Investigan si el hombre que intentó entrar en La Cubana robó en otro local el domingo

De hecho, según ha podido saber HOY, una de las hipótesis es que el hombre implicado en el intento de robo en La Cubana pudo ser el mismo que entró y robó La Cocina Portuguesa. Tras romper el escaparate de la pastelería en la madrugada de este miércoles fue interceptado y detenido por un policía nacional, pero el delito en el restaurante tuvo lugar tres días antes.

La Cocina Portuguesa lleva 24 años en el mismo local de la calle Muñoz Torrero. Su responsable, Carlos Soares, asegura que nunca pensó que les robarían. «No tengo máquina de tabaco, no tengo tragaperras y no dejo dinero. Yo pensaba ¿Qué se van a llevar».

Sin embargo el domingo por la noche un hombre usó algo contundente, se cree que un martillo, para romper el escaparate y acceder al local. El primer sensor de la alarma, el que está en la puerta, no saltó, así que el ladrón pudo moverse con tranquilidad por el local. «Solo cogió algo de cambio y unas botellas».

Cuando trató de entrar en la cocina, saltó finalmente la alarma. «La compañía, al ser el segundo sensor, no llamó a la policía, nos llamó a nosotros y teníamos los móviles sin sonido», lamenta Carlos Soares. Este empresario explica que este fin de semana falleció su padre, por lo que dejó el teléfono sin sonido y no escuchó el aviso.

Eso provocó que el delincuente se aprovechase. Tras sonar la alarma, se marchó, pero minutos después volvió a la misma calle, a Muñoz Torrero, y al ver que no había acudido la policía, entró de nuevo en las instalaciones de La Cocina Portuguesa para llevarse más botellas. El segundo acceso, sin embargo, sí detonó la alarma principal y movilizó a la policía.

Soares indica que, a pesar del delito, los daños no han sido graves y que el mismo lunes pudieron abrir. Es importante porque, con la cercanía de las Navidades, «es una época con movimiento y hace falta».

La coincidencia de dos delitos similares en pocos días en locales comerciales del Casco Antiguo recuerda la racha de robos de hace un año en la que, a veces una y a veces dos personas, rompían escaparates para entrar y llevarse las cajas registradoras.