Simón Ferrero fotografía el lado teatral de los oficios
El actor y productor pacense lleva como fotógrafo su exposición 'Afán' a la sala Vaquero Poblador, donde aporta una mirada barroca a profesiones de toda la vida
Aunque el artista total no existe, el actor Simón Ferrero está más cerca de ello que hace cuatro o cinco años, cuando el teatro y ... el cine ocupaban toda su agenda. Sin darse cuenta, su mirada ha ido virando hacia la fotografía y esa transición se acaba de concretar en 'Afán'. Con esta muestra de 24 obras el pacense debuta ante el público. Trae un concepto, el de los oficios, y una mirada dominante que es inevitablemente cinematográfica. Se puede concluir que en esta serie los protagonistas no son nadie sin el escenario y viceversa.
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Simón Ferrero, 43 años, se presenta este jueves, 12 de diciembre, en la sala Vaquero Poblador de la Diputación cuyos cristales invitan a pasar al interior desde la concurrida calle Obispo de Badajoz. En este espacio tan codicado por los artistas él va a instalar sin complejo su primera gran obra fotográfica. Cómo no atreverse tras encadenar discretamente varios reconocimientos como fotógrafo. ¿Al actor?, sí al actor. Una foto suya fue segundo premio del certamen del Día de Extremadura de Puebla de la Calzada en 2020, y dos obras fueron finalistas en 2023 del Ciudad de Badajoz, en el que este año, hace apenas dos meses, obtuvo también el segundo premio de Fotografía.
Antes de todo esto, era la cámara la que miraba a Simón Ferrero. Estudió arte dramático en Olivenza a finales de los noventa y como actor aparece en series como La Valla (2019) o El Tiempo ente costuras (2012), en películas como Grupo 7 (2011) o El Niño (2013) y en varias obras del Festival de Teatro Clásico de Mérida, además de haber girado con numerosas compañías extremeñas y participado en producciones para Canal Extremadura.
Además, es productor con su propia compañía, El Avispero, desde 2012 junto a su pareja y socia Isabel Martín. «El teatro contemporáneo nos ha llevado en El Avispero a una investigación en la iluminación, en la narrativa cinematográfica, la iluminación y la estética y conforme íbamos dándole importancia a nuevas formas de contar las cosas esto me ha llevado hasta la fotografía», explica Ferrero. En su opinión, el espectáculo escénico más completo para él es la ópera, «pero la fotografía es un vehículo maravilloso para desarrollar una idea que tienes en la cabeza y que unifica de algún modo la plástica pictórica, la narrativa cinematográfica de los personajes y la técnica de la producción teatral».
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Con una Canon r5
Lo del artista completo del inicio, aun sabiendo que hasta a Miguel Ángel le sonaría a quimera, está traído porque Simón Ferrero también tiene un libro – 'Hormigas de Gaztambide'– con reflexiones y poemas sobre su etapa como actor en Madrid. Sin embargo, ahora su energía la canaliza con una Canon r5 y un equipo de iluminación, con los que ha brotado esa pulsión artística que dormitaba ahí de siempre y con la que vuelve a expresarse este extremeño que admira a fotógrafos como el madrileño Eugenio Recuenco o el pacense Félix Méndez, que le ha asesorado para esta primera exposición.
«La foto es la mezcla perfecta entre el encuadre pictórico con la narrativa del cine»
Simón Ferrero
Artista
«Vengo del cine y el teatro y me encanta la pintura barroca. La foto es la mezcla perfecta del encuadre pictórico con la narrativa cinematográfica y la producción teatral. Es otra manera de contar las cosas, algo que yo a veces lo hago con un libro, otras con la obra de teatro y otras con la fotografía».
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Se explica delante de las imágenes de El Pirri y El Picardía, dos alfareros de Salvatierra de los Barros que ha capturado para 'Afán'; y de El Chati, un herrero del barrio de San Roque en cuyo caótico lugar de trabajo vio, como una revelación, el triángulo perfecto entre dos puntos de la mugrienta cristalera del taller y el destello de su máquina de soldar.
Los oficios de Afán
Pero en realidad 'Afán' empezó en 2021 con su suegro, un veterano de la vida que estaba entre tinajas descansando en su bodega de Las Hurdes echándose un vino. Simón capturó ese momento, lo tituló 'El descanso del obrero' y empezó a preguntarse por oficios centenarios abocados a desaparecer.
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Lo que siguió fue una selección de 24 fotografías en formato 60x90 centímetros impresas en dibond, superficie de aluminio que le da a los colores la expresión exacta que él desea.
'Afán' incluye alfareros, herreros, carpinteros, una fabrica de café (Delta), una bodega, una industria cárnica (Marabé), apicultores (de Las Hurdes y Aliseda), reposteros (La Cubana)... y acaba con la profesión de fotógrafo cuando se marca un guiño a Velázquez en Las Meninas apostado con su cámara en una cafetería de Milán. Salvo esa, todas las fotos están hechas en Extremadura y en Campomayor (Portugal) y han contado con la colaboración de su mujer, Isabel Martín, directora teatral que ha desbrozado el terreno previo hasta que él ha hecho 'clic'.
Y aunque parecen actores, no lo son. «Les dejo hacer, no los coloco. Vengo del teatro y la foto que más me apasiona es la escenificada, porque a mí por ejemplo, la fotografía de calle no me sale. Yo trato de acercarme a una composición preparada, pero es que en este caso cada taller era una escenografía en sí. Algunos querían limpiarlo antes de que yo que viniera, pero les pedía que no tocaran nada, por eso se ven genuinos, como retratos costumbristas de los oficios», revela este artista pacense que cuando empezó en esta disciplina quiso sacudirse su faceta de actor para no contaminar a quienes miraran sus trabajos y adoptó el seudónimo de Vértebra hasta que ahora ha decidido volver a ser Simón Ferrero, fotógrafo.
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