Apoteosis y gloria en el encuentro del Resucitado y la Virgen de la Aurora en Badajoz

El desfile ha partido de la Iglesia San Agustín a las 11.30 de la la mañana: la cruz de guía, los niños y los mayores vestidos de dalmática, la Banda del Resucitado y la Banda Municipal de Talavera, y sobre todo los dos pasos, que han vuelto a bajar las escalinatas del templo en un alarde de poderío.

El Resucitado ha despertado aplausos sinceros. Tras ser sacado del templo por los costaleros, que lo mantenían en vilo soportando el peso por las barras laterales, han comenzado a ser ocupadas las trabajaderas a medida que bajaba escalones: la primera, la segunda, la tercera.. y así hasta completar una cuadrilla de 45 hombres a la que no se ha podido sumar uno de sus componentes, que este año ha sido el encargado de golpear el llamador en la primera levantá.

Unos minutos después ha salido de la Parroquia de Santa María la Real (ese es el nombre oficial de la Iglesia de San Agustín) la imagen de María Santísima de la Aurora, con un manto blanco y radiante. Era día de gloria y en el paso bamboleaban los varales que soportan el hermoso palio que ha bordado Juan Manuel Expósito, autor también de las pinturas dedicadas a las Vírgenes de Badajoz que lucen en el techo.

Elegante y orgullosa la procesión ha subido a la plaza de la Soledad y tras hora y media de desfile ha llegado a la Plaza de España, escenario de los momentos más intensos de la Semana Santa de Badajoz.

El encuentro del Santísimo Cristo Resucitado con su madre María Santísima de la Aurora ha sido hermoso, emotivo, glorioso en un domingo de sol y calor en el que Badajoz resucita a la vida. Las costaleras de la Virgen de la Aurora, los costaleros y las dos bandas de música han arrancado de nuevo los aplausos de un público deseoso de Semana Santa.

Atrás quedan la Semana Santa de 2020 con los templos cerrados a cal y canto. Atrás queda la Semana Santa de 2021 llena de fieles deseosos de ver a sus cristos y a sus vírgenes en unos altares efímeros que ya alumbraban esperanza. Atrás queda un tiempo en el que Badajoz contuvo el aliento tras una mascarilla que después de este domingo de Resurrección también pasará a la historia, a una historia que dentro de unos años todos recordaremos como un tiempo de pasión en el que terminó triunfando la vida.