«Tengo fibromialgia y el especialista no me atiende»
Sanidad ·
Laura Sagardoy ha presentado dos reclamaciones al SES para que un reumatólogo la examine, pero la rechazan al tener diagnóstico de un médico privado«Todos los días siento dolor. Hay mañanas en que las crisis no me dejan levantarme de la cama». Quien habla es Laura Sagardoy Pagador, pacense de 29 años que ya no sabe a qué puerta llamar para que le atienda un reumatólogo del SES. Ha presentado dos reclamaciones y en las dos le han negado la asistencia, a pesar de que tiene un diagnóstico de fibromialgia.
Laura pone cara a la denuncia que firmaron 41 médicos de familia en julio, cuando remitieron una carta a la gerencia del área de salud de Badajoz.Denuncian que los protocolos establecidos por la consejería rechazan de forma sistemática a los pacientes sin tener en cuenta el criterio de su médico de cabecera. 6.545 pacientes se han visto imposibilitados de llegar a un especialista entre julio de 2020 y mayo de 2021. Ha pasado medio año desde la denuncia y la situación no ha cambiado, aunque el SES admitiera a finales de octubre que rechazan el 9% de peticiones y se comprometiera a evaluar los procedimientos.
Detrás de todos estos números y protocolos hay pacenses desesperados por el dolor. Laura Sagardoy es una de ellas y, aunque lo siente a diario, no termina de acostumbrarse al intenso padecimiento de la espalda y las corvas de las rodillas. Toma entre 9 y 10 pastillas al día y ahora se ha animado a probar con el aceite de CBD (cannabidiol).«A ver si esto me calma un poco».
Las molestias no son nuevas para ella. Se quejaba siendo niña y, desde entonces, le han hecho pruebas diferentes. En junio de 2012, con 21 años, llegó el primer diagnóstico. Tenía hipertiroidismo. «Estuve dos años tomando quince pastillas al día hasta que decidieron extirparme el tiroides porque no mejoraba». El 12 de agosto de 2014 le quitaron la glándula, pero los dolores no desaparecieron. Tampoco el insomnio ni la ansiedad. Comenzó a sentirse mal anímicamente hasta que en 2021 tuvo «una depresión muy gorda».
Así que sus padres decidieron llevarla a un especialista de pago ante la falta de respuesta del SES, que no la enviaba a un reumatólogo como ellos pedían. «En Badajoz no encontramos ninguno privado, así que fuimos a uno de Sevilla». El diagnóstico llegó rápidamente: fibromialgia. «Esa médico lo vio con claridad».
Con el diagnóstico en la mano volvió a su médico de cabecera en Badajoz, en el centro de salud de la zona centro, a pedir que le enviaran a un reumatólogo público. «Eso de ir a Sevilla fue a la desesperada. Inicié el procedimiento en mi ciudad para que un especialista me vea y me haga el seguimiento». Su médico de familia estuvo de acuerdo y pidió la consulta.
Semanas después le llegó la sorpresa. «El SES dijo que no me vería un reumatólogo porque ya tenía el diagnóstico, pero lo pido por favor para que me hagan un seguimiento y me pongan un tratamiento». «Me duele todo, todo el rato. Hay días en que no me puedo levantar y si ese día tengo examen o prácticas me ponen un cero», lamenta.
Así que una vez rechazada y desatendida su primera reclamación por escrito a través del centro de salud, volvió a su médico de cabecera. De ahí se fue a presentar una segunda reclamación en el Hospital Universitario porque en el centro de salud no le daban una solución. «En el hospital me dijeron que yo no tenía que ir allí, que presentara la queja en mi centro de salud. Pero es que ya lo hice en mi centro de salud y no me ha servido de nada. Aun así, hice otra reclamación y me la negaron de nuevo».
Laura tiene otras dolencias que la tienen inmersa en un «cacao». El hipotiroidismo consecuencia de la extirpación, la fibromialgia y TDH (trastorno por déficit de atención). Cada día es para ella una cuesta arriba. «Nadie se hace cargo de mi caso ni me ayudan», lamenta. Solo su madre, que ha sido el apoyo incondicional en todos estos años. La fibromialgia, explica, es una enfermedad poco conocida que causa mucha incomprensión y eso también le afecta en su vida académica (ahora cursa estudios de cocina) y personal.
«Tengo 29 años y no recuerdo ni un día de mi vida en que me haya encontrado bien. Necesito que alguien me ayude. No pido más que un reumatólogo siga mi caso y que me ayude a buscar un tratamiento que palíe el dolor».
El tratamiento que tiene ahora está prescrito por su médico de cabecera, pero no mejora y ella reclama un especialista.
El caso de Sagardoy no es el único. Los médicos de cabecera del área de salud de Badajoz dieron la voz de alarma este verano cansados de no poder dar una solución a sus pacientes.
La denegación de consulta de forma sistemática hace que los pacientes vuelvan a los centros de salud, repitan sus problemas y se quejen ante el médico de cabecera. En muchos casos dudan de que hayan pedido la consulta de forma correcta. Esto se traduce en más presión a los centros de salud y en que, en situaciones como la de Laura, el dolor no desaparezca.
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