.

Pasado el bar Las Cancelas, junto al parking de Obispo Galarza, bajamos por la calle Piedad, hasta que se paró en el letrero de una calle que decía: 'Calle Maestro Ángel Rodríguez'. «Está calle se llamaba antes Piedad Baja –nos indicó Caridad–, y en 1955 le pusieron su nombre porque era la calle que recorría todos los días para ir a dar clase. Vamos, como él hacía, a El Madruelo». Bajamos a la Plaza Mayor, pasamos por la enorme iglesia de Santiago para ir a un solar vallado que está en la calle Tenerías, en la Ribera del Marco.

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–Aquí es donde estaba El Madruelo –indicó Caridad–. El colegio lo han derribado el año pasado, y dicen que aquí se va a levantar un importante museo de cerámica e instrumentos musicales. Eso dicen...

Parte superior de la calle Maestro Ángel Rodríguez, que da a la calle Piedad, junto al Aparcamiento de Obispo Galarza. Salvador Guinea

–Un colegio menos. –Señalé.

–Sí, y uno importante porque fue el primero en el arrabal de la ciudad, al que iban hijos de obreros y hortelanos. El colegio se hizo en la República, con diseño del talentoso arquitecto municipal Ángel Pérez. Se terminó en mayo de 1936, pero con la Guerra Civil se utilizó como sede de la Jefatura Provincial de Milicias de Falange. Terminada la Guerra se usó ya como colegio. En 1954 se hizo aquí un homenaje al maestro Ángel, que fue tratado como un héroe de la educación. Se puso una hermosa placa en el aula en la que dio tantos años clase.

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–¿Y dónde esta esa placa? –Preguntó Guinea.

–Me imagino que destruida, igual que el recuerdo del gran maestro Ángel Rodríguez. Una pena.

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