Extremadura busca soluciones en la era 'antiplástico'
Las empresas extremeñas intentan adaptarse a las nuevas tendencias de la sociedad y a las normativas más exigentes que obligarán a utilizar material reciclado en los envases de un solo uso
Es difícil evocar un cumpleaños infantil sin recordar un gran trozo de tarta sobre un plato de plástico que se debía coger con cuidado porque se doblaba con el peso, o cómo alguien mezclaba en un vaso del mismo material, que había que sujetar al empezar a servir para que no volcase, diferentes tipos de refrescos. Imágenes similares, cambiando las bebidas y alimentos, llegan a la mente si se piensa en una comida en el campo o una barbacoa en el jardín.
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Con suerte, las nuevas generaciones seguirán inventando combinados sin alcohol en los que mojar los gusanitos, pero en su memoria habrá platos, vasos y cubiertos reutilizables. A partir de 2021, una normativa europea prohibirá la comercialización de plásticos de un solo uso como las pajitas para beber, los cubiertos y platos de usar y tirar, los envases y vasos de poliestireno, los bastoncillos para los oídos y las bolsas oxodegradables, que son aquellas que tardan menos tiempo en descomponerse, pero que lo hacen en pequeños fragmentos muy perjudiciales para el medio ambiente.
El objetivo de la medida es reducir el volumen de residuos que se generan, algo que parece necesario si se analizan los datos con detenimiento. El último año del que hay estadísticas en nuestro país es 2017. En ese ejercicio, en España se generaron más de 1,6 millones de toneladas de residuos de envases de plástico. De ellas se reciclaron menos de la mitad, en concreto el 47,94%, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica. El porcentaje que aporta Greenpeace es mucho menor, el 25,4%. Además, la organización ecologista denuncia la poca transparencia que hay y las dificultades que tienen para obtener información al respecto.
Los informes de las entidades medioambientales contienen números que asustan: cifran en 3.500 millones las botellas de bebida de un solo uso que se venden en nuestro país al año y en 144 las bolsas de plástico que utiliza cada español anualmente. «El 40% de todo el plástico que se produce en Europa se destina a envases de usar y tirar», afirma Alba García, responsable de la campaña de plástico de Greenpeace.
«Hay que apostar por envases reutilizables, da igual el material; porque el reciclado no llega a todo»
Alba García Greenpeace
Con esos números, la Unión Europea ha decidido luchar contra el consumo abusivo de plástico, especialmente frente al de un solo uso. En esta categoría se encuadran los productos que no están pensados para volver a utilizarse, aunque en ocasiones se haga. «Un bote de champú puede durar varias semanas, pero está diseñado para tirarlo cuando se agote; eso es un producto de un solo uso», explica José Luis Quiñones, gerente de Resilux Ibérica, empresa ubicada en Higuera la Real (Badajoz) que se dedica a la fabricación de envases de usar y tirar.
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Esta industria solo trabaja con PET, un tipo de plástico muy común para la elaboración de envases, y produce al año unos 50 millones de botellas y 1.150 millones de preformas, que terminarán transformadas en envases en su lugar de destino. «Este material es el futuro, porque en teoría se puede reciclar indefinidamente y no crea microplásticos», en palabras de Quiñones.
«Hemos reducido un 40% el peso de nuestros envases desde 2000 y ahora trabajamos con un 30% de material reciclado»
José Luis Quiñones | Gerente de Resilux Ibérica
En esta línea, la Universidad de Extremadura está desarrollando un proyecto de investigación para optimizar la cadena de reciclaje del PET. «Se basa en utilizar una técnica para separar los componentes básicos y reintroducirlos en la cadena», comenta Antonio Macías, responsable del grupo Inma (Ingeniería de Materiales), que desarrolla este programa.
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Hasta la fecha, el proceso de reciclado del PET se basa en procesos físicos, aunque en un futuro se podrá hacer químicamente. Algo que la industria ve mucho más seguro.
Cambio de tendencia
La principal conclusión de la normativa europea, aunque falta por ver cómo se transpone en España, es que la tendencia está cambiando. Si durante años se abogó por la separación de residuos en los hogares y el reciclaje, algo que no se abandona, ahora también se apuesta por la reducción del consumo de plásticos.
A esta modificación a la hora de abordar el problema de los vertidos plásticos al medio ambiente se unen las campañas a nivel mundial a favor del consumo del agua corriente, bajo el lema 'Beber agua del grifo salva el planeta'; las acciones de Promedio –el consorcio de la Diputación de Badajoz encargado de la gestión del ciclo integral del agua– para transmitir en los colegios la buena calidad del agua del grifo o reclamando el uso de la misma en los avituallamientos de las competiciones deportivas, o la iniciativa que aprobó el jueves la Asamblea de Extremadura, a propuesta de Unidas por Extremadura, de luchar contra el uso abusivo del plástico. «Son acciones necesarias porque hay que explicar que debemos consumir menos, que el reciclado se ha demostrado ineficaz y que cada vez hay más residuos», comenta la responsable de Greenpeace.
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Algunas de estas campañas parecen poner el foco en las empresas que embotellan agua. Desde Extremadura, Aguas del Suroeste –Los Riscos– y Aguas Fondetal venden al año más de 70 millones de unidades entre las dos marcas que comercializan en todos sus formatos, que van desde las garrafas de cinco litros a los pequeños envases de un tercio de litro.
«Me jubilaré vendiendo agua embotellada, porque el plástico es la mejor solución»
José Manuel Castro | Gerente Aguas del Suroeste
No se muestra especialmente preocupado por el futuro inmediato de su negocio José Manuel Castro, el gerente de ambas firmas. «Me jubilaré vendiendo agua embotellada en plástico, porque es la mejor solución y un material que aporta una serie de ventajas», asegura. Y apoya esta afirmación en los procesos que su empresa lleva desarrollando desde hace varios años. «Utilizamos gramajes más bajos en todos nuestros formatos de botellas y estamos trabajando con nuestros proveedores de envases para que estos se hagan a partir de plástico reciclado y que todas las envolventes –lo que no está en contacto con el agua– sean recicladas», explica.
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En relación a este punto, la normativa europea obligará, a partir de enero de 2025, a que los envases de plástico contengan un 25% de material reciclado.
En cifras
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25%. de todos los envases de un solo uso deberán contener material reciclado a partir de 2025.
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48%. de los residuos de envases plásticos se reciclaron en España en 2017, según el Ministerio; una cifra que Greenpeace deja en el 25%
Las industrias extremeñas ya se están adaptando a esta situación. «Trabajamos con un 30% de material reciclado», asegura el gerente de Resilux, cuya empresa lleva más de dos décadas trabajando en la reducción del plástico utilizado. «Desde el año 2000 hemos reducido un 40% el peso de nuestro envase de cinco litros, con lo que ponemos menos plástico en el mercado y reducimos la huella de carbono», añade.
Otra medida que entrará en vigor próximamente será el aumento de las tarifas del Punto Verde. Desde el 1 de enero de 2020 estas tasas suben un 25% de media; en el caso del PET ese incremento es del 15%, pero en otros plásticos supera el 50%. «En la actualidad, nosotros pagamos más de 200.000 euros al año por la cantidad de plástico que ponemos en el marcado; en menos de tres meses estaremos pagando un 34% más, casi 300.000 euros», detalla Castro.
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Él no se muestra contrario a este aumento y espera que parte de ese dinero se destine a sensibilizar a la población sobre los problemas que tiene arrojar residuos en el medio natural. Cree que la mayor cuantía puede servir para mejorar la cadena de reciclado. «Para mí, esa es la solución para los residuos plásticos: que lo que se genere se recicle y que cuando se acabe su vida útil como envase se destine a otros sectores, como el textil», expone el gerente de Aguas del Suroeste.
Su opinión choca frontalmente con la propuesta que hacen las organizaciones ecologistas de apostar por envases reutilizables. «El sistema de reciclado no es la solución, porque no puede absorber la gran cantidad de residuos que se generan, por no hablar de que hay muchos plásticos de usar y tirar que no son reciclables», según la responsable de Greenpeace, que pese a ello es consciente de que reciclar es actualmente la mejor salida para los envases de un solo uso. «Las empresas prefieren el reciclaje porque responsabilizan al ciudadano, mientras que ellos se olvidan de sus envases en el momento que lo venden y no debería ser así», insiste García.
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Sin embargo, Castro no ve que en su sector sea viable la utilización de envases retornables de manera masiva. Aunque la mayor parte de sus ventas las hacen en plástico, todavía tienen algunos clientes que les piden botellas de cristal, pero cada vez en menor medida. «Volver a poner los envases de cristal en la cadena supone un proceso con productos químicos que es peor que poner plástico en el mercado, siempre que se recicle», detalla Castro, que insiste en que de poco sirve que los empresarios mejoren sus sistemas productivos, si luego los envases terminan en el monte.
Desde Greenpeace, García no comparte esa teoría. «No es posible que el impacto ambiental de lavar una botella sea peor que el de sacar el petróleo, refinarlo, procesarlo...», aporta. «Entendemos que el futuro pasa por los envases reutilizables; también pueden ser de plástico, que es un material muy útil para productos de larga duración», añade.
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Por su parte, el gerente de Resilux entiende que la necesidad más acuciante es aumentar las tasas de reciclado. «Los envases se han fabricado mientras eran necesarios y ya están ahí, por lo que debemos poder reutilizarlos y que dejen de contaminar los mares o los bosques; no es el momento de fabricar con otros materiales y olvidar los residuos actuales», según Quiñones, que justifica que se sigan produciendo envases con plásticos vírgenes porque se producen errores en la cadena de reciclado. «Quizá en dos o tres décadas será el momento de apostar por otros materiales», apostilla.
Sustitución
Terminar con los productos de un solo uso no va a suceder de manera inmediata, quizá no pase nunca. Por eso, el desarrollo de materiales alternativos, que puedan servir para suplir al plástico, es una de las prioridades para la industria. En el mercado ya hay soluciones. Por ejemplo, se venden cápsulas de café que son compostables y algunas grandes compañías están desarrollando botellas de papel. La principal ventaja que plantean es que son materiales biodegradables.
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Futuro
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Aumento de tasas. Las tarifas del Punto Verde, que pagan las empresas que ponen plástico en el mercado, subirán el 1 de enero de 2020 un 25% de media, el PET lo hará un 15% y el resto de plásticos más de un 50%.
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Prohibición. En 2021 no se podrán comercializar plásticos de un solo uso, como pajitas de bebida.
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Investigación. La UEx desarrolla proyectos para optimizar el reciclaje del PET y los bricks.
Si hay algo en lo que coincide la industria del plástico regional y las asociaciones ecologistas es que la sustitución del plástico de un solo uso no puede venir por las latas de aluminio ni por los bricks. «Es mucho más sostenible embotellar el agua en PET», reconocen desde Greenpeace. «Tendemos a envases de materiales uniformes para facilitar la recuperación», apostillan desde Aguas del Suroeste.
«Estamos desarrollando una técnica para recuperar los componentes del PET y que vuelvan a la cadena»
Antonio Macías | Investigador de la UEx
Otras opciones son el cartón o las novedosas burbujas biodegradables, que están hechas de algas, cloro y calcio. «Son bioplásticos que se calientan con agua y se degradan», explica el profesor de la UEx.
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Las principales críticas de las organizaciones ecologistas con el uso del cartón es que se traslada el problema, no se elimina. Sin embargo, su uso sí está creciendo. «Cada vez se utilizan más y para el tapón se están buscando soluciones que vienen de la biomasa de la caña de azúcar o del aceite de pino», informa Macías desde la UEx, que también está efectuando un proyecto para mejorar el proceso de reciclaje de los bricks mediante la separación de sus componentes.
La Asamblea le declara la guerra al plástico
El pasado jueves, la cámara regional aprobó la iniciativa de Unidas por Extremadura para luchar contra los plásticos de un solo uso
J.M.M..
Todos los grupos de la Asamblea de Extremadura, a excepción del Partido Popular, apoyaron la propuesta de Unidas por Extremadura para reducir la producción y el consumo abusivo del plástico.
La iniciativa, que se presentó el pasado jueves en la cámara regional, plantea varios puntos. Entre ellos está la reducción del uso de recipientes y utensilios de plástico de un solo uso en los edificios de la administración y la sustitución de los mismos por objetos reutilizables. En este sentido, Irene de Miguel, portavoz de la formación morada y encargada de presentar la propuesta, afirmó que la gestión de los residuos es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad.
En la misma línea, la iniciativa recoge la necesidad de impulsar la recogida selectiva de basura y poner en marcha un código de buenas prácticas a las empresas. «Solo el 14% del plástico que se ha producido y consumido hasta la actualidad a nivel mundial se ha reciclado», señaló De Miguel para defender su postura.
Dentro de los apartados que se incluyen en la declaración también destaca la de eliminar bolsas, embalajes y todo el merchandising de plástico en los regalos institucionales, así como introducir en las licitaciones públicas cláusulas medioambientales y de sostenibilidad.
Por último, la portavoz de Unidas por Extremadura hizo hincapié en la sensibilización de la población sobre el problema que genera el uso poco racional del plástico, por lo que la propuesta incide en la realización de campañas en colegios y centros de enseñanza.
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