San Juan, la esperanza de los feriantes

La feria de Badajoz ha devuelto a los feriantes al trabajo después de, en muchos casos, año y medio en casa y con sus atracciones guardadas en naves. No sienten el calor, ni las agujetas de cargar vigas, enganchar vagones o apretar tornillos, es más fuerte la esperanza que tienen puesta en que los pacenses acudan a su feria y sea San Juan el pistoletazo de salida de una temporada, con restricciones, pero al menos pudiendo llevar sus cacharritos de pueblo en pueblo.

«Tenemos muchas ganas y bastante más necesidad. Después del tiempo que llevamos inactivos necesitamos hacer ferias y volver a nuestra normalidad. Esto es imposible de aguantar económica y psicológicamente», reconoce Cristóbal Martínez, el encargado del 'Gusano Loco', una atracción que lleva viniendo a Badajoz desde hace 40 años.

La de San Juan será la segunda feria que hagan en diecinueve meses, en los que su actividad ha sido nula por la pandemia del coronavirus. «Necesitamos retomar la vida. Los feriantes vivimos por, para y en la feria».

Su atracción era de las que más avanzado tenía el montaje e incluso se podían ya ver algunas de las medidas del protocolo para evitar contagios que tendrán que aplicar durante toda la feria. «Entrada y salida separadas, alfombra para desinfectar los zapatos, gel en la entrada, aforo en cada vagón, ticket de un solo uso y desinfección de vagones después de cada viaje», enumera. «Tenemos que demostrar que la ferias son seguras y que se pueden celebrar para que el resto de los Ayuntamientos nos ayuden y las organicen».

Saben que la feria de Badajoz será una prueba de fuego y que si sale bien, les puede abrir las puertas de muchos pueblos durante todo el verano, por eso las precauciones las tienen grabadas a fuego. En la noria, por ejemplo, los paseos este año serán más lentos para que puedan vigilar que nadie se quita las mascarillas, dentro de las cabinas podrán estar hasta cinco personas como máximo si son de la misma familia, pero si llega una pareja podrá disfrutar el viaje en la intimidad y después de cada pase, se desinfectará cada cabina antes de que se suba la siguiente tanda.

«Hemos montado en Navidad y en San Isidro en Madrid y ahora estamos en Badajoz. Esperamos que a partir de ahora vayan saliendo más ferias. Llevábamos parados desde marzo de 2020 y hemos sobrevivido a trancas y barrancas y algunos ni han sobrevivido», comentaba ayer Tiburcio Torres, el encargado de la noria.

El ferial este año quedará reducido a la calle que se abre tras la portada de Puerta de Palmas. Habrá menos atracciones que otros años para cumplir la distancia de seguridad y también porque a algunos feriantes no les salen los números. El hecho de tener que apagar las luces a las dos de la madrugada plantea muchas dudas a los que estos días están montando sus negocios en Caya.

Es el caso de la familia Naranjo, que ayer empezó a montar su pista de los coches chocantes sin la certeza de las ferias prepandémicas en las que no tenían dudas sobre el éxito de San Juan. «Nos sabemos si va a funcionar bien, si la gente tendrá miedo a venir, si nos cerrarán las tracciones a la mitad o si será rentable teniendo que cerrar a las dos. Sabemos que no va a ser la feria del 2019, pero Badajoz es una capital valiente con su feria y esperamos que los pacenses vuelvan a vernos y a montarse en nuestras atracciones», desea Julio Naranjo.

En la Feria de Zafra de 2019, los Naranjo dieron por terminada la temporada de ese año, sin saber la que se les venía encima. «Mis cuatro hijos se han tenido que poner a trabajar en otra cosa que no es la nuestra, pero no ha habido más remedio. Por fin estamos aquí, llegamos a pensar que esta temporada también iba a estar perdida», añade.

El horario del ferial también le plantea dudas a Juan Manuel Gutiérrez, al frente de la caseta de comidas Horacio. «El horario no es muy flexible. Si hace mucho calor la gente no va a venir a las ocho de la tarde, a lo mejor solo vamos a funcionar dos horas, pero es lo que tenemos. Después de casi 18 meses en casa, estoy dando las gracias por poder volver a trabajar. Esperemos que este sea el arranque y que tengamos ferias este verano, aunque no estén al cien por cien».