Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a ... conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río...». Continuar leyendo 'Cien años de soledad', la genial obra de Gabriel García Márquez, o alguna de las millones de historias que encierran los libros es una de las mejores formas de sobrellevar esta época de 'semiencierro' que nos ha tocado vivir. Eso es también lo que piensa el Gobierno belga, que considera que la literatura nos podría ayudar a soportar la ansiedad y el malestar que nos está generando la pandemia. Por ello cuando a primeros de noviembre endureció su confinamiento durante seis semanas para hacer frente a la segunda ola de la covid, incluyó los libros entre los «bienes esenciales» y decidió mantener abiertas las librerías, junto a supermercados, gasolineras, tiendas de alimentación y farmacias. «Nada mejor que abrir un libro para escapar de la terrible situación que estamos viviendo. Nos parece fundamental atender a los más vulnerables, pero también al nivel de salud mental de todos los belgas. La cultura tiene un papel muy importante que desempeñar en esta área», dijo hace unas semanas Georges Gilkinet, vice primer ministro belga. No puedo menos que aplaudirle.
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Esta época de reclusión le ha servido a muchos para redescubrir el placer de la lectura y convertirlo en un hábito. Con los libros aprendemos, nos entretienen y a la vez nos ofrecen la posibilidad de trasladarnos a otro tiempo y a otro lugar. Nos hacen soñar y nos descubren un mundo lleno de posibilidades.
Tenemos a nuestro alcance páginas llenas de creatividad, talento, sabiduría... Son una fuente de conocimiento, hacen volar nuestra imaginación, nos permiten conocer historias y aventuras extraordinarias, nos desvelan enigmas, tesoros, leyendas, sus intrigas despiertan nuestra curiosidad...
Leer hace más interesantes nuestras vidas porque los libros nos dan la oportunidad de conocer a personajes extraordinarios y diferentes que nos hacen reflexionar, como El Principito, don Quijote, Ulises, Emma Bovary, La Maga, Jane Eyre, Jay Gatsby, Edmundo Dantés, el Lazarillo, Charles Ryder, Anna Karenina, Fortunata y Jacinta, la Celestina, la Reina del Sur, Shidharta...
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Y para los que buscan respuestas, recuerden lo que decía aquella sintonía –con letra de Jesús Munárriz, música de Luis Eduardo Aute y la voz del dúo Vainica doble– que los 'maduritos' recordarán de los programas de Fernando Sánchez Dragó 'Biblioteca Nacional' y 'Negro sobre blanco' en TVE: «Todo, todo, todo está en los libros. El unicornio, Alejandría, Aldana en Alcazarquivir, Kim de la India y Samarkanda, Santa Teresa y Boabdil, Ítaca, la muralla china, las minas del rey Salomón, flores del mal y gatopardos y caminos de perfección...».
Les animo a leer porque en estos tiempos un poco asfixiantes que nos agobian, los libros pueden ayudarnos a evadirnos porque nos sumergen en historias en las que no aparecen palabras que queremos olvidar como coronavirus, covid, desconfinar, desescalada, seroprevalencia o antirretroviral que esta semana se acaban de incorporar al Diccionario de la Lengua Española.
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