«Reivindico lo local, el acento y las palabras extremeñas»
Ainhoa Rodríguez | Cineasta ·
La autora presentará el próximo día 2 en el Festival de Róterdam su primer largometraje 'Destello bravío'CRISTINA NÚÑEZ
Sábado, 30 de enero 2021, 07:57
Ainhoa Rodríguez no buscaba para su película caras famosas, sino reales. Tampoco deseaba contar una de esas típicas tramas urbanas tan frecuentes en el cine español. Quería que su primer largometraje, 'Destello bravío', sirviera para reivindicar «el acento extremeño, las palabras extremeñas, que lo local puede ser universal», resume. En pos de esa necesidad narrativa esta autora, nacida en Madrid en 1982 pero criada en Cáceres y con raíces en Tierra de Barros, desembarcó en la localidad pacense de Puebla de la Reina y se quedó nueve meses en busca de esos rostros reales que dan vida a los personajes de esta película, que se estrenará el próximo martes en la sección oficial del Festival de Cine de Róterdam, en Países Bajos, que se celebra de forma telemática.
Las protagonistas de 'Destello bravío' son mujeres de la localidad con las que tomó contacto a través de un taller organizado con la Diputación de Badajoz. «Allí hablamos de cine y de cómo nos han mirado a las mujeres a través de la imagen». A partir de ese momento inicia un trabajo de campo para captar a futuros protagonistas y escribir el guion. Realiza castings por toda la zona. «Ha sido una experiencia vital única, maravillosa, también muy dura en donde he hecho un vínculo de confianza muy especial con mis actrices, que han defendido el papel con mucha generosidad», indica Rodríguez, doctora 'cum laude' en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid y que tiene una larga trayectoria como creadora.
Fenómeno social
«El pueblo se ha volcado y también todo el entorno: Hornachos, Alange..., la implicación ciudadana ha sido tremenda, ha sido un fenómeno social». «La película es un relato coral centrado en las mujeres de un pueblo que se aferra a las tradiciones milenarias ante la llegada del mundo más globalizado y plantea si ese mundo que está por venir, ese mundo donde todos somos iguales, vestimos igual y lo peor es que pensamos igual va a ser mejor que lo que teníamos», reflexiona. Aborda también esa necesidad de trascender «a través de la magia o de la religión» y también habla de «las herencias patriarcales que pasan de madres a hijos», señala.
Ficción
A pesar de esa búsqueda de verdad que ejecuta Rodríguez, esta no pretendía hacer un documental sobre un pueblo. «Es ficción, pero bebe de las vidas, de las cotidianeidades y de las contradicciones de las personas que participan». Tampoco trataba de que su trabajo fuera un anuncio, publicidad sobre las bondades del mundo rural. Pero sí aborda cuestiones como el aislamiento de los pueblos. «Hay una mirada hacia la tradición y una pretensión artística que va más allá del cine social realista».
También hay feminismo. «Salen a relucir las injusticias de un sistema que, y quiero dejarlo claro, están en cualquier pueblo del mundo pero también en la ciudad, podría hacer esta película con otros elementos culturales, con otro acento en el barrio de Salamanca de Madrid».
La búsqueda de recursos suele ser uno de los obstáculos para proyectos cinematográficos tan personales como el de Ainhoa Rodríguez. Ella optó por la autoproducción, aunque en el camino, con la película ya rodada, encontró el apoyo de la productora independiente Eddi Saeta, muy conocida en el mundo del cine independiente. «Es la productora de Luis Miñarro, sus películas han recorrido festivales de todo el mundo, él se enamoró de la película y la apoyó». En la financiación ha contado con el apoyo de la Diputación de Badajoz y Cáceres, del Instituto de la Mujer y de Caja Rural de Extremadura y Ayuntamientos. «Se ha hecho con un presupuesto «pequeñísimo».
Confía en que la pandemia se borre para poder volver a disfrutar «las experiencias vitales que nos están robando», como poder haber estado en Róterdam en cuerpo y no solo en alma.
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