El móvil, la nueva guía para conocer el MUBA

La Odalisca de Nicolás Megía aparece pudorosa tocando un sitar de dos cuerdas. Esta es la pieza número uno del primer catálogo del Museo de Bellas Artes (MUBA) que hizo Covarsí, el que fuera también su primer director. En el cuadro 'Bodegón con jarrón de Talavera', Felipe Checa pintó una avispa posada sobre una uva que solo unos ojos avezados distinguirían a la primera y en 'La muerte de Adonis' de Eugenio Álvarez Dumont las amapolas simbolizan su sangre.

No tiene un horario determinado ni un recorrido establecido y dura lo que quiera el visitante. Es como tener un guía de museo a la carta en el teléfono móvil. El MUBA es el primer museo de la ciudad que incorpora esta tecnología para darle un motivo nuevo para los que no han atravesado aún su puerta y un atractivo más para los que ya conocen su colección. Al final ese es el propósito de MUBA AR –el nombre de la app– aumentar la cifra de visitantes de este museo centenario, que ha decidido sacudirse el polvo con tecnología.

Aunque el coronavirus ha cerrado las puertas del MUBA, estrena la aplicación en un año en el que todo indicaba que iba a pulverizar sus estadísticas de visitantes. En los dos primeros meses del año ya rondan los 20.000 visitantes, más de la mitad de los que suelen entrar en el museo en todo un año. Buena parte de estas cifras es mérito de Eduardo Naranjo, encargado de abrir la primera exposición temporal de las tres que tenía previsto acoger el MUBA este año. Sin fecha de reapertura y con la próxima exposición temporal suspendida, el récord tendrá que esperar.

«Las nuevas tecnologías en los museos están a la orden del día, pero es verdad que los museos de Bellas Artes han sido los últimos en incorporarlas. Con motivo del centenario estamos haciendo muchas actividades como esta para atraer a un público nuevo», destaca María Teresa Rodríguez, su directora.

Con este fin han incorporando a la aplicación la historia que hay detrás de las que probablemente son las 24 piezas más interesantes de su extensa colección permanente. En esta selección están en nómina los artistas extremeños de más renombre como los citados Nicolás Megia o Felipe Checa, pero también Barjola, Timoteo Pérez Rubio, Eduardo Naranjo, Covarsí, Ortega Muñoz, Eugenio Hermoso o Zurbarán, entre otros.

El sistema que ya pueden usar los visitantes cumple con el famoso lema de fácil, sencillo y para toda la familia. Solo hay que descargarse en el teléfono móvil o en la tableta la aplicación (en el propio museo hay red wifi abierta), abrirla, elegir el idioma (de momento está disponible en español e inglés) y enfocar con la cámara el cuadro que se desea descubrir.

Automáticamente, en la pantalla se despliega una breve historia que habla del autor, de su trayectoria, influencia y técnica, de la obra concreta y lo que cuenta y del contexto histórico y social en el que se desarrolla. La información termina con un acertijo que invita al visitante a jugar con el cuadro y que se ha pensado sobre todo para atraer la atención de los más pequeños.

«Es una información científico-técnica pero muy asequible para todo el mundo», apunta Rodríguez.

La experiencia de visitar el museo con el móvil hace que el visitante pase de la mera contemplación a la interacción con el cuadro. Sin tirar del teléfono, la única información que tienen disponible los no eruditos de cada pieza es la de la cartela: el nombre, la fecha y lugar de nacimiento y muerte del autor, el título de la obra y la técnica.

Por eso desde el museo creen que conocer su colección a través del móvil puede ser atractivo sobre todo para la gente más joven, familiarizada con este tipo de aplicaciones.

También pretende que sea una herramienta para descubrir a los artistas extremeños en familia. «Ahora mismo con las obras que se pueden visitar a través del móvil, uno puede tardar más de una hora en ver los cuadros y leer las 24 historias que se han incluido en la aplicación. Pero a los niños no hay que atosigarlos con mucha información, no se trata de venir un día y ver todas las piezas de golpe, sino de convertir la visita al museo en una costumbre. El MUBA es gratis y por tanto, sería interesante que las familias lo convirtieran en un hábito de ocio durante sus fines de semana», reivindica su directora.

Para saber qué cuadros pueden leerse a través del móvil, el museo ha colocado unos pequeños carteles al lado de las obras con las leyendas MUBA AR o QR. Las primeras dan la información enfocando el móvil directamente al cuadro, la segunda por el mismo procedimiento pero en este caso, la cámara debe ir dirigida al código QR. La información a la que se accede es la misma, la tecnología sin embargo es diferente porque en determinadas piezas, sobre todo en las esculturas, la cámara no reconoce los volúmenes directamente.

Rodríguez quiere ir ampliando la información de la app con la incorporación de otra veintena de piezas que, calcula, podrá estar disponible a finales de año. También quieren avanzar en la accesibilidad de la aplicación, incorporando más idiomas, audios e incluso lectura fácil. Aún no tienen decididas qué obras elegirá. «La selección siempre duele y el criterio no tiene que ser necesariamente la relevancia, hay piezas que pueden parecer a priori secundarias pero que tienen detrás mucha historia que contar».