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Viernes, 6 de junio 2025
Bienvenidos todos a la trigésimo séptima edición de los Extremeños de HOY y, con permiso de su alcalde, querido Fernando, bienvenidos a Plasencia, mi tierra. Cuando hace poco más de dos meses recibí el encargo de dirigir este periódico, no podía imaginar que mi primera intervención como director sería desde este altar donde, aunque a alguno le cueste trabajo imaginar, yo ya había actuado. Justo aquí detrás ejercí en más de una ocasión de monaguillo, cuando esta entrañable iglesia de Santo Domingo todavía estaba destinada al culto y acogía la sede de la cofradía del Descendimiento, de la que mi padre era el Hermano Mayor. Hoy me he dado el gustazo de recrear el recorrido que, cada primavera, ataviados con túnicas capas y capirotes, hacíamos mis hermanos y yo para llegar hasta aquí por la calle Esparrillas para acompañar a varios de los pasos que hoy nos contemplan y que, años después, también tuve la oportunidad de cargar sobre mis hombros. La Semana Santa de Plasencia, que pronto esperamos reciba el reconocimiento nacional e internacional que merece, se ha convertido, con el paso de los años, en una expresión cofrade a la altura de las más acreditadas de la región.
Siempre he creído que los muchos placentinos que ejercemos y hemos ejercido el periodismo en HOY desde su nacimiento, hemos transmitido a nuestro trabajo los principios de muy noble, leal y benéfica que han acompañado a nuestra ciudad a lo largo de sus más de ocho siglos de historia.
Ya en nuestro editorial fundacional, aquel que aparecía en la portada del 1 de enero de 1933, decíamos que HOY nacía con el optimismo con el que se labora por una noble causa y dejaba bien claro que nosotros, ni tenemos más amigo que la verdad, ni conocemos más enemigo que el error.
De nuestra lealtad institucional pueden dar buena cuenta quienes han ocupado y ocupan cargos de responsabilidad en las distintas administraciones de nuestra región y quienes están al frente de las principales empresas e instituciones que marcan el progreso económico extremeño.
Y de nuestro carácter benéfico, entendido como el apoyo que mostramos a quienes acuden a nosotros cuando nadie más les hace caso, están llenas las páginas de todas las secciones del diario con multitud de casos que, en la mayoría de las veces, nos reconfortan más a nosotros que a los propios afectados.
Hoy estamos aquí para celebrar la excelencia que nos rodea, para gritar alto y claro que desde Extremadura se puede triunfar dentro y fuera de nuestras fronteras y que, cada año, aumenta el número de candidatos a ser designado Extremeño de HOY.
Cada año mis antecesoras y antecesores aprovechaban esta intervención para recordar que somos el periódico líder en venta de ejemplares y audiencia en papel, además de en usuarios únicos y páginas vistas en internet, a pesar de ser los únicos que tenemos buena parte de nuestros contenidos cerrados a la suscripción. Hoy, en nuestra obligación permanente de experimentar y seguir las preferencias de nuestros usuarios, también podemos decir que somos el periódico líder en todas las redes sociales en Extremadura. Esta tarde, entre los compañeros desplazados para la cobertura de este evento hay un equipo dedicado exclusivamente a alimentar las redes del HOY durante su celebración, algo que, solo hace un par de años sería algo impensable.
Todas las encinas cúbicas que se entregarán esta noche tienen detrás una historia basada en la cultura del esfuerzo y el éxito empresarial y profesional. La familia Oliva y sus dos empresas con su archiconocida marca de La Chinata; Esther Cubo y su impresionante carrera en la Neurología o Javier Sánchez Medina con su talento para transformar la artesanía en arte y trascender desde su taller al mundo, merecen con creces que los extremeños sepan que hay paisanos suyos ahí fuera que enaltecen con su trabajo la tierra que nos vio nacer a todos.
El cuarto premiado no se me ha olvidado y me van a permitir que con él haga mi última contribución a la crónica taurina a la que he sido tan asiduo estos años, y lo que voy a particularizar en él, seguro que es extensible al resto de los premiados. Muchos podrían pensar que Emilio de Justo está hoy aquí por ser un absoluto figurón del toreo, que lo es; por ser quien ejecuta con más limpieza un toreo vertical que ya debería ser asignatura obligada en las escuelas taurinas, que lo es, o por tener un lugar preferente en los carteles de las principales ferias de España, Francia y América, que también lo tiene. Pero Emilio de Justo va a recibir esta noche el Extremeño de HOY, sobre todo, por ser un tipo ejemplar. Si alguien arriesgara a volver a editar una enciclopedia ilustrada, como aquellas que nosotros consultábamos cuando no había internet, junto a la palabra resiliencia debería aparecer la fotografía de este torrejoncillano, cuya única obsesión en la vida fue ser figura del toreo y que lo consiguió cuando nadie, salvo él, apostó por ello. Cuando contamos que Emilio se jugó la vida para llegar hasta donde está ahora, no lo hacemos de forma figurada. Cualquiera que haya visto qué toros salen en las plazas del sur de Francia, en las que él se tuvo que ganar el pan en el resurgir de su carrera, sabe que allí los triunfos se pagan con sangre. Ante este ejemplo, solo me cabe decir que, cuando alguien les diga que la vida es muy complicada, háblenle de Emilio de Justo.
Para terminar, regreso al principio, a nuestro editorial fundacional que decía que ya que Extremadura ha derrochado en nosotros su generosidad, hoy hacemos pública confesión de consagrarnos a su servicio.
Muchas gracias.
Discurso íntegro de José Orantos, director de HOY
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José A. González y Leticia Aróstegui (gráficos)
David González
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