La campeona de España de Arpa es de Badajoz

Fue entonces cuando decidió que quería aprender a tocar el arpa. Diez años después no sólo maneja a la perfección sus 47 cuerdas, sino que ha logrado el primer puesto en el certamen Arpa Plus, que se celebró hace unos meses en Zaragoza.

Milonga para amar, de Alfredo Rolando Ortiz, fue uno de los temas que Candela interpretó en este certamen destinado a estudiantes de arpa, el único para este instrumento que se celebra en España. A la cita acuden arpistas de todos los conservatorios de música de la geografía española y grandes profesores y arpistas europeos.

La melodía de Rolando Ortiz fue la que tuvieron que interpretar todos los alumnos de sexto de conservatorio, tras esta primera prueba los músicos deben interpretar una pieza de libre elección.

«Es complicado elegir porque por un lado quieres arriesgar pero por otro necesitas la seguridad de ir con un tema que domines sin caer en los clásicos», explica su profesora, Reyes Gómez.

Candela arriesgó con la seguridad de llevar una pieza que ha trabajado en el conservatorio durante los últimos meses. La pieza que interpretó sonó potente pero melancólica, así definió ella 'Étude de concert' el tema del compositor Félix Godefroid, que fue el que eligió junto a Reyes y con el que ganó el concurso.

«Para mí ha significado mucho ganarlo porque ya lo he hecho como profesional. Es mi último curso en el conservatorio y quería despedirme de una manera especial», explica la joven.

La de este año no era la primera vez que se presentaba al Arpa Plus, Candela ya participó en este certamen en el año 2019 y también obtuvo el primer premio en su categoría de entonces.

Si algo caracteriza al arpa más allá de su gran tamaño, lo que le dificulta a ella los ensayos, es que es poco común. «No todos los conservatorios lo ofrecen, de hecho en Extremadura solo se puede estudiar arpa en Badajoz», explica la joven, de ahí que el número de alumnos sea menor.

OEX y Sinfónica de Sevilla

También es menor su presencia en orquestas, pues mientras de otros instrumentos hay varios músicos, arpistas tan solo hay uno y Candela ya ocupa este lugar con la Orquesta Joven de Extremadura. «Para formar parte de la orquesta joven hay que hacer una prueba de acceso, aquí no es muy complicado porque solo hay un conservatorio de arpa», cuenta.

Con la Orquesta Joven ensaya los domingos, pero sus ganas de crecer dentro de la música la han llevado también a la Joven Orquesta Sinfónica de Sevilla, donde también forma parte desde hace unos meses. «Me avisaron que necesitaban un arpa y me presenté a las pruebas», explica.

Su participación con la Sinfónica de Sevilla está siendo toda una experiencia para ella, que el próximo año comenzará los estudios superiores de arpa.

«Al principio no tenía muy claro si dedicarme por completo a la música o estudiar psicología. Pero el año pasado decidí formarme solo en la música», cuenta.

Tras ganar el concurso de arpa, el objetivo que tiene ahora Candela es terminar su último año de conservatorio y el Bachillerato. «Es muy difícil compaginarlos porque el sistema educativo no lo pone muy fácil. Yo he podido cambiarme al Bachillerato artístico, convalido las asignaturas de arte y solo voy a las troncales».

Esto le deja mucho más tiempo para pasarlo en el conservatorio y estudiar arpa, ya que en su casa no puede debido al tamaño del instrumento que es difícil de transportar.

La mayor dificultad de este instrumento no está en su transporte sino en las notas. «Aunque todos tienen su dificultad el arpa es más complicado ya que cada mano tiene que interpretar claves diferentes», relata Reyes.

De este modo los arpistas tienen que coordinar ambas manos, una para cada nota, a la vez que utilizan los pedales para cambiar la afinación de las notas.

Aunque para Candela lo más difícil de controlar son los nervios que siente antes de salir al escenario. «Trato de no pensar que me va a salir mal, porque lo más importante es estar tranquila para que todo salga bien».

Su sueño es vivir de la música, para ello ya prepara un espacio en su casa para colocar un arpa, de quién es inseparable. Salamanca o San Sebastián son las ciudades en las que seguirá formándose como arpista, aunque a largo plazo su intención es volver a Badajoz y dar clases en el conservatorio.