«Hay que retirar el coche a los que cometan infracciones muy graves»
«De forma temporal o permanente, pero habrá que hacerlo en el futuro», asegura
LUIS EXPÓSITO
Domingo, 16 de agosto 2009, 14:18
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Cada accidente tiene su propia historia y Antonio Marín se las sabe casi todas. Tiene delante las estadísticas anuales de siniestralidad vial -«las malditas hojas», las llama- pero no necesita consultarlas. Un siniestro indica que algo ha fallado y él se afana buscando la causa. Para que no vuelva a suceder.
Pero después de casi 40 años trabajando en Tráfico, y más de 20 como jefe provincial, lo tiene claro: la velocidad está detrás de la inmensa mayoría.
-Parece que este agosto está siendo malo para las carreteras extremeñas, ¿a qué lo achaca?
-En la provincia de Badajoz se han registrado dos personas muertas hasta el día 14, ambos en fines de semana. Uno el día 1 y otro el día 8, y hubo un tercero en viernes, el 31 de julio. Llegamos al verano y empezamos con los dichosos fines de semana. Desde enero hasta mediados de junio se registraban 13 fallecidos y desde entonces ya se han alcanzado los 16. Los números se multiplican en verano. Está claro, influye el cambio de ambiente, las vacaciones, las fiestas en los pueblos, las discotecas de verano... Sin embargo, se trata de números muy parecidos a los del año pasado. En este 2009 íbamos muy bien, en julio tuvimos menos muertes que en 2008. En agosto llevamos los mismos.
-¿El binomio alcohol-velocidad sigue estando detrás de la mayoría de los accidentes mortales?
-El alcohol y las drogas no suelen ser un factor aislado, suelen ir acompañados de lo que podríamos llamar 'conducción festiva', evidentemente con exceso de velocidad. El otro binomio que tiene incidencia es el de la velocidad-distracción. Estos dos ejes se corresponden prácticamente con el 100% de los accidentes. A no ser que sea una circunstancia muy especial, cada uno de ellos supone la mitad de los percances que se registran.
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-Entonces, si la gente no corriera ni bebiera, ¿se acabarían los accidentes?
-Casi. Cuando bajan las medias de velocidad en una zona, bajan los accidentes, hay estudios que así lo dicen. En cuanto al alcohol, se detecta en torno al 40% de los fallecidos en la carretera.
-Ahora comienza una campaña de control de velocidad.
-La DGT hace seis o siete campañas periódicas a lo largo del año. Son dos sobre el cinturón de seguridad y casco, otra de transporte escolar en octubre, dos sobre alcohol y las de velocidad. Éstas últimas se hacen a comienzos de año y en verano. Luego hay otras que son esporádicas, como la especial del casco en tramos urbanos. Ahora estamos en la segunda anual de velocidad, entre el 10 y el 23 de agosto. Evidentemente se escoge verano porque hay más movimiento y más riesgo. La idea es que la Guardia Civil duplique el número de controles que viene realizando. El jefe del Subsector y yo programamos dónde se ponen los radares y se pretende que esos controles duren el doble de horas de lo que es normal.
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-¿De qué medios disponen para hacer esta campaña?
-En Badajoz hay seis radares, pero normalmente alguno está en revisión. En Cáceres tienen un número parecido.
-Pero no estamos hablando sólo de coches.
-No. Hay distintos modelos de aparato, algunos se colocan en vehículos y otros van instalados en trípodes y se accionan desde el coche.
-Respecto a los radares fijos, ¿se pretende aumentar el número?
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-Sí, está previsto. Ahora mismo tenemos en la provincia once cabinas, donde van rotando los radares que hay. Queremos hacer once cabinas y tener también algún aparato más. Le he mandado a la DGT en Madrid un esbozo de dónde creo que deben estar y hemos mantenido alguna reunión. Todas las que hay ahora mismo están en la red del Estado, menos una. Ahora queremos que al menos la mitad de las nuevas se coloque en la red de carreteras de la Junta. La Administración autonómica coincide con la lista de vías que nosotros proponemos. Hay puntos que creemos que son preferentes, como las cercanías de Montijo, entre Almendralejo y Aceuchal, entre Don Benito y Villanueva, y entre Zafra y Los Santos de Maimona. Estos cuatro creo que son preferentes, porque es donde tenemos más tráfico y más problemas.
-Luego, funcionan.
-La velocidad media se ha reducido en torno al 5% desde que se intensificaron los radares, hará un lustro. Y se está notando, en esta década el número de víctimas ha caído prácticamente a la mitad a nivel nacional. Y eso es mucho.
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-¿Ha costado mucho trabajo alcanzar estos números?
-Sí, y dinero. La DGT, y sobre todo la Guardia Civil, han aumentado mucho su personal. Y los radares cuestan un dineral. Sólo hay que tener en cuenta que cada campaña publicitaria puede alcanzar los tres millones de euros.
-Esa bajada, ¿es atribuible exclusivamente a los radares?
-Se trata de una política más dentro de un conjunto de factores. El carné por puntos ha resultado fundamental. También la reforma del Código Penal, el considerar delito la conducción con una tasa superior a 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y también con un determinado exceso de velocidad. En los últimos tiempos, han sido las tres medidas que más han influido. Tendrán que seguir dándose pasos hacia adelante, como los controles por tramos, o la retirada de vehículos por infracciones muy graves o a los reincidentes. Esta última medida se podría hacer de forma temporal o permanente, pero, desde mi punto de vista, habrá que hacerlo en un futuro. Ya se está hablando de ello en ámbitos jurídicos.
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Igual que la policía se incauta de los vehículos de los narcotraficantes porque son los objetos para cometer los delitos, se haría lo mismo trasladado al tráfico. El Estado se ha tomado el tema como una gran obligación, esa preocupación sobre la seguridad vial no ha sido siempre la de ahora.
-Ahora se está hablando de esos radares por tramos. ¿En qué plazo pueden llegar a la región?
-No tengo conocimiento de ello, sólo sé lo que ha aparecido en los medios; que en los próximos meses se va a iniciar con carácter experimental en los túneles de Guadarrama, en Madrid. Sí sé que se llevan años ensayando. Incluso en la A-5, a la altura de Mérida, se experimentó con este sistema en su día. Fue un tema que se llevó desde Madrid, pero fueron simplemente unos estudios para analizar su aplicación técnica.
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-¿Puede ser efectivo?
-Es una forma de control más. Hay otros sistemas que funcionan por satélite. No se trata de saber cómo se hacen los controles, sino de que los conductores tenemos que respetar los límites y las autoridades tienen la obligación de que se cumplan. Por todo, por la seguridad vial y también por el medio ambiente.
-¿Ha tenido incidencia en esta reducción de accidentes la calidad de las vías?
-No. Ha tenido la calidad de los vehículos. Ahora son mejores y eso ha reducido el número de heridos y de muertos. Cuando las carreteras son mejores la gente corre más. Sí que se reduce la siniestralidad cuando se arregla una carretera que está teniendo accidentes. Pero habría que estudiar si se tiene más accidentes en una buena o en una mala vía, porque la gente tiende a correr más. La primera gran reducción de accidentes que hubo, en los noventa, se debió al desdoblamiento de las vías. Las carreteras de sentido único, como las autovías, tienen unas condiciones que no tienen las de doble sentido. Pero ahora mismo se han desdoblado muchas. Sin embargo, no tengo muy claro que la mejora de ciertas vías haya influido. Sí creo que la calidad de los coches ha mejorado muchísimo. La absorción de energía en los impactos, los controles automáticos de frenado y amortiguación, todo eso, ha influido.
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-También se suele hablar mucho de los puntos negros. ¿En qué situación nos encontramos?
-Siempre hemos tenido muy pocos, pero ya no existen como tales. Se ha cambiado el concepto. Antes se consideraba uno cuando en un año natural había tres accidentes con víctimas en un tramo de 100 metros. Ahora se llaman puntos de concentración de accidentes, y los determina Carreteras. Hay muchos parámetros que se analizan, como el tipo de vía o el tráfico. Ellos los analizan y estudian las soluciones. Pero las estadísticas de coordinación las tiene la DGT y nosotros estudiamos la situación cuando se dan varios accidentes en un punto. Y cuando vemos alguno raro también, aunque esté aislado. Este año, en la provincia, sólo tenemos un punto de este tipo, que está a la salida de Badajoz por la N-432, a Granada. Allí ha habido tres accidentes. En principio no parece que tenga nada especial, no se detecta nada, pero hay algo raro. También estamos estudiando un tramo en la salida de la carretera de Olivenza y en una glorieta en el desdoblamiento de la Badajoz-Cáceres, a la altura de Gévora. En este punto tendremos que hacer algo...
-Pero la carretera de Olivenza está recién arreglada.
-Yo la recorro todos los días y tiene mucho tráfico. Se circula en caravana muchas veces, aunque a una velocidad aceptable.
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-¿Si todas las carreteras fueran autovía, seguiría habiendo muchos accidentes?
-Ahora mismo, si se hicieran cinco tramos de autovía, unos 300 kilómetros, se reducirían los accidentes. Pero no por la calidad en sí, sino por el hecho del desdoblamiento, de evitar el doble sentido, como ya he dicho. Si se diera una solución a la carretera Don Benito-Villanueva, aunque ya está desdoblada, habría muchos menos de los 30 que suceden todos los años. Es un tramo urbano al que habría que dar una solución interurbana o hacer una calle, con lo que supone.
También habría que desdoblar la Badajoz-Olivenza, y darle una salida a Sevilla desde Badajoz, bien por Almendralejo o por Zafra. Si se escoge la primera opción, habría que desdoblar la segunda desde Badajoz hasta el kilómetro 12. También la salida de Zafra a Los Santos hasta Alconera. No veo necesario, a efectos de seguridad vial, hacerlo hasta Jerez. No hay que olvidarse del entorno de Montijo, en la vieja carretera entre Badajoz y Mérida, la Ex-209. Ahora mismo es la carretera con más problemas. Con esas carreteras desdobladas habría menos accidentes. Pero eso vale mucho dinero, por lo que hay que recurrir a otras medidas, radares, más vigilancia, controles nocturnos de alcoholemia...
-Ahí aparece el problema de los botellones.
-Tienen que colaborar los ayuntamientos. Van entrando en el tema, pero, desde mi punto de vista, la administración local tiene que implicarse más en la seguridad vial. Los responsables municipales todavía no han cogido bien el toro por los cuernos, por lo menos en esta provincia. No digo que sean todos, pero por lo general, todavía no lo han hecho. Claro está que me refiero a los que tengan medios, hay muchas pequeñas localidades que no los tienen. Pero hay ciudades que tienen una policía local numerosa.
-En las pistas de Confederación Hidrográfica suele haber problemas.
-Circula mucha gente que sale de las discotecas por la noche para evitar los controles, aprovechando que están asfaltadas. En la provincia tenemos 70.000 kilómetros de caminos, y se están asfaltando muchos de ellos. El problema es que vienen bebidos y conducir de noche es muy peligroso porque estas pistas no están pensadas para eso, sino para servicio de los canales o el tránsito de tractores. Hemos pedido ayuda a la Guardia Civil, y se va a hacer más. Este año llevamos cuatro muertos en caminos, de un total de 29, que es una proporción altísima. Todos los años, solemos estar en torno al 10% de víctimas en estos caminos.
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