Melquíades Álvarez, apodado 'Pico de oro'. :: S.E.

El duelo a muerte entre oradores en un tribunal de Cáceres

Varios periódicos de la época cuentan que la Audiencia Territorial de Extremadura se llenó como nunca para ver el enfrentamiento entre Juan Muñoz Chaves y Melquiádees Álvarez

Sergio Lorenzo

Domingo, 24 de abril 2016, 09:25

El 24 de marzo de 1917, hace casi un siglo, el periódico El Noticiero. Diario de Cáceres contaba así lo ocurrido el día anterior: «Ayer vistió de gala nuestra Audiencia, porque dos maestros del foro iban a medir sus armas, en un torneo jurídico, que un nutrido público se disponía a presenciar. A la voz de 'Audiencia pública', se abren las puertas del gran salón y las dos figuras de Melquíades Álvarez y Muñoz Chaves, que glorificaron la tribuna tantas veces, se encuentran frente a frente. El gran tribuno expone sus doctrinas durante hora y media, teniendo embelesados a todos, y Muñoz Chaves echa mano de su fluida palabra, de su clarividencia en todos los asuntos, de su elocuencia y de su talento, y agigantando su figura, logra uno de tantos triunfos, de esos que cuajaron su larga historia profesional. El que luchó con Salmerón, con Silvela, con Maura, con Cierva y con tantos otros titanes del foro, que reconocieron siempre sus dotes, vuelve por sus fueros, y cuando entra en el Colegio de Abogados, su mismo contrincante, que tanto le admiró y le quiso, es el primero en felicitarle».

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Varios periódicos de la época cuentan que la Audiencia Territorial de Extremadura, ahora Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Extremadura, se llenó como nunca para ver el duelo de los oradores. Por un lado se encontraba Juan Muñoz Chaves, 61 años, líder de los liberales, senador del Reino, que había sido diputado a Cortes, director general de la Administración Local a nivel nacional, diputado provincial, decano del Colegio de Abogados de Cáceres y presidente de la Cámara Agrícola. Frente a él estaba el abogado asturiano Melquíades Álvarez, de 53 años, que en 1912 fundó el Partido Reformista en el que militó Benito Pérez Galdós, Manuel Azaña y José Ortega y Gasset . Era tal su oratoria que le llamaban Pico de oro. Cuando intervino en Cáceres era diputado en Cortes, siendo en el año 1922 presidente del Congreso de los Diputados. En agosto de 1936, un mes después de iniciada la Guerra Civil fue asesinado por milicianos izquierdistas.

La disputa comenzó a las diez y media de la mañana en la Sala de lo Criminal, en donde se veía en apelación una sentencia del Juzgado de Logrosán. Muñoz Chaves representaba a quien había ganado en primera instancia y Melquíades Álvarez a quien presentó el recurso al considerar la sentencia injusta.

El juicio terminó a las dos menos cuarto de la tarde, y el que fue aclamado como vencedor, Chaves, acompañado de sus hijos y amigos fue a su casa, que se encuentra a diez pasos del Palacio de Justicia, en el número 2 de la calle Moreras. Una casa que ahora se ha rehabilitado transformándola en 10 viviendas y estudios. Muñoz Chaves estaba sudando tras su vehemente intervención. Se cambió de ropa y entonces se sintió repentinamente enfermo. La familia llamó al médico Fernando Quirós Beltrán, que le puso una inyección de cafeína, que quizás aceleró su muerte por un colapso cardiaco. A los pocos minutos ya le estaba administrando los últimos sacramentos el cura párroco de Santiago, Feliciano Rocha.

La muerte de Muñoz Chaves conmocionó a todos, así lo aseguraba 'El Noticiero': «Cáceres, pierde, sin duda, su primera figura política. Extremadura llora la pérdida de uno de sus más ilustres hijos, el que tanto suspiró por su unión, como fuente de prosperidades y remedio a sus males». Por suscripción popular se le hizo un monumento, que se encargó al brillante escultor Mateo Inurria (1867-1929), que participó en la restauración de la mezquita de Córdoba. En el monumento destaca la figura femenina que representa a la Jurisprudencia (la ciencia del Derecho), con una tabla con la frase, 'in legibus salus' («en las leyes está la salud»). A un lado el escudo de Badajoz al otro el de Cáceres y, sobre un monolito, el busto de bronce del orador muerto tras el duelo de palabras.

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El monumento fue motivo de disputa entre Badajoz y Cáceres, ya que las dos ciudades lo querían, procediendo Chaves de Bienvenida (Badajoz). Al final se sorteó la ubicación y ganó Cáceres.

El conjunto escultórico se inauguró el 8 de mayo de 1919. Se colocó en el centro de Cánovas, hasta que le quitó el sitio la Fuente Luminosa en 1965 y se retiró a un lado, en donde cayó en desgracia y ha sido víctima de continuas agresiones, sobre todo la hermosa Jurisprudencia, que ha sido decapitada varias veces. La última fue hace un año. Un bárbaro de 13 años, armado con una barra de metal la destrozó... y así sigue.

La verdad es que, vista su suerte en Cáceres, quizá sería lo mejor regalársela a Badajoz.

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