Los 'baby boomers' llenan Ifeme
Área de Salud de Mérida. Este miércoles empezaron a vacunarse quienes tienen 59 años
Dice Andrea que pertenece a los 'baby boomers'. A la última generación de familias numerosas habituales. «Todas las que estamos aquí tenemos tres o cuatro hermanos». Tiene cincuenta y ocho años. Cincuenta y nueve en octubre. En el primer umbral debajo de los sesenta, y eso, en este proceso de vacunación, supone cruzar una meta volante más.
Conversaciones de corrillo en Ifeme. Lo de 'baby boomers' viene porque Andrea pronostica que el tramo de cincuenta a sesenta será, posiblemente, el mayor reto para el Área de Salud de Mérida hasta ahora. «Solo hay que ver los que estamos aquí solo del 62».
Estaban llamados a partir de las cuatro de la tarde para los residentes en Aljucén y otros pueblos de la comarca. Los de Mérida, a las cinco, y a partir de las seis y media, los de la zona de La Garrovilla.
Andrea trabaja de profesora. Pero ella no entró en la lista de vacunados con AstraZeneca porque imparte clases en su academia. Sigue con las clases 'online' y espera que el próximo curso pueda retomar con algunos grupos las presenciales. Este miércoles por la tarde suspendió su sesión de Zoom para estar en Ifeme a las cinco.
La entrada se hizo escalonada. Muchos corros en la puerta de acceso al recinto ferial, aparcamientos llenos en los laterales, pero agilidad bajo las carpas de los militares antes de entrar en el pabellón.
La segunda dosis, el 2 de junio
Juan José Hernández salió más que satisfecho. «He entrado a las cinco y a las cinco y seis minutos ya estaba vacunado». Comercial de alimentación no se quedó en casa ni cuando se declaró el confinamiento de 2020 porque tenía que suministrar a las panaderías. «Por mi trabajo, estoy todo el día en la calle y esto me ayuda a trabajar con más tranquilidad», cuenta. Le han citado para la segunda dosis de Pfizer el próximo 2 de junio.
A Mari Carmen Provencio le acercó hasta Ifeme su hija. Llegó con el uniforme de trabajo de una empresa de limpieza. Coincide también en destacar la organización. «Cuando he llegado y he visto tanta gente en la puerta que pensaba que iba para rato, pero en menos de quince minutos he terminado».
Dice que la cola fue una especie de reencuentro amable. Saludó a varias compañeras que se fueron del barrio cuando se casaron a las que llevaba años sin ver. Anima a los de su edad a pasar por Ifeme. «La mayoría seguimos trabajando, somos población activa, pero mayores, por lo que debemos tener más cuidado que el resto».
Dos horas antes
Andrés echó paciencia. De Alange, pero trabaja en Mérida. Su turno empezaba a las seis y media, pero a las cinco ya estaba cerca del pabellón. Trabaja en el polígono El Prado de siete de la mañana a tres de la tarde y, en vez de irse a casa a comer, se comió un bocadillo y subió por la rotonda con dos hora de antelación. «A esto le llaman la espera dulce».
Andrés estuvo en Navidad quince días confinado por ser contacto estrecho de un positivo; dio negativo, pero algunos familiares no se libraron del virus. «Lo he vivido muy cerca y estaba esperando la vacuna como agua de mayo». Ahora cuenta los días para el 2 de junio. «Si todo sale bien, estaré protegido para cuando mi hijo termine su curso de la Universidad en Madrid y podré ir a recogerlo. Será el primer viaje fuera de Extremadura en casi dos años».
Algo parecido le ocurre a María José Vargas con la comunión de su nieto. La hace el 5 de junio, tres días después de que le pongan el segundo pinchazo. «Yo sé que no tengo la inmunidad completa porque hay que esperar diez días desde la segunda, pero, sinceramente, pensaba que iba a llegar el día y no tendría ni la primera». Pide no bajar la guardia. La celebración de la comunión de su nieto la dejarán para después del verano. «En mi familia hay varios sanitarios y hemos pasado muchos meses preocupados por ellos como para hacer las cosas mal al final». Por eso se apunta a lo de procrastinar las fiestas.
De San Pedro vino Consuelo. Se enteró del llamamiento a la quinta del 62 el lunes por la tarde. «Este pinchazo se lo dedico a mi marido, no ha podido vacunarse porque le ponen un cateterismo la semana que viene y le han recomendado que espere».
El SES dijo a media tarde que la respuesta había sido masiva y satisfactoria. Los últimos 'baby boomers' esperan al 2 de junio