Calzadas despejadas, 'barra libre' de autobús y repartidores indignados en el Día sin Coches en Cáceres
La jornada transcurre sin grandes incidentes en las tres avenidas que están cortadas a las ocho de la tarde para concienciar sobre el uso de transporte alternativo al automóvil privado
Caminar hoy por parte de la avenidas de España, Clara Campoamor y Virgen de la Montaña permite gozar de un pequeño respiro de silencio y ... tranquilidad a la hora de cruzar la calzada. Miramos a un lado o a otro por costumbre, pero no pasan turismos privados. En estos tres puntos se desarrolla hoy hasta las 20 horas el Día sin Coches, que impide el acceso a todo lo que no sean servicios de emergencia, bus urbano e interurbano, taxis, patinetes, bicicletas y residentes.
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Policías Locales apostados en la intersección de Avenida de España con la Plaza de América hacia las once de la mañana de hoy aseguraban que la jornada estaba siendo tranquila y que, en general «salvo despistes», todos los conductores seguían las vías alternativas. La peor hora, la de la entrada al colegio, un pico complicado, igual que las dos de la tarde, con la salida. Uno de los efectos colaterales del corte al tráfico es que en las zonas previas se incrementaba el movimiento habitual de tráfico rodado.
A falta de una primera valoración del Ayuntamiento, que estimará mañana la repercusión de esta jornada, sí se veía movimiento en las paradas de autobús, en donde más de un usuario hacía por inercia el movimiento de sacar su bonobús para canjear un viaje y el conductor le informaba de que es gratis. En las paradas, algún despistado desconocedor de este parón que trata de demostrar que puede vivirse sin coche.
Si para el peatón de oficio que transita por el centro el Día sin Coches es un pequeño lujo para el reparto se ha convertido más bien en un infierno. Álvaro Tobías va sin resuello por la avenida de España. Dice que no poder acceder a las calles principales con la furgoneta está ralentizando su trabajo, cuenta sin pararse empujando su carretilla. Otro compañero que prefiere no dar su nombre tilda la jornada de «horrible, muy complicada». Entre las restricciones de acceso a las calles cerradas no están los camiones de suministro.
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«Están subiendo los repartidores con la fruta en las banastas por la Avenida de la Montaña, está siendo difícil», explicaba a este diario un hostelero del centro, que propone que este tipo de jornadas se realicen en días no laborables, para evitar este tipo de complicaciones.
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