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Emilio Gutiérrez Caba Actor "Los funcionarios no han sido solidarios, cobraron lo mismo durante toda la pandemia"

Está a punto de cumplir 80 años. Y es uno de los actores más queridos y reconocidos de nuestro país. Solo le falta un premio: el Nacional de Teatro. Y ese no está dispuesto a aceptarlo. «Métanselo donde les quepa, señores», sentencia. Nos lo explica en esta entrevista.

Domingo, 21 de Noviembre 2021

Tiempo de lectura: 11 min

Forma parte del elenco de la película de moda: Way Down. Y, pese a que se trata de un argumento a caballo entre La casa de papel y La gran evasión, el asalto al Banco de España nos mantiene en vilo hasta el último minuto. Los papeles protagonistas los repartió Jaume Balagueró entre Jose Coronado, Luis Tosar, Liam Cunningham y Freddie Highmore, pero al 'pequeño' de los Gutiérrez Caba (Valladolid, 1942) no le preocupan estos detalles, lo importante es mantenerse activo. Acaban de concederle la Espiga de Honor por sus más de 50 años de cine. De su trayectoria profesional, de premios y de mujeres hablamos con este grande de la escena que nunca pierde la sonrisa.

XLSemanal. Así que estoy ante el gobernador del Banco de España...

Emilio Gutiérrez Caba. Eso parece. Había hecho de director de banco, pero es la primera vez que ocupo un puesto tan elevado [sonríe].

XL. ¿Cuántos idiomas habla?

E.G.C. Francés, italiano, algo de inglés y catalán. Las escenas de Way Down las rodamos en inglés.

XL. ¿Le sienta regular que le ofrezcan un papel secundario?

E.G.C. No soy secundario, soy actor de soporte y no me importa. Hay que seguir las doctrinas de López Vázquez: «Si solo tienes una película, la haces. Si tienes dos, puedes elegir». Lo importante es estar en relación con la cámara.

XL. ¿Y puede elegir?

E.G.C. A ratos. Teatralmente sí. Pero en cine es muy difícil.

XL. Entra ya en la etapa de los homenajes, hace unos días ha recibido la Espiga de Honor por 50 años de cine.

E.G.C. Y 60 de teatro y otros tantos de televisión. Son muy agradables este tipo de reconocimientos.

«Los hombres no decidimos tener hijos, son las mujeres. Nosotros somos unos simples 'ponedores'. Además, lo del hijo que te suceda es una chorrada»

XL. Entra ya en la etapa de los homenajes, hace unos días ha recibido la Espiga de Honor por 50 años de cine.

E.G.C. Y 60 de teatro y otros tantos de televisión. Son muy agradables este tipo de reconocimientos.

XL. Usted los tiene todos: Max, Ondas, Sant Jordi, Ceres, Biznaga, Fotogramas, dos premios Goya, cuatro de la Unión de Actores, tres medallas del Círculo de Escritores, la de oro al mérito de las Bellas Artes…, pero le falta el Premio Nacional de Teatro.

E.G.C. El Nacional es el más complicado porque está dotado económicamente. Pero si me lo proponen algún día, no lo aceptaré, porque el Estado español siempre ha sido muy insolidario con los intérpretes y con la cultura. Creo que hay que negarse a ese reconocimiento.

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El clan Gutiérrrez Caba. Emilio nació en plena gira teatral de sus padres (Emilio Gutiérrez e Irene Caba Alba). Sus hermanas, Julia e Irene (fallecida en 1995), y su sobrina nieta, Irene Escolar, continuaron la tradición familiar sobre las tablas. En la foto, Emilio posa junto a su hermana Irene y su padre.

XL. ¿Esté quien esté en el Gobierno?

E.G.C. Sí. No es un problema político, es de Administración y de funcionariado. Hay una hostilidad patente hacia el mundo artístico, piensan que somos unos vagos de mierda. Así que, por lo que a mí respecta, que premien a otra gente.

XL. Sin embargo, cuando los políticos buscan el apoyo de los actores es porque entienden que son referentes de la sociedad.

E.G.C. Claro. Entiendo su egoísmo, pero que ellos entiendan también el mío. En vista de cómo se portaron con la pandemia, decidí mantener esta postura porque el Estado español no merece ningún tipo de reconocimiento por nuestra parte.

XL. Explíquese.

E.G.C. Los funcionarios no fueron solidarios con sus conciudadanos, siguieron cobrando lo mismo durante todos los meses de pandemia. Me parece muy justo que lo hicieran los policías, los bomberos, los sanitarios… pero no los funcionarios de mesa y los asesores que estuvieron cobrando importándoles muy poco los demás. El presupuesto de la parte de asesoría subió durante la pandemia de 17 a 19 millones de euros. Estos gestos son antisociales, por eso no hay que aceptar nada que venga por ese lado.

«En la Administración hay una hostilidad patente hacia el mundo artístico, piensan que somos unos vagos de mierda»

XL. En Madrid y Barcelona se abrieron los teatros y cines en cuanto se pudo.

E.G.C. Sí, pero durante los meses que no pudimos trabajar no cobramos nada. En abril, el 93 por ciento de los actores nos quedamos en la calle y nadie nos echó una mano... y menos el Estado, que fue dando escasísimas ayudas y con cuentagotas. Esa insolidaridad hay que castigarla de alguna manera: ¿que usted me quiere dar un premio?, métaselo por donde le quepa, señor.

XL. Vamos, que está deseando que se lo ofrezcan para decírselo. 

E.G.C. ¡Jajaja! No pongas en mis labios palabras que no he dicho, no estoy deseando nada.

XL. Pero usted ha podido vivir bien de su profesión.

E.G.C. Afortunadamente con una cierta holgura, pero no por la solidaridad del Estado. No se entiende ese desinterés cuando, además, la cultura supone cerca del 4 por ciento del PIB de nuestro país.

XL. ¿La cultura está intervenida?

E.G.C. Está muy manipulada. Si en la época franquista la censura era general, ahora es una censura económica, y el Estado interviene mucho más que nunca en algo que no debería intervenir para nada.

XL. ¿Hay mafias culturales?

E.G.C. Podría haberlas, pero, que yo sepa, no. Tampoco hay mucha corrupción, nosotros no accedemos al dinero de una manera directa y dinero negro hay muy poco. Eso sí, cuando no pagamos los impuestos, nos meten multas muy gordas.

XL. ¡Como a todos!

E.G.C. Como a todos, sí; pero en nuestro caso nos castigan más desde nuestra posición contra la guerra de Irak. El señor Montoro dijo entonces: «Estos se van a enterar». Y, en cuanto entró como ministro de Hacienda, nos enteramos: subió el IVA cultural al 21 por ciento y cerró unas empresas aparentemente transparentes de las que Hacienda había estado cobrando notablemente. Las investigó con carácter retroactivo y nos endeudó a toda la profesión.

XL. Pero Montoro hace años que no está.

E.G.C. Pero los funcionarios siguen siendo los mismos. De hecho, el IVA solo lo han bajado en la taquilla, no en la producción de los espectáculos. Busquemos la responsabilidad en esos elementos que hay en los ministerios; son gentes que viven eternamente a costa de los Presupuestos Generales del Estado.

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Un habitual de la televisión española. En los años sesenta y setenta, Emilio Gutiérrez Caba se convirtió en uno de los actores que, con más frecuencia, se colaba en el salón de casa de todos los españoles a través de la televisión en programas como Estudio 1Teatro de familia o Primera fila. En la foto, en 1972, en el salón de su casa.GETTY IMAGES

XL. ¡No hay que pincharle mucho!

E.G.C. La crítica es uno de los derechos fundamentales del ser humano, ya lo decía Quevedo. Si no eres crítico, no eres nada.

XL. ¿Se siente querido?

E.G.C. Por el público sí. La gente en general nos tiene mucho cariño. Hemos entrado en sus casas a través de la televisión, les recordamos a sus padres y abuelos, y eso para nosotros es un plus.

XL. En seis generaciones de actrices, ¿ha oído que sufrieran algún tipo de acoso?

E.G.C. En mi familia, eso no ha pasado, aunque todos sabíamos que existía. El empresario del Teatro Infanta Isabel, por ejemplo, era un acosador y lo sabía todo el mundo. Pero el ser humano tiene que tomar una determinación y muchas veces no era necesario pasar por eso; se ha consentido porque así eran más fáciles las cosas.

«Puedo parecer equilibrado, pero he tenido depresiones importantes. He pasado momentos bastante duros. Los sentimentales son los peores»

XL. ¡Hombre! Algunas mujeres tuvieron que tragar ciertas cosas si querían trabajar.

E.G.C. Esa es una forma de justificar la corrupción. ¿Para alimentar a mis hijos paso por eso? Moralmente es inaceptable, habrá que alimentarlos de otra manera, no buscando la parte fácil.

XL. A lo mejor esa parte no era precisamente tan fácil.

E.G.C. No justifico en ningún caso que las actitudes morales estén por debajo de las actitudes económicas. Y lo siento porque sé que hay gente que ha pasado mucha hambre de una manera honrada y también sé que hay mucha otra que no ha pasado hambre de una manera deshonrosa.

XL. ¿No robaría para comer?

E.G.C. Robar es distinto, como también lo es el caso de aquellas mujeres alemanas que necesitaron prostituirse cuando acabó la guerra para sobrevivir. Esas no tienen el mismo marchamo moral que otras que se prostituyen para tener medias de seda o comprar tabaco.

XL. ¿Juzga la moral de las chicas antes que la del empresario que condiciona su trabajo?

E.G.C. No. Nadie pone en duda la posición de poder, pero esa posición ha sido alimentada por el consentimiento de muchas personas que les han dado, precisamente, ese poder.

XL. ¿Las mujeres de su familia han sido de armas tomar?

E.G.C. No, solo mi abuela y un poco mi tía Julia. Ni mi madre ni mis hermanas, aun teniendo la posición económica que les hubiera permitido decir que las que mandaban eran ellas, lo hicieron. En cambio, habitualmente los hombres sí dicen: «Tú te callas porque el que traigo el dinero a casa soy yo».

XL. ¿Usted ha dicho eso? 

E.G.C. No, yo nunca. Es más, hubiese preferido que algunas de las mujeres con las que he estado, ante dificultades económicas, me hubieran ayudado a mí. No tengo ningún prurito en decirlo.

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La última en llegar. La actriz Irene Escolar (Madrid - 1988) ha sido la última en incorporarse al clan. Ganadora del Goya a Mejor Actriz Revelación en 2015, Escolar pertenece a una saga de actrices a las que Emilio Gutiérrez Caba quiso dedicar la Espiga de Oro. Para empezar, a su madre, la actriz Irene Caba Alba, «que nunca recibió un premio». Y después «a todas las actrices que han soportado el peso de películas y obras y nunca han recibido un reconocimiento». En la foto Emilio junto a su hermana Julia y su sobrina nieta Irene.GTRES

XL. Parece un soltero empedernido, pero estuvo casado y seguro que ha ligado lo que ha querido.

E.G.C. Bueno, a veces sí [risas]. Me casé en Londres con Diana Polakov, en 1973, y cuando se aceptó el divorcio en España, en el año 1980, nos divorciamos.

XL. Asegura que a los Gutiérrez Caba no los retira del escenario más que la muerte o una enfermedad, ¿qué tal está su hermana Julia (93 años)?

E.G.C. Es verdad, no nos gusta a ninguno retirarnos. Julia se rompió hace poco el fémur, pero se está recuperando bastante bien. Es una mujer muy activa y teme que, a partir de este momento, no pueda seguir siéndolo tanto. Pero lo va a conseguir porque ya se está moviendo muy bien con la muleta.

XL. Cuenta que vino a este mundo sin ser un niño deseado.

E.G.C. Sí, cuando yo nací, Julia tenía 14 años e Irene, 12. Mi nacimiento condicionó mucho la carrera artística de mi madre, pero luego fui muy querido. Creo que la palabra exacta es 'adorado'.

XL. ¿Usted no ha tenido hijos porque no ha querido o porque no se han dado las circunstancias?

E.G.C. Los hombres no somos los encargados de decidir tener hijos, sois las mujeres, nosotros somos unos simples 'ponedores'. En esto, nuestra importancia es muy relativa.

XL. Esa teoría es muy antigua.

E.G.C. Es verdad que la sociedad está variando, pero falta mucho por hacer. El estatus natural es que las mujeres manden, pero con otro estilo que no se parezca al de los hombres. Se está tratando de crear un estilo que tiene mucho de autoritario y eso no es bueno.

XL. ¡Ya! ¿Está frustrado por no dejarle al mundo un sucesor?

E.G.C. Lo del hijo que te suceda es una chorrada. Además, puede salirte un hijo muy desgraciado o uno que es muy mono de niño, pero que de mayor es un drogadicto; pueden pasar cosas terribles.

XL. ¿A usted le ha ido siempre bien?

E.G.C. No, no; puedo parecer equilibrado, pero he tenido depresiones importantes y he pasado momentos bastantes duros.

XL. ¿De qué tipo?

E.G.C. Sentimentales, personales, económicos… Creo que los sentimentales son los peores, la pérdida de un ser querido es lo que más te puede afectar.

«No soy nada religioso, creo que detrás de la muerte está el vacío y la oscuridad. Pienso que la luz está solamente aquí»

XL. Su madre, Irene Caba Alba, murió a los 57 años cuando usted tenía 18; y su hermana Irene, también muy pronto, a los 65. ¿Piensa en estas cosas?

E.G.C. Claro que pienso en la muerte. No soy nada religioso, creo que detrás de la muerte está el vacío y la oscuridad. Pienso que la luz está solamente aquí.

XL. Le he oído citar una frase de Vicente Aleixandre…

E.G.C. «La vida es un relámpago entre dos oscuridades», sí. Es un trozo de verso que me impacta mucho porque te da la medida de tu tamaño. No sé quién dijo, de una manera soberbia, pedante y terrible, que el hombre es el centro del universo, no lo entiendo.

XL. Aunque no lo parezca, en breve cumple 80 años.

E.G.C. Parece ser que sí, no he podido frenar eso.

XL. Escribió la biografía de las mujeres de su familia, pero no se incluyó apenas en ella. ¿Falta la suya?

E.G.C. No la escribiré nunca. Las biografías sobre uno mismo son muy mentirosas. ¡Y cómo voy a contar mis amores! Si me ha dejado una mujer o he dejado yo a otra…

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Mejor callado... A punto de cumplir 80 años, Gutiérrez Caba dice que no se plantea escribir sus memorias. Y no por falta de ellas, sino porque, explica, «las biografías de uno mismo son muy mentirosas».

XL. ¿Su vida amorosa sería el centro de su biografía?

E.G.C. Claro que no; pero la gente necesita que le des algo morboso; de lo contrario, no vendes... y no vas a convencerme de que no es así.

XL. Ha dicho en estas mismas páginas: «Las mujeres jóvenes están todas operadas a los 25 años y reflejan una sociedad tonta». ¿Lo sigue pensando? 

E.G.C. Sí, porque ahora el problema se ha agudizado. Me gustan más las mujeres que ya tienen cierta edad. Una cosa es la estética y la belleza y otra, el encontrarse de una manera íntima y personal con una mujer. Las chicas de 25 y 30 son muy infantiles y no comulgan con mis ideas ni yo con las suyas; además, me daría mucho miedo: ¡qué terror para mí! [Ríe].

XL. Oiga, si usted tuviera algún momento loco, ¿cómo sería?

E.G.C. Desde luego, no me tiraría en paracaídas como Marta Ferrusola ni haría puenting. Un momento loco mío sería ponerme a dirigir una orquesta.

XL. ¡Buah!

E.G.C. Estás buscando una noticia sensacional, me quieres llevar donde tú quieres que vaya… ¡y no quiero ir ahí!

XL. Las nuevas generaciones digitales están dando la vuelta al mundo como a un calcetín, ¿le asusta?

E.G.C. A mí ya no. Clint Eastwood dice que no sabe si estamos dejando un mundo muy horrible para generaciones futuras o si esas generaciones futuras merecen otro mundo.

Etiquetas: actores españoles