Mérida y Montijo completarán la red de regadíos localizados
Nueve mil hectáreas. Los regantes de estas dos comunidades trabajan ya con enganches directos por tuberías y dejan atrás el sistema de inundación por acequias
Conoce bien Francisco Sánchez las necesidades hídricas de la zona media del Guadiana.
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Al frente está del Canal de Montijo y de la Comunidad de ... Regantes de Mérida. O lo que es lo mismo: la red de tres mil hectáreas de toma para Montijo, Guadiana y Pueblonuevo. Más las seis mil que serpentea por los términos de Mérida, Arroyo y Calamonte. Nueve mil en total que han entrado ya en la primera fase de una campaña marcada por la sequía pero que sortean con eficiencia, según explican. «Tenemos el hándicap de que no contamos con el cien por cien de lo que realmente necesitamos, pero los agricultores de esta zona están muy concienciados. Trabajan de forma muy eficiente y vamos bien».
A pesar de la escasez de la que ya les avisaron, la sensación ahora en el campo es que van a acercarse a una campaña normal.
Las tres semanas de inicio coincidieron con las lluvias de final de mayo y principio de junio.
Amortizaron los frentes a destiempo la demanda de agua inicial y esa aportación en el campo al arrancar se notó en los primeros caudales. «A pesar de la coyuntura, la situación ahora es buena. Los tomateros han firmado contratos y los que trabajan la fruta ven que pueden sacar una producción similar a otras cosechas. Estamos todavía en el principio, pero con optimismo».
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Hay en este triángulo que forman las dos comunidades una red casi localizada. Llega el agua presurizada a cada explotación. Aprovechan los agricultores los aporte con presión para cultivos permanentes. Mucho olivo superintensivo más frutales y almendros. Y a quienes le llegan ya filtrada a 130 micras la aprovechan para maíz.
A la comunidad de Mérida le quedan solo dos mil hectáreas por presurizar, pero ha activado un plan de inversión para cerrar por completo en dieciocho meses. «No te queda más remedio que transformarte. Hay que ir a sistemas tecnificados para utilizar la mitad de agua». La modernización dejará atrás las acequias y meterá tuberías para que al agricultor la inyecten directamente en su goteo. En 2025 no habrá ya acequias en esta red. Todo se filtrará. Las cuatro mil ya puestas más las dos mil pendientes. Y se pondrá a la altura de Montijo, Guadiana y Pueblonuevo.
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Al localizar el sistema, con el mismo aporte asignado por la Confederación el agricultor llegará al doble de superficie. O podrá alargar las campañas para cultivos de ciclos largos. El sistema de gravedad y acequias requiere mucho más volumen porque no se controla tanto el caudal que circula por el campo. Parte de la fruta que está llegando ahora a las centrales y los permanentes de la zona de Montijo van con sistemas de precisión. A mitad de agua de lo habitual.
Y marcan las rotaciones de cada campaña las exigencias de la PAC más que las preferencias en las explotaciones. Se consolida la especialización. Los agricultores de fruta, explica el presidente de los regantes, se tecnifican para amotizar las inversiones de maquinaría. En permanentes interesa un equipamiento los más moderno posible porque puede abaratar los costes de producción. La fruta es uno de los cultivos más sociales en cuanto a cosecha y manipulación por el personal que se requiere. Pero en el ciclo previo, los agricultores buscan reducir los costes. Y pone como ejemplo la centralización de la mercancía. Hay en esta zona transformadoras de aceite para los que llevan olivo intensivo y manipuladoras de gran volumen para los que mueven frutas. Se abarata el transporte y el coste de mercado.
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Apenas sale ya mercancía suelta de los regadíos, todo se mueve en transformadoras o exportadoras. La red de agroindustria se ha desplegado cerca de los productores. Por eso hay interés en seguir creciendo. Y entra en este debate el uso o el abuso en periodos de sequía y la capacidad real de los canales. Los regantes de la zona de Mérida y Montijo ven ciclos y no una situación inédita. «Si uno hace una comparación histórica comparando campañas se ve claramente que hay más años malos que buenos. No es nada nuevo enfrentarse a periodos de escasez como el actual». No se ha podido almacenar esta campaña hidrológica. Llegaron las tormentas de diciembre de golpe y ni tan siquiera sirvieron para generar reservar. Recuerdan los agricultores la de 2012 al 2013. Muy ajustados fueron entonces. Pero desde entonces hasta ahora no han tenido limitaciones. La previsión a corto plazo es cerrar la campaña como ha empezado. También mantener los precios en los contratos pendientes por cerrar en el tomate o la fruta. Y que luego el otoño genere reservas.
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