Badajoz rescata su pasado militar
Reclamando su sitio. Unas jornadas abordarán a partir de mañana la historia castrense de la ciudad, desde la protección pagada del reino taifa al dilema del regimiento Castilla en la Guerra Civil
La historia militar de Badajoz acumula los mismos siglos de historia que la ciudad. El hecho de que su fundación estuviera vinculada al enfrentamiento entre Marwan y el emir de Córdoba marcó su destino hasta nuestros días. Su posición estratégica en la mitad de la ruta de invasión usada por España y Portugal y su proximidad a la Raya, la convirtieron en la capital militar de Extremadura dejando un legado histórico, social, económico y patrimonial que «a pie de calle se conoce poco», reconoce el teniente coronel Fernando Ortiz.
Para difundirlo mañana comienzan en Badajoz las primeras jornadas dedicadas a rescatar su pasado castrense, en un momento en el que la historia militar ha cogido nuevas alas. Llegan de la mano de la asociación Alfonso IX, y en ella colaboran, entre otras instituciones, la Brigada Extremadura XI. Las jornadas se celebrarán en la sede de la Real Sociedad Económica de Amigos del País con aforo limitado a 20 personas aunque podrán seguirse en directo por Internet.
Durante tres días, profesores, militares, historiadores del arte e investigadores presentarán nueve ponencias que comprenderán desde el sistema de protección pagado de las parias del reino taifa y a dónde iba ese dinero, hasta el delicado dilema que vivió la cúpula militar del regimiento de Castilla en el año 1936, cuando tuvo que decidir si se sumaba o no a la sublevación militar contra la II República, revelado a partir de documentos judiciales.
«La muralla no nació como monumento pero es lo que nos puede poner hoy en el mapa del patrimonio de la humanidad de la Unesco»
«La historia de Badajoz no se entiende sin su pasado militar que nace con su fundación», reivindica el profesor Julián García Blanco, presidente de la asociación Alfonso IX. En la ciudad, hay presencia estable de los militares desde que se crea el Real Ejército de Extremadura y se establece la Capitanía General a partir de la guerra con Portugal y así se mantiene hasta nuestro días.
«Su impronta va más allá de las batallas –añade García Blanco– porque los acontecimientos militares tuvieron repercusión en la sociedad, la economía, las relaciones internacionales o el patrimonio».
Sobre esto último, las jornadas están llamadas también a servir de acicate para promocionar la muralla abaluartada. «Van a servir para revalorizar el patrimonio militar que hoy es patrimonio histórico-artístico. La muralla no nació como monumento, se construyó para defendernos fundamentalmente de Portugal, después fue vista como un obstáculo para la expansión de la ciudad y hoy es la que nos puede poner en el mapa del patrimonio de la humanidad de la Unesco».
