Así es Sagunto, la principal rival de Extremadura para la gran fábrica de baterías

La lista de diferencias entre la aspirante valenciana y casi cualquier emplazamiento pacense o cacereño es larga. La despoblación, que lleva décadas castigando al conjunto de la región y en los últimos años también a varias de sus localidades más importantes, no es un problema en Sagunto. La ciudad tiene 67.173 habitantes, su cifra más alta en lo que va de siglo. En los últimos cuatro años ha ganado 2.734 empadronados, un logro difícil de alcanzar si no se cuenta con una economía pujante. Si hay algo en lo que coinciden los expertos en demografía es en destacar el poder de la industria y su capacidad generadora de empleo como la mejor medicina contra la despoblación.

Situada en una esquina del mapa valenciano, Sagunto albergó durante una parte del siglo XX una importante industria siderúrgica. En ella se establecieron los Altos Hornos de Vizcaya, una de las industrias claves de la España de la pasada centuria y que se mantuvo en la ciudad hasta los años ochenta. Uno de sus altos hornos es hoy un museo, convertido en un aliciente más para el turismo, otro de los pilares de la economía local, como es propio de su ubicación costera.

Cerca de las autovías A-3 y A-7

La ciudad está dividida en dos núcleos: el casco histórico por un lado y el puerto por otro. En su dimensión económica, ha acaparado parte del interés informativo reciente en la Comunidad Valenciana gracias a 'Parc Sagunt' (Parque Sagunto). 'El mayor parque empresarial de Europa', se lee en grandes caracteres nada más entrar en la web de este espacio inaugurado en el año 2008. Tiene acceso directo a los muelles del puerto de Sagunto y está a veinte kilómetros de Valencia y a unos quince minutos del enlace entre las autovías A-3 y A-7. Y forma parte del Corredor Mediterráneo ferroviario y del que conecta con el Cantábrico. Su superficie es de tres millones de metros cuadrados.

Para hacerse una idea, la plataforma logística de Badajoz tiene a día de hoy 1,3 millones de metros cuadrados, de los que Amazon ocupará casi 200.000, y 180.000 Phi4Tech para su fábrica de celdas para baterías de litio. Ahora bien, este referente industrial extremeño dispone de otros 3,7 millones de metros cuadrados que son propiedad del Sepes (Entidad Estatal del Suelo). Expacio Navalmoral, uno de los emplazamientos barajados para la fábrica de baterías, tiene disponibles algo más de 600.000 metros cuadrados.

En este asunto, el tamaño sí importa. Porque la factoría que está en juego necesita mucho espacio. Lo aclaró el pasado abril en una entrevista en ABC Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del Consejo de Supervisión del grupo Volkswagen. «Para una fábrica de baterías como la prevista se necesitan un millón de metros cuadrados», afirmaba Carnero, que también mantenía que «la planta de baterías, cuanto más cerca de Seat, mejor».

Esa factoría está en Martorell, a tres horas en coche de Sagunto, que sí tiene más cerca la fábrica de Ford de Almussafes, también en Valencia, a 60 kilómetros (40 minutos) por autovía. En este punto, entrarían en escena las alianzas empresariales entre fabricantes, cada vez más habituales. Ford, de hecho, forma parte de la Alianza Valenciana de Baterías, grupo creado este año. Bajo el liderazgo de la multinacional tecnológica Power Electronics, lo integran 23 empresas, entre ellas Iberdrola. También lo respalda la Generalitat valenciana.

Los PERTES, claves

Al margen de las aspiraciones e ilusiones de Extremadura o Sagunto, la decisión de dónde se ubicará la gran fábrica española de baterías de litio dependerá de una suma de factores, entre ellos la opinión del Gobierno, pieza clave en este puzzle. Porque la construcción de la factoría se financiará con fondos comunitarios Next Generation (Plan de Recuperación postcovid para Europa), y siguiendo los criterios que marcarán los PERTES (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica), que elaborará el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Entre las bazas extremeñas aparecen ser un territorio en regresión demográfica, en un contexto en el que la administración defiende el reparto de la riqueza entre los territorios. Y también ser una comunidad por industrializar. Y rica en litio. O sea, el reverso de Sagunto.