El Meiac, escenario de los estudiosos de Picasso

A través de este proyecto los profesores de los centros pretenden que sus alumnos estudien a este artista con motivo del 50 aniversario de su muerte, pero no de forma teórica. «Nuestra intención con esto es crear una situación de aprendizaje motivadora y multidisciplinar, por eso hemos contado con otros centros en los que también se imparte el bachillerato de arte», explica Isabel Acero, profesora del Moñino y coordinadora de EmocioArte.

Para encontrar la motivación en los jóvenes, los profesores han impulsado a sus alumnos a entender el arte desde la emoción que les producen las obras de Picasso. «El arte es la vía de escape para potenciar la sensibilidad en los estudiantes. La pintura, la música o la poesía es lo que ayuda a gestionar las emociones. Observamos que después de la pandemia los jóvenes estaban mal emocionalmente», señala Acero.

Desde el mes de octubre, los alumnos que han participado en estos grupos de trabajo han tenido que elaborar poemas, melodías o pinturas con las que interpretar el arte del pintor malagueño. «Trabajar de este modo ha servido para sacar el potencial artístico de los jóvenes, ya que no nos hemos centrado en entender a Picasso, sino en estudiarlo», argumenta la coordinadora.

Un trabajo que ha sido exigente y gratificante para los alumnos y profesores, que se muestran muy satisfechos con los resultados obtenidos.

«La relación intercentros es muy buena y me parece un punto muy positivo, ya que la convivencia entre alumnos es fundamental», aclara Pilar Rodríguez, profesora del Reino Aftasí.

Los alumnos de primero de Bachillerato, a los que Rodríguez imparte la asignatura de Teoría del Lenguaje Musical, han participado en el proyecto a través de la música, lo que les ha llevado a conocer más de cerca a Picasso desde esta área.

Cuando Rodríguez conoció el proyecto comenzó a investigar sobre los gustos musicales de Picasso y cómo relacionarlos para poder enlazar su obra y su vida con las actividades que debían llevar a cabo desde su centro. «Estos proyectos son un complemento imprescindible para el aprendizaje, ya que amplían el campo de conocimiento de los alumnos», expone.

Así, tuvo que acercar la música popular a los alumnos, ya que el pintor estaba muy influido por la malagueña, música flamenca de la ciudad de Málaga, en la que son habituales los quejíos y el sonido de las castañuelas.

Pero también han acercado la música clásica al proyecto gracias a que las melodías del austriaco Schubert estaban inspiradas en canciones populares.

El segundo movimiento del Trío nº2 op.100 de Schubert es la melodía que Víctor Escaso, alumno del Reino Aftasí y del Conservatorio Profesional de Música Juan Vázquez, interpretó este miércoles en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac).

Coincidiendo con el aniversario del bombardeo de Guernica, los centros escolares que han participado en este proyecto pusieron el broche final a más de seis meses de trabajo. Para ello, ayer se reunieron en el Meiac, donde además de la música hubo espacio para la interpretación y la literatura, sin perder de vista la referencia de Picasso.

'Tres mujeres en la fuente' fue la performance que interpretaron los alumnos del Moñino. Con esta actuación pretendían reivindicar la figura de la mujer como artista. La representación estuvo basada en la muestra que hacía Picasso sobre el mundo femenino. Para ello, tres mujeres salían de un cuadro del pintor para dar una versión lírica del mundo femenino a través de poemas escritos por profesores como Irene Reveriego o Carlos Criado. La dirección artística la ha realizado María José de Vega.

El instituto de Almendralejo puso en pie 'Maar sobre Picasso', una obra de teatro dirigida por Diego Ramos, profesor del centro y con la que homenajearon a la artista Dora Maar, musa del artista.

A través de esta obra los alumnos mostraron la lucha que protagonizó esta mujer para hacerse un hueco en un mundo de hombres, y el papel que tuvo en la creación del Guernica, ya que fue la encargada de fotografiar el proceso de creación.

Un trabajo que los profesores valoran como necesario, ya que «trabajan el aspecto humano y emocional que es tan importante como el académico», afirma Rodríguez, que concluye asegurando que las vivencias que tienen los estudiantes en estos proyectos son un complemento imprescindible para el aprendizaje.