«Terminaré la media maratón, aunque los médicos me han dicho que no haga burradas»

Su médico le ha pedido que no «haga burradas», pero el objetivo de este pacense es llegar a la meta de la avenida de Huelva. «No sé cómo acabaré, pero tengo claro que la terminaré». Se le podrá identificar entre el resto de corredores porque vestirá una camiseta de Alcer en la que se podrán leer los nombres de compañeros que también están en diálisis y otros que han sido trasplantados.

Aunque Joaquín siempre practicó mucho deporte antes de enfermar, hacerlo a este nivel es muy difícil cuando has desarrollado una insuficiencia renal crónica, en su caso de origen genético (también la tienen su madre, su hermana, una tía y una prima). Es algo impensable para la mayoría de pacientes de este tipo, muchos de ellos con importantes limitaciones funcionales. Los médicos solo recomiendan ejercicio moderado.

Sus problemas de salud comenzaron hace unos tres años, cuando notó mareos y dolores de cabeza provocados por problemas de tensión debido al mal funcionamiento de los riñones. «Al principio me dijeron que eran migrañas, pero los problemas siguieron y me derivaron al nefrólogo».

Desde entonces ha intentado sobrellevar los efectos de la enfermedad con medicación. Siguió trabajando hasta que hace ocho meses no le quedó más remedio que conectarse a la máquina. «El médico me dijo quítate de la cabeza la calidad de vida: ahora tú vas a sobrevivir. Es duro, pero es la realidad». El objetivo es un trasplante, pero sabe que hay que reunir muchos requisitos «para ser apto y compatible», y pueden pasar años hasta que llegue. Tiempo en el que la enfermedad y la máquina siguen minando la salud.

Cuando este pacense tiene algún día bueno, lo que ocurre entre sesión y sesión, suele aprovechar para entrenar o visitar a sus compañeros de la Comandancia de Santo Domingo. «Estoy haciendo tiradas buenas, de diez o doce kilómetros». «Pero los días que tengo máquina, eso es impensable. No me puedo ni levantar del sofá».

Joaquín tiene muy presente que lleva poco tiempo conectado a la máquina y asegura que todavía no se notan los efectos; «pero tengo compañeros de hemodiálisis a los que se les nota mucho: el cuerpo empieza a perder masa muscular, tienes rigidez, te afecta a los huesos. Es un medio solo para sobrevivir porque no realiza todas las funciones que hacen los riñones. A veces al sacar el líquido te quita sustancias beneficiosas, provocándote otros problemas... Por eso el objetivo es el trasplante».

Una de sus actuales motivaciones es colaborar con Alcer Badajoz en visibilizar la insuficiencia renal crónica, para que se conozca la situación de este tipo de pacientes. De ahí la importancia que para él tiene participar en la media maratón del domingo y aportar su granito de arena para que el público sepa la realidad de enfermos como él.

Alcer asegura que su familia, amigos, pacientes renales y personal sanitario de nefrología le apoyarán durante el recorrido animándole a su paso gritando «¡renalmente puedes!».

La asociación considera que «a falta de reconocimiento, la invisibilidad y la incomprensión son los principales problemas con los que se enfrentan las personas con discapacidad orgánica, al ser alteraciones que se originan en el interior del cuerpo y pasan desapercibidas para la mayoría de la población».