Un rayo corta de nuevo las alas de un Villanovense soñador

De sueños imposibles sabe mucho el Villanovense, pero no por ello deja de soñar. También lo hace cuando aquello que sueña parece lejos de su alcance. Así logró medirse al Barcelona en Copa del Rey o, más recientemente, regresar solo un año después del infierno de Tercera. Pero, a veces, esos sueños se escapan cuando uno ya los acaricia. Y de eso también saben los serones: contra el Bilbao Athletic, contra el Racing de Santander, contra el Talavera... Y contra el Rayo Majadahonda. Equipos que forman parte de esa historia de sueños incumplidos.

El fútbol le debe una al Villanovense, pensarán algunos después de varias temporadas en las que ha logrado consolidarse en Segunda División B, pero quedándose siempre sin recompensa al querer aspirar a cotas más altas. «Aunque hoy no ha podido ser, si se sigue consiguiendo llegar, se conseguirá ascender más arriba de la Segunda B», aseguraba el domingo tras la derrota Javier Álvarez de los Mozos que, pese a haber logrado el objetivo de la permanencia, definía como un fracaso el no haber podido ascender.

«El año pasado salió cara en Almendralejo, ahora ha salido cruz. Cosas del fútbol, pero sintiéndome muy jodido por lo sucedido, está claro que prefiero fracasar así», añadía recordando el ascenso logrado el año pasado para regresar a la categoría de bronce en contraste con el varapalo sufrido esta temporada en la que se habían atrevido de nuevo a soñar.

Y eso que, a priori, no parecía su año teniendo en cuenta que se trataba de un recién ascendido, aunque partido a partido fue mostrando la solidez lograda para el proyecto en años anteriores y que ha encontrado en De los Mozos una buena combinación de éxito. Sin embargo, el técnico burgalés aún no quería hablar de futuro el pasado domingo y posponía las posibles conversaciones para esta semana. Pero sí era el momento de hacer un primer balance echando la vista atrás: «He sido tremendamente feliz aquí, he estado muy a gusto estos catorce o quince meses, además, en un año muy complicado para todos por la pandemia. Hemos llegado hasta aquí y me siento bien con esa perspectiva del tiempo, pero hoy no hay consuelo para nada».

Con ese futuro por decidir, lo que sí es seguro es que en unos meses el Villanovense volverá a lo de siempre, a soñar.