Agustín Morera, presidente del Valencia

El máximo accionista del Valencia, Juan Soler, presentó ayer miércoles su dimisión como presidente y consejero del club «por motivos de salud», después de tres años y medio en el cargo. Soler, que llevaba 100 días sin pisar el palco para presenciar un partido de su equipo, pone así fin a un ciclo salpicado de fracasos deportivos y continuas polémicas, la última de ellas, el juicio de Albelda contra el Valencia tras ser apartado de la plantilla por sus discrepancias con la gestión del promotor inmobiliario.

Soler anunció su decisión de abandonar la presidencia del Valencia durante una reunión de urgencia del consejo de administración de la entidad, que designó a Agustín Morera, hasta ahora vicepresidente social, como su sustituto. Soler, sin embargo, continuará controlando el club, y durante su conferencia de prensa de despedida garantizó «la estabilidad para el proyecto deportivo y la construcción del nuevo estadio», que está previsto esté finalizado para la temporada 2009-2010.

Sin títulos

«No puedo ofrecer el tiempo y la dedicación que el Valencia y sus aficionados requieren», aseguró Soler para justificar una dimisión que el dueño de la entidad ya se planteó a finales de enero, después de la derrota que sufrió el equipo 'ché' en Mestalla ante el Almería. Ya no dará marcha atrás.

Los últimos acontecimientos que tanto han deteriorado su imagen y la del Valencia le han llevado a pasar a un segundo plano y dar el relevo a otro dirigente, al estilo de Manuel Ruiz de Lopera en el Betis. Durante su comparecencia aseguró que, por prescripción médica, ya ni siquiera presenciaba por televisión los partidos del Valencia y que mientras el equipo jugaba él se dedicaba a ver DVD.

Soler, que dispone de 70.000 acciones del Valencia e insiste en que no venderá el club, prometió que velará «para que todos los proyectos que están en marcha se hagan por fin realidad».

También destacó que su última decisión adoptada como presidente, aprobada por unanimidad por el consejo de administración, ha sido que los socios no paguen entrada el próximo jueves en Mestalla, para presenciar el partido de vuelta de las semifinales de Copa contra el Barça.

Pese a las críticas de los seguidores valencianistas, Soler quiso agradecer a los aficionados el trato recibido durante sus cuatro temporadas al frente del club, al igual que el de la prensa, los futbolistas y los cuatro entrenadores -lamentó ante todo la destitución de Quique Flores- que se han sentado en el banquillo durante su etapa, una de las más convulsas en la historia del Valencia. «Todos ellos, sin exclusión, me han demostrado que son unos grandes profesionales», dijo.

Respecto a los errores cometidos, aseguró que «no fueron intencionados, sino ideas que se creían lo mejor para el club», después de cerrar una era en la que el Valencia no ha conseguido ningún título después de que con el anterior presidente, Jaime Ortí, el club valenciano viviese sus años de mayor esplendor deportivo en la Liga y en las competiciones europeas. Pese a todo, Soler aseguró tener «muy buenos recuerdos» y quiso destacar la apuesta por la cantera. «Desde hacía mucho tiempo no se habían visto tantos jugadores de la casa, y en el capítulo de fichajes siempre he preferido vender solares y poder mantener a las estrellas del equipo», apuntó, sin desaprovechar la ocasión para denunciar también «la envidia de otros ex presidentes» que no pudieron mejorar el equipo.