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Los hermanos Gonzalo y Carlota Borrego, de Los Mini-Folk, con sus disfraces colgados y sus positivos. HOY
Carnaval de Badajoz

Con el disfraz preparado, pero con covid

Un brote dentro de Los Mini-Folk, la murga de la cantera que abrió el Concurso de Murgas, deja a 10 de sus 17 componentes confinados durante todo el Carnaval

Miriam F. Rua

Badajoz

Sábado, 26 de febrero 2022, 07:54

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A los niños perdidos de Los Mini-Folk, el Carnaval les encontrará en su casa. Un brote de covid en la murga de la cantera, que debutó con honores el primer día del Concurso de Murgas, obligará a diez de sus diecisiete componentes a pasar la fiesta que llevan esperando dos años en casa. Las dos rayas en el antígeno han frustrado el que rozaban como el Carnaval de sus vidas, porque para muchos, que aún no han cumplido la mayoría de edad, esta era la primera vez que iban a disfrutar de la fiesta sin ir cogidos de la mano de sus padres.

«Después de las alegrías de esta semana, debemos comunicar algo que nos entristece enormemente. Varios miembros de nuestra murga son positivos por covid, así que nos vemos obligados a cancelar toda nuestra programación para estos Carnavales». Así hacían saber ayer a través de sus redes sociales que el coronavirus les había tocado en el momento más inoportuno, a 24 horas del inicio del Carnaval. Su mensaje acababa con una frase que habla muy bien de ellos: «Ahora toca ser responsables y cuidarse».

Y es que pese a las lágrimas derramadas, que han sido muchas, y a las ganas de Carnaval acumuladas durante dos años y desbocadas desde que el lunes pudieron cantar en el teatro, en ningún momento se les ha pasado por la cabeza descolgar el disfraz de la percha y echarse a la calle. «Ni remotamente se nos ha ocurrido saltarnos el confinamiento y no por nosotros, porque ninguno tiene síntomas graves más allá de la tos o de algún pico de fiebre, pero teníamos programadas dos actuaciones en residencias de ancianos, íbamos a estar en contacto con mucha gente y teníamos que cortar por lo sano», cuenta Gonzalo Borrego.

Él (21 años) y su hermana Carlota (de 16), la chica que el lunes dejó boquiabierto al teatro con su desparpajo cuando recibió de mano del alcalde, Ignacio Gragera, una placa en reconocimiento del salto de la murga de la cantera al concurso de adultos, son dos de los diez contagiados. Ellos dos, precisamente, habían logrado sortear la covid durante estos dos años.

«No queríamos mirar el test»

No saben cómo se ha colado el virus entre ellos. «Hemos estado desde septiembre ensayando sin quitarnos la mascarilla. La primera vez que hemos cantado sin ella fue el fin de semana –se refiere al pasado–, en la prueba de sonido y en el teatro, el lunes. No sabemos cómo ha sido, pero nos ha tocado», relata resignado Gonzalo.

Los Mini-Folk el lunes durante su actuación en el teatro López de Ayala. José Vicente Arnelas

Los síntomas empezaron a asomar justo el martes, al día siguiente de debutar en el concurso. «A algunos nos dolía la garganta y otros sentían malestar pero no imaginábamos que podía ser covid. Pensábamos que era por haber estado ensayando muchas horas, con falta de descanso y cantando descalzos en el escenario que hacía mucho frío. Pero cuando ayer empezaron los picos de fiebre nos temimos lo peor. Nos hicimos los test mi hermana y yo, ninguno de los dos queríamos ni mirar el resultado, hasta que se descubrió el pastel. Al dar positivo se lo dijimos al grupo y a partir de ahí, todos se hicieron la prueba y se confirmó el brote».

«Todas las expectativas que teníamos se nos han caído el día antes. Nos toca quedarnos en casa hasta el viernes que viene»

«Estaremos pendientes de las redes para estar lo más cerca posible del Carnaval y haremos videollamadas para pasarlo todos juntos»

Lo que vino después, confiesan, fue el sofocón tras estar ensayando desde septiembre, haber hecho su primera participación en el concurso de adultos y tener la fiesta por delante. «Todas las expectativas que teníamos en Carnaval se nos han caído el día antes». Eso incluye las doce actuaciones que tenían programadas hasta el martes que han tenido que cancelar o posponer para el fin de semana que viene porque, por protocolo sanitario, hasta el primer viernes de Cuaresma, no podrán salir de casa.

«El año pasado nos quedamos sin Carnaval, pero este año que todo el mundo va a poder disfrutarlo, a nosotros nos ha tocado quedarnos en casa», dice un Gonzalo que ya empieza a ver color, tras el negro del antígeno. «Nos estamos animando los unos a los otros, esto nos va unir más. Estaremos pendientes de la tele y las redes sociales para estar lo más cerca posible del Carnaval y haremos videollamadas para pasar la fiesta juntos, pero de momento los disfraces se quedan en el armario hasta que el fin de semana que viene los podamos sacar».

Tienen un consuelo importante, han podido al menos lucir su trabajo en el escenario, estrenar sus coplas y sus disfraces, llenarse de ánimos con los mensajes que han recibido tras su debú y la solidaridad que les están transmitiendo el resto de murgas. Ya lo decían Los Niños hace justo diez carnavales: «Esta vida que es igual que la máscara de Carnaval, por un lado te hace reír, por el otro, te hace llorar. Por eso mismo, yo me quedo con la risa y los momentos que aquí tú y yo compartimos». Y a ellos, con su juventud, les quedan muchos carnavales por vivir.

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