Pisos de acogida para mejorar los tratamientos oncológicos
Calidad. ·
La Aecc reforma la vivienda de Badajoz donde se alojan pacientes con cáncer para evitar así sus desplazamientos diarios al hospitalDos horas en coche son las que tenía que realizar a diario Lola Vizuete para llevar a su madre, Loli Vaquera, desde Azuaga hasta Badajoz. ... 147 kilómetros para cada una de las 25 sesiones de radioterapia que solo pueden darse en el Hospital Universitario de Badajoz, ya que es el único en la provincia dotado con los equipos necesarios para ello. El SES facilita a los pacientes de la provincia un servicio de transporte en ambulancias.
Publicidad
«Para mi madre, con 85 años, los desplazamientos diarios eran un problema porque estaba destrozada por los efectos de los tratamientos y era difícil soportar un viaje tan largo todos los días», cuenta Lola Vizuete, que explica que salían de casa en ambulancia a las siete de la mañana y volvían a las cuatro de la tarde.
Para evitarle a su madre el transporte, que paraba en otras ocho o nueve localidades hasta llegar a Badajoz, Lola decidió viajar con su coche, hasta que a través de Internet conoció la existencia de los pisos de acogida. «Desconocía este tipo de ayuda, pero cuando lo vi llamé a la asociación, nos hicieron una entrevista y nos dieron fecha para entrar al piso», recuerda Lola, que lo abandonó hace unos meses.
Este piso, que ayudó a su madre a sobrellevar mejor su tratamiento, ha recibido en los últimos 30 años a decenas de familias, que han llegado hasta el número 12 de la plaza de Portugal en Badajoz para descansar de las duras jornadas de hospital. Esta fue la premisa bajo la que la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) lo puso en marcha y lo ha reformado varias décadas después para adaptarse a las necesidades de los pacientes.
Publicidad
«La población desconoce este servicio y se debe a que hay poca coordinación entre el Servicio Extremeño de Salud y las ONG. Nosotros lo que hacemos es colaborar con el SES, pero no hay esa unión entre lo social y lo biomédico que nos gustaría que fuese más fluida», apunta la trabajadora social de la AECC, Rocío Contreras.
Ella es la encargada de entrevistarse con las familias que solicitan alojarse en una de las tres habitaciones de las que dispone este piso al que le acaban de reformar uno de los dos baños que tiene. «No se trata de una obra por estética, sino por necesidad. Llevábamos tiempo queriendo hacerla y ha sido posible gracias a la donación de la Asociación Oncológica 'Esperanza de Vida' , de Villafranca de los Barros», subraya Contreras al explicar que se ha sustituido la bañera del baño por una ducha. También se ha instalado suelo antideslizante o agarradores de ducha y wáter.
Publicidad
«Cuando nosotros estábamos allí, aún no estaba la reforma del baño. Aún así fue un acierto total quedarnos en él porque sin duda fue lo más cómodo para mi madre, que pese a estar en Badajoz por la radioterapia debía viajar todos los lunes hasta Llerena para recibir la quimioterapia», afirma Lola, que recuerda que su madre combinó ambos tratamientos y este último lo recibía en Llerena, dado que es el área de salud que les pertenece por cercanía a su localidad.
Estos trayectos en ocasiones dificultan el acceso a los tratamientos, y según las asociaciones no cumplen con la máxima de la calidad y universalidad de la sanidad.
Adaptarse al territorio
Los pisos que la AECC tiene en la región no son más que una herramienta paliativa. «Lo ideal es que la sanidad pública cubra las necesidades reales y dé garantías a todas las personas indistintamente de su área geográfica de residencia. En una región tan inmensa no debería estar todo centralizado al oeste, ya que toda la población tiene que tener derecho a un servicio de calidad en los tratamientos», defiende la trabajadora social de AECC.
Publicidad
«Es muy triste que tengamos que asistir a una radioterapia a 150 kilómetros. Se hace muy duro porque los que viajan son personas enfermas. Deberían acercar más los tratamientos a otras áreas», dice Lola, que estuvo junto a su madre un mes y medio en el piso de acogida donde compartieron estancias con más familias. «Teníamos nuestra habitación individual con dos camas, pero los baños, cocina y salón es compartido y fue una experiencia fantástica porque haces amistad con las familias que están pasando por lo mismo que tú y nos ayudamos mucho».
Uno de los requisitos para acceder a estos pisos es el de estar a una distancia mínima del hospital de 50 kilómetros, pero desde la asociación dicen que entienden que hay carrreteras que se encuentran en situaciones muy precarias, por lo que influyen las circunstancias de cada persona. Pero si es cierto, que la elevada demanda de familias que solicitan el acceso obliga a la asociación a hacer un estudio de vulnerabilidad, ya que a veces las solicitudes superan al número de plazas, y en ese caso se da prioridad a las familias que tienen más necesidades.
Publicidad
«Con mi madre me hicieron una entrevista telefónica, y lo que más peso tuvo fue su edad y el número de kilómetros que teníamos que recorrer a diario», matiza Vizuete.
Pero no solo por tratamiento de radioterapia se puede acceder a una de estas habitaciones. Las cirugías o la hospitalización también son motivo para solicitar plaza en este piso, que es completamente gratuito. «Si no podemos dar servicio en el nuestro porque está ocupado ayudamos a la familia a encontrar otro, porque hay más en la ciudad del resto de asociaciones. Como Ícaro, que lo tiene frente al Hospital Materno Infantil», cuenta Rocío, que explica que estos pisos intentan ser lo más hogareños posibles para hacer sentir bien a las personas que se alojan en ellos.
Al año pasan por el piso entre 30 y 60 familias, una cifra que varía en función del tiempo que estén alojadas en un hogar que gracias a la última reforma es más accesible y ha mejorado su eficiencia energética. En él, Loli encontró su casa durante una época que fue difícil para ellas. «Este piso para nosotros fue lo mejor.
Noticia Patrocinada
Pero es la mejor opción para las personas que vivimos lejos de la ciudad. Aunque la solución sería equipar mejor las áreas de salud», reivindica.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión