Óscar, el hombre que acoge a los inmigrantes que llegan a Plasencia

Llegó de Perú en noviembre de 2019 para recuperarse de una intervención quirúrgica, porque en Plasencia residía ya una hermana. Este año cumplirá tres en la ciudad y podrá regularizar su situación, porque Óscar Samamé Huaringa quiere quedarse para continuar con el trabajo que comenzó en plena pandemia, en los meses más duros del confinamiento.

«Llegaron cuatro jóvenes sin papeles y sin un lugar al que ir, y les acogimos en los salones parroquiales del Salvador», explica. «Personas que vinieron, como tantas otras, en busca de un futuro que les habían pintado fácil, pero que tiene poco que ver con el que se encuentran, porque cuando llegan se sienten abandonados».

El Obispado abrió primero un piso, después un segundo «y ahora vemos que es necesario un tercero», cuenta Óscar, para seguir acogiendo a los inmigrantes que llegan a la ciudad. «Más de 40 personas han pasado ya por los pisos, hoy sus 13 plazas están ocupadas, porque la demanda es alta». Y es él desde la pandemia quien se ocupa de la gestión de esos pisos, de acoger a los que llegan, «de acompañarles para que puedan regularizar su situación, optar a un trabajo, aunque siempre es difícil, y empezar una nueva vida».

Estos pisos son uno de los muchos recursos que la Iglesia ofrece a la sociedad, gracias en buena medida a los ingresos que logra por la x de la declaración de la renta y también a las aportaciones de los fieles, y que emplea en los servicios con los que da respuesta a las múltiples necesidades que hay, de la mano de cientos de personas que creen en el trabajo en favor de los otros, como Óscar Samamé.

Con motivo este domingo del día de la Iglesia Diocesana, el vicario de Asuntos Económicos, Antonio Luis Galán, y la responsable de Administración, Marta Vicente Martín, han dado a conocer, en una rueda de prensa junto con el responsable de los pisos de inmigrantes, las cifras que han hecho posible, entre otras cosas, que más 12.000 personas hayan sido atendidas en el último año.

La diócesis placentina tuvo en 2021 unos ingresos totales de 6.058.039,06 euros, de los que el 23,02% corresponden a las aportaciones de los fieles, mediante colectas, donativos o limosnas; y el 38,18% a lo percibido a través del Fondo Común Interdiocesano, al que se destina la asignación tributaria.

En el capítulo de gastos, que arrojaron una cifra de 5.258.983,22 euros, la Diócesis dedicó un 20,71% de sus gastos en acciones pastorales y asistenciales, un 41,40% a la conservación de edificios y gastos de funcionamiento y el 22,40% fue destinado a las retribuciones del clero y del personal seglar.

En cuanto a la actividad caritativa y asistencial, en 2021 fueron atendidas 12.171 personas en 10 casas de ancianos, 88 centros para mitigar la pobreza, 4 centros de asistencia a emigrantes y refugiados, 3 de rehabilitación de drogodependientes, 2 para promover el trabajo, además de los de menores y jóvenes, promoción de la mujer y consultorios familiares.

La diócesis placentina -que se distribuye por las provincias de Cáceres, Badajoz y Salamanca- cuenta con 149 sacerdotes, 220 religiosos y religiosas, 97 monjes y monjas de clausura, 906 catequistas, 2 seminaristas, 2 diáconos permanentes, 43 misioneros, 201 parroquias y 8 monasterios.

Todos estos datos los ha hecho públicos el Obispado y se pueden consultar en www.portantos.es y en www.diocesisplasencia.org

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