La muralla almohade de Cáceres que permanece oculta
El derribo los próximos días de una construcción junto al Arco de la Estrella es el único previsto para liberar tramos del lienzo, como recomienda el plan director del monumento
En cuestión de días, la próxima semana con toda probabilidad, las máquinas entrarán al casco histórico para derribar un inmueble municipal que hay adosado a la muralla entre el Arco de la Estrella y la Torre de los Púlpitos. Se trata de una intervención del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica que despejará una pequeña parte del lienzo almohade y creará en el espacio que quedará disponible un área de recreo y descanso con bancos y una fuente, además de generar más amplitud en la entrada por excelencia al recinto amurallado.
Esta será, de momento, la única actuación prevista para dejar exenta parte de la muralla porque, hoy por hoy, el equipo de Gobierno no se plantea derribar más edificaciones adosadas, una cuestión que sí aparece recogida en el plan director, la hoja de ruta que marca las intervenciones que deben realizarse en este monumento, una de las principales bazas por las que la ciudad consiguió ser declarada hace 36 años patrimonio de la humanidad.
«No está previsto tirar ningún edificio más. Es este caso y porque se han dado unas circunstancias muy especiales, entre las que se encuentra que es imposible legalizar ninguna actividad» en ese local, asegura el Ayuntamiento cuando se le pregunta si el Consistorio planea llevar a cabo nuevas demoliciones. El tema no es nuevo y, de hecho, existen planes frustrados anunciados por el Consistorio hace años para 'despejar' de casas el lienzo de la Plaza Mayor.
El derribo del local que albergó una tienda de recuerdos estaba previsto inicialmente para el próximo lunes, día 17, pero puede que se demore algo más debido a que el Ayuntamiento tiene que coordinarse con Iberdrola para la retirada de unos cables y contadores situados en este punto antes de echar abajo el inmueble. La obra, que ha sido adjudicada por 20.995 euros, será realizada por la empresa Práctico S.L. y tiene un plazo de ejecución de dos meses.
Hace menos de dos meses, en noviembre, el alcalde, Luis Salaya, ya dejó claro que su política no contempla la expropiación de casas anexas a la muralla. «Me voy a meter en muchos líos en el tiempo que sea alcalde, pero en ese no me voy a meter», respondió al hablar de la tercera fase de rehabilitación del monumento, que se centrará, precisamente, en el tramo comprendido entre la Torre de Bujaco y la del Horno y que prevé abrir al turismo la Torre de la Yerba, situada junto al Foro de los Balbos.
La apertura a los visitantes de nuevos tramos de muralla sí es uno de los objetivos del Consistorio. La segunda fase de la rehabilitación, que se focalizará en la zona de los adarves, entre la Puerta de Mérida y el Arco de Santa Ana, prevé la creación de dos nuevos accesos: uno a la Torre del Aver y otro a la Torre Redonda. Esta obra, que ya está aprobada por el gobierno central, saldrá en breve a licitación y su ejecución será una realidad este año.
Hay dos motivos que explican el rechazo a la expropiación de viviendas para despejar los muros de la muralla. Por un lado está su elevado coste y su dilatación en el tiempo y, por otro, el posible enfrentamiento que supondría para la administración local esta medida con algunos de los vecinos afectados.
Hay expertos que, planteada esta medida, dejan claro que la muralla de Cáceres no es como la de Ávila o la de Lugo. Es imposible recuperarla en su integridad porque algunos de sus tramos no es que estén ocultos bajo otros edificios sino que han sido fagocitados por otras construcciones porque durante un tiempo esta medida era completamente legítima. Desde el siglo XIV el Ayuntamiento permitió el levantamiento de edificios extramuros pegados a la muralla y en el siglo XIX hubo una ordenanza municipal que permitía la destrucción de la fortificación para ganar metros e incorporarlos a las viviendas, a excepción de las torres más relevantes.
La muralla cacereña tiene un perímetro de 1.174 metros. Aunque sus orígenes son romanos, la mayor parte de los elementos observables hoy en día son fruto de la reforma realizada por los almohades en el siglo XII.
El proyecto de 2004
En 2004 el Consistorio presentó oficialmente un proyecto para eliminar las casas adosadas que hay en el tramo comprendido entre el Arco de la Estrella y la Torre de la Yerba, en plena Plaza Mayor. Para ello, solicitó a Europa una ayuda de 1,3 millones de euros que finalmente no logró.
Sobre el descubrimiento de nuevos tramos de muralla hay visiones enfrentadas. Están, por un lado, quienes defienden la salida a la luz de lienzos ocultos. Pero según las teorías más recientes sobre la recuperación del patrimonio solo sería justificable el derribo de edificios adosados si con esta operación se arrojaran nuevos datos divulgativos para la muralla. De lo contrario, se apuesta por conservar las construcciones anexas al considerar que también tienen un valor histórico adquirido.
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Extremadura ha rescatado un tramo de muralla que se creía perdido. Son más de 60 metros de lienzo almohade localizados en las inmediaciones de la Plaza del Socorro, entre las calles Hornillos y Obras Pías de Roco. Estos restos de muralla se encuentran dentro de domicilios particulares; la mayoría en patios privados. Este descubrimiento echa por tierra el trazado que hasta ahora se suponía para la muralla en este punto en las reconstrucciones que se hacían.
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