El Vostell defiende el sistema de conservación de sus piezas ante una campaña de denuncia

El Museo Vostell Malpartida, que el año pasado cumplió sus 40 años desde la instalación de su primera obra ('VOAEX'), defendió ayer las medidas de conservación de sus instalaciones ante la campaña iniciada en la plataforma Change.org, en la que se recogen firmas solicitando que se mejoren sus condiciones. Pablo Manuel Jiménez es el impulsor de esta iniciativa, que hasta ayer, en dos días, había recogido ya cerca de 200 apoyos. Se trata de un estudiante de Bellas Artes y artista visual de 24 años, que firma bajo el seudónimo de Paul Eme.

Según explica este cacereño que reside actualmente en Sevilla, el pasado sábado visitó el museo y percibió detalles que le llamaron la atención, como «el nido de araña» que había en uno de los bastidores de una obra, de una pintura al óleo. También se percató de que había humedad y parte del cemento caído en una pared donde se encuentra un mural cerca del piano (Pianoforte luminoso). Le llamó especialmente la atención que los pupitres que soportan televisores en una de las salas principales estén llenos de «carcoma reciente». Le preocupa que esas mesas terminen desplomándose y que la obra de Wolf Vostell termine desplomándose y estropeándose. Tal y como explica en la petición «no se hace uso de termómetros ni de sistemas para mantener una temperatura y un nivel de humedad adecuados, algunas obras con piezas de madera carecen de tratamiento alguno, las salas permanecen abiertas durante tiempos prolongados, por lo que las piezas se exponen a diversos cambios de temperatura».

Su llamamiento se dirige al Consorcio Museo Vostell Malpartida (CMVM), para que «se comprometan a instalar un sistema de regulación de temperatura idóneo así como a aplicar las medidas de seguridad y tratamiento necesarios para garantizar la correcta conservación de las obras». Las firmas, tal y como apunta Pablo Jiménez, se entregarán en el Ayuntamiento de Malpartida.

José Antonio Agúndez, director de este centro, explicó que en su ánimo y el del resto del equipo está «cuidar al máximo» el patrimonio que alberga este recinto.

La secretaría de Cultura de la Junta remitió un texto a este diario en el que aseguran que se realizan «continuas labores de control y conservación sobre las obras que alberga, adaptadas a la singularidad de este centro, tanto con respecto a su contenido como a su localización». Explican que las condiciones en las que está ubicado este museo de arte fluxus, en un lavadero de lanas del XVIII y en mitad de los Barruecos, junto a una superficie de agua, hacen que puedan producirse efectos adversos que «se atenúan mediante la ubicación de las obras sobre panelados y no junto a las paredes, por ejemplo».

Otra de las cuestiones que destaca la Junta es que hay piezas de las colecciones del museo incluyen elementos tecnológicos (como televisores) «que tienen una vida útil determinada y que con el paso del tiempo han resultado obsoletos, pero que son insustituibles como parte de las propias obras de arte». Muchos artistas fluxus, se apunta en el texto, crearon de una forma espontánea, sin tener en cuenta la permanencia.

Recientemente se han intervenido piezas de artistas como Yoko Ono, Emmet Williams, Nam June Paik, el ambiente 'Le Coin du Restaurant Spoerri', y obras de Wolf Vostell como los murales 'Trashumancia' y 'Réquiem por los olvidados', 'Stella Seelenfreud', así como 'VOAEX'. Cuentan con mecanismos de control de temperatura y humedad y el año pasado llevaron a cabo un tratamiento integral contra la termita, sostienen.