Cuando Mérida sacaba a Augusto en procesión

En los ochenta se encontaron en otras excavaciones de la ciudad fragementos iguales que confirmaron esta primera hipótesis. Se trata de relieves con guirnaldas de flores y frutos de laurel. Y los investigadores lo entiende como restos de un altar por su similitud con el Altar de la Paz de Agusto en Roma. Se imitó este modelo de monumento en todo el Imperio.

Y hay además monedas acuñadas en Mérida en la que aparece este tipo de altares, lo que refuerza la teoría de que este monumento hubiera sido real y que los fragmentos encontrados en los años treinta y ochenta formaban parte de la decoración de este monumento. En las excavaciones del área del foro colonial, en el centro de la plaza, se localizaron también cimentaciones interpretadas luego como un templo o un altar.

Muchos de esos relieves que fueron recopilando los arqueólogos en diferentes etapas se pueden ver ahora en el Museo Nacional de Arte Romano, que dedica desde esta semana gran parte de sus salas de la primera planta a explicar mejor el uso y la influencia de los foros de Mérida. Se ubicó el altar en el centro de la plaza. En la fachada externa se ilustraban escenas sobre la fundación de la ciudad y en las interiores los laureles recordaban a Augusto y su dinastía Julia. Se unía de esta forma figuras de la Fundación de Roma con escenas de la historia local, como Marco Agripa, yerno de Augusto. Con los relieves de mármol encontrados en la zona de Pancaliente y que pertenecen al siglo I se forma una escena que se interpreta como el acto religioso de la fundación de la colonia en Mérida. El foro era también lugar de culto.

Pero la colonia Augusta Emerita tuvo dos foros, al municipal o colonial próximo al Templo de Diana, hay que sumar el provincial. Cada uno además con sus edificios singulares. El colonial ya se sabe que se hizo antes. Se dedicó a Augusto y fue casi parejo a la fundación. En Mérida todos lo relacionan con el Templo de Diana y el Pórtico del Foro.

El provincial vino después, cuando adquirió la ciudad la capitalidad provincial. Con Tiberio. Y su estructura más representativa que se puede ver hoy es el Arco de Trajano, que era la puerta de acceso. Se visita parte de la cimentación de lo que fue un gran edificio de mármol que se edificó imitando al templo de la Concordia de Roma. Era como el emblema del Foro Provincial.

Y cerca del perímetro del Provincial, en el cerro del Calvario, se encontraron tres estatuillas de bronce del siglo I que eran réplicas a menor escala de las grandes escuturas que presidían los edificios públicos del Foro Provincial.

Se identifican claramente con Livia, Tiberio y Augusto. Livia es la figura femenina con túnica y manto. La hipótesis de los arqueólogos es que este tipo de figuras de pequeños tamaño se usaban para sacarlas en procesión desde el templo de culto imperial provincial. Tanto Augusto, como Tiberio o Livia fueron divinizados tras su muerte y se repetían las ceremonias religiosas en so honor en la colonia. Se usó, por tanto, el foro provincial también como espacio de culto a los emperadores. Las ceremonias las oficiaban los sacerdotes y sacerdotisas, los flamines y flaminae.

La directora del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, Trinidad Nogales ejerce también de comisaria de esta colección de piezas sobre los dos foros. Explica Nogales que los dos recintos se levantan cerca de las dos vías principales que recorrían la ciudad de sur a norte y de oeste a este. Se compleetaban además de plazas porticadas que fueron luego reutilizándose.

Tanto del foro de la colonia como del foro provincial proceden la colección de esculturas y fragmentos decorotivos. Destaca Trinidad Nogalesque por la calidad del material y el interés que generan aportan una interesante información sobre el uso público de los foros. Eran el corazón de la ciudad, donde más gente se concentraba para el mercado o acudir a los servicios públicos. Y en Mérida, afortunadamente, los dos foros de la colonia son visibles hoy.