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El charco en el que da el sol 12 horas al día
Un rincón con encanto... El charco de la Olla ·
Entre Las Mestas y Ladrillar. Es una de las zonas de baño de referencia en Las Hurdes, por su belleza, porque está a pie de carretera y porque sus aguas no son tan frías como las de otras piscinas naturalesAl meter la mano en el agua a las dos de la tarde, queda claro que lo del nombre es una exageración, porque le faltan muchos grados para ser algo parecido a una olla. Pero se agradece que sea así, porque en el norte extremeño abundan las zonas de baño naturales en las que darse un chapuzón obliga a un ejercicio previo de introspección y autoconfianza en el que no siempre resulta uno vencedor.
Dicen –incluida alguna web oficial– que al charco de la olla le llaman así porque el sol incide sobre él durante doce horas al día, y eso facilita que la temperatura del agua suba como no lo hace en otros sitios de la zona y hasta de la provincia donde el cauce está más tiempo en sombra. Esto deja claro también que no es lo mismo, claro, zambullirse a las nueve de la mañana que a las nueve de la noche. Y en casi todo ese tramo horario habrá gente en el lugar, porque estamos ante una de las piscinas naturales más populares de la comarca de Las Hurdes.
Llegar a ella es sencillo. Está a la salida de Las Mestas en dirección a Ladrillar, al pie de la carretera CC-158. Es un sitio particular, porque unos metros por debajo de la zona de baño se juntan los ríos Batuecas y Ladrillar. De hecho, en el entorno hay dos puentes: el de la carretera, que salva el cauce del Batuecas, y otro de piedra, peatonal, aguas abajo de la piscina natural que evita el río Ladrillar.
Agua limpia
Este último es al que pertenece la lámina de agua que solo está retenida en estas fechas. Fuera del verano, el río corre libre, sin esos paneles que ahora le amansan y hacen posible una piscina grande y bonita, en la que se juntan paisanos, turistas y emigrantes que vuelven a casa por estas fechas.
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Si es temprano o no hace demasiado calor, será posible aparcar en el arcén. Y si no hay plaza aquí, tocará dejar el coche un poco más arriba, más cerca del casco urbano de Las Mestas, que entre sus atractivos incluye una hospedería de la Junta de Extremadura. Ya en la piscina, no sobra el espacio en el que extender la toalla, otra razón que hace aconsejable acudir temprano. La zona para bañarse es amplia, lo suficientemente larga para nadar un rato y hacerse unos largos. Y en algunos puntos, tiene la suficiente profundidad como para que los más audaces se lancen desde pequeños riscos que hacen las veces de trampolines naturales.
El agua viene de la montaña y está limpia. Y en el mismo término municipal hay otras zonas de para aplacar el calor menos conocidas, como el charco de la serpiente, el de la fuente, el de la Mangá o el del morenito. Para antes y después del baño está el chiringuito, que tiene una terraza amplia y que desde la distancia saluda con el olor de las brasas listas para empezar a pasar la carne. Cerca hay también merenderos con buena sombra.
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