Las Descalzas vuelven a sus orígenes en Badajoz
Rehabilitación ·
Las fachadas del convento perderán todos los añadidos modernos, como cables y cámaras, para recuperar el aspecto más fiel posible al que tenía en el siglo XVIICámaras para vigilar a los conductores que se cuelan por Francisco Pizarro, la caja de control de los semáforos de Juan Carlos I, otra de registro del agua, las de luces, de medición de lúmenes, un proyector para que se pueda leer 'Centro Comercial Abierto de la calle Menacho' en el suelo... Las fachadas del convento de las Descalzas han aceptado todos los elementos que la ciudad les ha ido colocando en las últimas décadas.
Hasta ahora. Un andamio cubre la fachada más vistosa, la que da a la calle Menacho, para eliminar todos los añadidos. El objetivo es recuperar el aspecto más fidedigno posible a cómo era este edificio en el siglo XVII, cuando se construyó. Fue en 1676 cuando las monjas se mudaron a él procedentes de otra casona ubicada en lo que hoy es el Hospital Provincial. Sebastián Montero de Espinosa permutó los edificios con las religiosas y el obispo Marín de Rodezno, el mismo que hizo posible la Plaza Alta, ayudó en unas obras que terminaron en 1700.
Desde entonces, las hermanas han estado ahí dentro cumpliendo sus votos de clausura. Hoy son trece las monjas dedicadas a la adoración diurna en turnos de una hora, el bordado y la costura de ornamentos litúrgicos. Pero fuera, la ciudad les ha ido añadiendo dispositivos a sus fachadas.
Esta primavera han comenzado las obras para devolver el convento a su imagen original bajo la dirección del arquitecto Francisco Hipólito y el doctor en conservación monumental José Antonio Espadas. Seguirán la misma línea que guio la rehabilitación del convento de Santa Ana hace unos años. Esto es, intentar recuperar la imagen original de un edificio protegido.
Al asentarse sobre otra construcción antigua, el edificio tiene problemas estructurales. Ahora repararán algunas de las grietas.
Algunos elementos son imposibles de restaurar. Por ejemplo, la portada que se usa para sacar a los pasos de la cofradía. Esta fue modificada en los años 40 para agrandarla y que las imágenes pudieran salir del templo.
De esa misma época son unos azulejos que representan a la Virgen de la Amargura y al Señor de la Espina. Ambos se quedan. Pero no la reja que enmarca a la virgen. «Es un adorno excesivamente recargado, no tiene relación con el acabado original del siglo XVII y no lo hemos podido documentar tras meses de investigación en archivos, bibliotecas, etc.». Han recurrido a una imagen que datan en 1930 y que pertenece a la colección Lotty para certificar que ese enrejado que ahora retiran es posterior. Será entregado a la hermandad de la Amargura, que lo colocó.
Fenando Marcos
Hipólito y Espadas se han guiado, entre otros documentos, por los escritos del historiador Fernando Marcos, que analizó la evolución histórica del convento. Y cuentan con el trabajo del restaurador Miguel Ángel Ojeda.
Tampoco dejarán los rótulos de calles, salvo los de color blanco y negro que se elaboraron en la fábrica sevillana de Pickman. También se queda el mural en honor a Santa Clara, colocado en 1993, porque las hermanas le deben veneración. Pero retirarán las letras.
El andamio deja ver el color que lucirá la fachada. Los responsables han hecho catas, una de las cuales quedará al aire para que se puedan apreciar los distintos colores que ha lucido, y han escogido los dos tonos más antiguos. El de la parte superior en un color arena más claro y el zócalo inferior algo más oscuro.
La pintura será de cal y grafeno en un compuesto que absorbe CO2. «Apostamos por el desarrollo sostenible y es la primera vez que se usa en un monumento en Extremadura», dicen Espadas e Hipólito.
En la fachada principal se podrá leer 'Convento de Nuestra Señora de las Mercedes', que es como se llama el hogar de las clarisas descalzas. Irá dibujado en el mismo tono rojizo que se puede ver en las fachadas de Santa Ana y con una grafía clásica, imitando la escritura antigua. Esta se repetirá en el lateral, donde recordarán al general De Gabriel, pero sin el rótulo actual, que va también fuera. Al igual que el de Menacho.
En esta segunda fachada, que da a la calle De Gabriel, recuperarán el encintado de la torre. Y harán patentes los cambios que se hicieron en una intervención en los 80 colocando ménsulas y recrecidos en la parte del edificio más alejada de la torre en la misma calle De Gabriel. La pintarán de otro tono para destacar sus diferencias temporales.
Los cables irán empotrados, las cámaras de seguridad se colocarán en un poste independiente y eliminarán todas las cajas de luces y servicios. Todo para llevar al convento de las Descalzas a sus orígenes.
Sin fondos para descubrir la portada principal semioculta
La portada original de cantería labrada del convento conocido popularmente como 'de las Descalzas' ha llegado al siglo XXI. Pero una parte está oculta. Se ven dos columnas a la izquierda y una sola a la derecha. Han hecho una cata y han descubierto que la otra columna está oculta en perfecto estado. El objetivo de la rehabilitación es poder apreciar cómo era originalmente. Lo ideal sería colocar un cristal de seguridad delante que permitiera verla.
Las hermanas han contado con la ayuda del programa municipal para recuperar fachadas y sufragan el resto de la intervención con fondos propios, pero no pueden llegar a afrontar el coste de esta última actuación, por lo que están dispuestas a recibir ayuda.
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