El extremeño que murió en Francia y no podía ser repatriado ya descansa en Lobón
Ha pasado casi un mes desde que Juan Carlos Gallego falleció en Francia, desde entonces sus hermanas han hecho todo lo posible por traerlo porque aseguran que el seguro se desentendió
María Isabel Hidalgo
Jueves, 23 de marzo 2023, 07:29
El reloj pasaba las 10.15 horas de la mañana de este miércoles cuando un furgón con matrícula francesa llegaba al cementerio de Lobón con ... los restos de Juan Carlos Gallego. Como informó HOY el pasado 15 de marzo, este extremeño murió en Francia en febrero, pero su cuerpo no podía ser repatriado hasta ahora por problemas con la aseguradora, denuncia su familia.
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A las puertas del camposanto aguardaban amigos y familiares, entre ellos sus padres y sus hermanas Eva e Isabel Gallego, que aseguran que han estado fatal «estos últimos días. Nos ponían problemas para repatriarlo y cuando nos confirmaron que lo traían en coche, cambiaban el día y la hora de la llegada continuamente», cuenta Eva.
Después de pasar las últimas semanas en una morgue francesa, el cuerpo del joven ha sido trasladado directamente al cementerio. «No nos han dejado darle una misa en la iglesia, el cura del pueblo ha ido al cementerio y ahí ha dicho unas palabras», asegura su hermana. El estado de descomposición del cuerpo ha sido el motivo por el que no han podido oficiar la misa que quería la familia.
«Era un chico muy conocido en el pueblo y muy querido por todos», apunta María José Gómez, amiga de la familia, que asegura que están viviendo momentos muy dolorosos, pero «ya tienen el descanso y el alivio de que Juan Carlos está cerca de ellos», zanja.
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Denuncia a la aseguradora
La familia aún no ha recibido el certificado de defunción que el Ayuntamiento de Cucuron (Francia) tiene en sus oficinas. «Ha llegado mi hermano, pero no vienen los papeles», cuenta Eva, que afirma que tienen la intención de denunciar a la aseguradora, ya que han conocido que el Consulado francés intercambiaba correos con la empresa «y el seguro en ningún momento nos ha informado de nada«.
Juan Carlos Gallego tenía 45 años, el pasado mes de noviembre decidió trasladarse a Cucuron, un pequeño pueblo cerca de Marsella donde residía desde hace meses porque trabajaba en una finca de la zona. El pasado 27 de febrero la familia recibió una llamada para informarle que Gallego había fallecido. La autopsia arrojó que la muerte se dio por un edema pulmonar y tras realizarle el estudio fue trasladado a la morgue de Marsella, donde ha estado hasta ahora ya que el seguro no le facilitaba el traslado ni la repatriación del cadáver hasta España.
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