San Agustín, la avanzadilla para abrir las iglesias al turismo
El templo de los agustinos es el primero de la ciudad que ofrece visitas guiadas para enseñar la historia y el patrimonio que queda en la ciudad de sus casi seis siglos
Es la parroquia más antigua de Badajoz. Primero estuvo en Santa María del Castillo, de la que queda la torre más alta de la Alcazaba; ... luego en Santa Catalina, la recién rehabilitada iglesia de los jesuitas en frente del Museo Luis de Morales, y a mediados del siglo XIX se trasladó a su templo actual, que fue convento de los agustinos. Santa María la Real, conocida en Badajoz como San Agustín, ha dado el primer paso al frente para abrir las iglesias al turismo.
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Lo ha hecho organizando visitas guiadas culturales dos veces en semana durante todo el mes de julio, convirtiéndose en la avanzadilla para que pacenses y visitantes descubran la historia religiosa de Badajoz, a través de sus templos y del patrimonio artístico que han conservado durante siglos. Para este mes de agosto, están preparando una visita especial dedicada a la dormición de María, coincidiendo con la festividad del día 15 y, a partir de septiembre, retomarán las visitas guiadas semanales incorporando el claustro pequeño del convento.
«Dentro del equipo de patrimonio de la parroquia decidimos que teníamos que enseñar nuestra iglesia y dar a conocer nuestra historia desde el año 1400. La idea que subyace a esta iniciativa es también que no se enseñe el templo como si fuera un museo, sino que sirva para transmitir la fe a través del arte y la cultura», explica Manuel Ruiz, párroco de San Agustín.
Ruiz espera que su iniciativa sirva de acicate para que otras iglesias de la ciudad sigan los pasos de San Agustín e incluso avanza la posibilidad de organizar visitas temáticas entre varios templos. «Por ejemplo de las obras de los Mures, los Estradas o los Lucenqui que hay en varias iglesias y en la Catedral. Es una manera de empezar algo que creo que puede ser una invitación a otras parroquias para que también lo hagan, pero desde luego para eso necesitamos gente voluntaria que pueda explicar estas visitas». En su caso, Rocío Sardina y Leonor Celdrán son parte de ese equipo de patrimonio de la parroquia que están guiando las visitas de San Agustín.
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La iniciativa ha sido un éxito. Todas las visitas del mes de julio (que son gratuitas) han estado completas. Como ya pasó con el convento de Santa Ana cuando Amigos de Badajoz organizó visitas guiadas con motivo de sus 500 años de historia, en la ciudad hay un interés por conocer de cerca el pasado y la herencia que se conserva en las iglesias. Y de historia, San Agustín tiene desde época musulmana. Aunque no quedan vestigios, donde hoy se levanta el templo estuvo la mezquita aljama de Badajoz, es decir, la más grande de la ciudad. Durante la visita guiada, Leonor Celdrán cuenta que en la capilla de San Francisco de Asís, la última de la nave de la Epístola (a la izquierda del altar), hay una humedad continua que son incapaces de erradicar. Lo achacan a que ahí estuvo en su día la fuente de las abluciones de la mezquita, pero –como advierte la guía– «hasta que no se levante el suelo del templo y se vean los cimientos, no lo sabremos con seguridad».
De época cristiana, San Agustín atesora el patrimonio heredado de Santa María del Castillo, la primera catedral de Badajoz, de los jesuitas que estuvieron en el convento de Santa Catalina, y de los agustinos, del convento en el que actualmente tiene su sede la parroquia.
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De esa herencia destaca la imagen de Santa María del Castillo que tienen en el retablo del altar. Es la misma que presidía el altar mayor de la iglesia de la Alcazaba y que después estuvo en Santa Catalina. De la iglesia de la Alcazaba también conservan la figura de San Sebastián, al que se le sacaba en procesión cada vez que había pestes, plagas o pandemias en Badajoz, y la pila bautismal más antigua de la ciudad.
Herencia, leyendas y anécdotas
Del patrimonio jesuita, un buen exponente es la capilla del Sagrario (la primera de la Epístola) y de los agustinos se conserva la Virgen del tránsito, una de las tallas más antiguas del templo, que ha sido recientemente restaurada. Sobre ella había una leyenda popular antigua que decía que le crecían las uñas y el pelo.
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En su templo se custodia la dolorosa más antigua de la ciudad, la Virgen de las Lágrimas de la cofradía del Santo Entierro, y uno de los pocos cristos-sagrarios que se conservan en España, el Yacente de la misma cofradía. También la Virgen de la Paz, que es la que estaba encima de la Puerta de Pajaritos.
Durante la visita también se descubren historias curiosas. Como la de los cuatro cuadros que hay en el altar, que fueron encontrados de forma fortuita empalados en un muro tras la guerra. Unos niños jugando a la pelota abrieron un hueco y allí se conservaban. También se cuenta a los visitantes que el suelo de San Agustín es una enorme cripta y que de su pasado como lugar de enterramiento se conserva la lápida de Diego Suárez de Figueroa o los túmulos funerarios gemelos en el altar de dos capitanes generales de Extremadura.
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En el recorrido también se descubre no solo lo que tiene el templo, también lo que ha perdido: los Morales del altar o la talla de Nuestra Señora de Gracia, cuya fama de milagrosa arrastraba el fervor no solo de la ciudad sino también del país vecino.
El broche final de la visita es la subida a la torre-campanario, un ascenso no apto para todos los públicos, pero que ofrece una vistas privilegiadas del Casco Antiguo y del río.
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