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Los invitados a los Extremeños de HOY disfrutaron de un cóctel en el patio del Parador.
Los invitados a los Extremeños de HOY disfrutaron de un cóctel en el patio del Parador. Jorge Rey
Extremeños de HOY 2025

Una pausa para que hablaran las piedras

Una fiesta contenida. En la 37 edición de Extremeños de HOY, los discursos fueron más reflexivos y evocadores que eufóricos y las vidas premiadas tenían en común el tesón y la perseverancia para espantar el fracaso

Viernes, 6 de junio 2025

Austeridad. El marco era el mensaje. La 37 edición de Extremeños de HOY fue una fiesta contenida, con discursos más reflexivos y evocadores que eufóricos. El tópico de que Badajoz es más jacarandosa y Cáceres es más austera y castellana se sustanció en el acto celebrado el pasado miércoles en el templo de Santo Domingo y en el Parador de Plasencia. Desde la indumentaria de los invitados hasta la gastronomía del cóctel (croquetas de la memoria, quesos y embutidos con raíz, técula mécula marca rayana), hubo en el aire un espíritu de tradición, arraigo y solera.

Hubo destellos refulgentes en la elegancia encarnada de la exdirectora de HOY Manuela Martín y de la redactora María José Torrejón, en el verde estupendo de la conductora del acto, la periodista Ana Belén Hernández, o en la blancura prístina del traje de chaqueta con calzado rojo intenso de la periodista Rocío Romero. Pero fueron perlas excepcionales. Hasta la presidenta de la Junta, María Guardiola, que llevaba toda la semana apareciendo en las fotos con desenfadadas camisetas y bufandas deportivas para celebrar el ascenso del Cacereño, escogió un traje negro para la ocasión y solo en sus brillantes zapatos azules hubo un asomo de color.

¿Y los hombres? Bueno, ellos a lo suyo con matices. Es decir, trajes oscuros, camisas claras y nada de zapatillas descocadas, ahora tan de moda desde La Revuelta hasta las bodas familiares. Eso sí, hubo un detalle en la vestimenta masculina que no pasó desapercibido: el sincorbatismo. Gozosa liberación del nudo en la garganta que se va imponiendo lentamente y en los Extremeños de HOY casi llegó al mitad y mitad: de los cuatro varones premiados, dos no llevaban corbata y otros dos, sí. Y en la foto de familia, había cinco encorbatados y cuatro liberados.

¿Detalles llamativos en el atuendo masculino? Los había, pero pocos: la corbata y el pañuelo en la pechera inspirados en motivos escoceses del periodista Antonio Armero, el traje cruzado del artista Javier Sánchez Medina, el pañuelo blanco asomando estiloso en la americana marengo de Claudio Mateos, delegado de HOY en Cáceres, o la apostura torera, disculpen el tópico, de Emilio de Justo: traje negro, corbata oscura, camisa blanca, estilización tremenda… Tres veces lo llamaron maestro: Ana Belén Hernández, María José Torrejón y María Guardiola… Maestro de torería y de elegancia.

A la entrada del templo, un photocall rojo rompía la sobriedad imponente de un espacio que marcaba el acto. Los invitados entraban con respeto en el templo de Santo Domingo: 600 años de historia, levantado sobre una antigua sinagoga, mausoleo de familias nobles y, sobre todo, iglesia cofrade en la que se exponen y recogen los pasos severos de la Semana Santa placentina. La sucesión de imágenes y escenas de la Pasión sosegaban el ánimo y predisponían a la reflexión. En tiempos de tribulación intensa, se agradecía un aparte para cavilar.

Un photocall rojo rompía la imponente austeridad de 600 años del templo de Santo Domingo

Acomodados y asombrados por la intensa belleza del entorno, los invitados observaban el escenario y veían un altar y un retablo al que salió Ana Belén Hernández para oficiar de presentadora. Dejó claro desde el primer momento que en aquel espacio sublime no cabían proyecciones de vídeo ni actuaciones de humoristas, monologuistas o cantantes como en otras fiestas del HOY. Solo un terceto de cuerda vestido de negro interpretó breves piezas comedidas entre discursos y entregas.

«Que hablen las piedras», proclamó la presentadora y su conminación hizo efecto: no hablaron los muros del templo, pero sí resonaron historias de superación, recuerdos ejemplares, frases líricas y emotivas… Solo una vez se escuchó la risa, o mejor, se esbozó la sonrisa, y fue cuando uno de los premiados, Cecilio Oliva, se refirió al éxito empresarial y recordó un consejo que daba su padre, Florentino, fundador de La Chinata, a quienes pretendían montar un negocio: «No hace falta dinero, sino ideas y ganas de trabajar. Si las ideas son buenas, el banco te prestará el dinero». Y don Cecilio provocó aplausos y complicidad cuando aclaró algo obvio, pero importante: «Luego hay que devolverlo».

Había recordado Ana Belén que en 2020 en Las Claras, en la última celebración de Extremeños de HOY en Plasencia, ella había pedido desde el escenario que los periódicos pusieran luz y rigor en medio de la confusión de quienes aprovechaban la pandemia para erosionar la democracia. Cinco años después, la presentadora incidía en el aviso: «Hay que mantener esa lucha». Y recibió una ovación al tiempo que el director de HOY, José Orantos, ascendía las escaleras del altar.

Orantos lleva 32 años en el diario HOY y es su director desde hace dos meses. Se esperaba su discurso con expectación por ser el primero como director, pero también porque tenía una carga emocional al ser placentino. Y así empezó su intervención, llena de emociones evocadoras, recordando que ya había actuado en ese altar cuando la iglesia era un templo consagrado. Y había actuado como monaguillo. Además, su padre fue hermano mayor de la cofradía del Descendimiento, que tenía aquí su sede y de la que el director de HOY fue hermano de carga.

Si Cáceres es 'La Ciudad Feliz', Plasencia es 'La Muy'. Se trata de una manera irónica de definir las ciudades y su imaginario. A ese marbete de «La muy noble, leal y benéfica ciudad de Plasencia» recurrió José Orantos para recordar la filosofía de este periódico, plasmada en su editorial fundacional del 1 de enero de 1933. La nobleza de la causa por la que se trabajaba en HOY: no tener más amigo que la verdad ni conocer más enemigo que el error. Y la lealtad institucional, además de un carácter benéfico entendido como el apoyo que muestra el diario extremeño de referencia desde su fundación a quienes acuden a él cuando nadie les hace caso.

No fue un discurso desbordado por el ímpetu y el ardor, nada de vehemencias, castillos en el aire, promesas fáciles ni entusiasmos impostados, sino realismo, datos que certifican el liderazgo regional, anclaje en las esencias y mirada a los premiados como paradigmas del esfuerzo, la superación y el rigor que marcan desde ya el espíritu de Orantos en esta etapa estimulante al frente de HOY.

Plasencia podría ser también La Muy… periodística o La Muy literaria. Algo tiene la ciudad para ser génesis y cuna de redactores, novelistas, poetas… Fernando Pizarro, alcalde de la ciudad, recordó que de aquel convento y templo dominicos habían salido los primeros universitarios de Extremadura, algunos de ellos convertidos en cronistas de Indias, antecesores de los numerosos periodistas que ha dado Plasencia. Y luego se refirió al director de HOY, al que llamó familiarmente Pepo pues se le hacía raro llamarlo José. Y, desde luego, manifestó su satisfacción por que sea un placentino quien tiene ahora la responsabilidad de dirigir el medio de comunicación más importante de Extremadura.

En el altar de Santo Domingo, se sucedían los placentinos, ya fueran redactores, ya fueran premiados. De las 13 personas que subieron al escenario, siete, más de la mitad, eran de Plasencia. Y su mensaje entroncaba con el espíritu del acto: Cecilio y José Ramón Oliva, de La Chinata, empleaban conceptos como tesón, constancia, perseverancia, calidad, competitividad, ideas, trabajo…

Pero no hacía falta ser de Plasencia para esgrimir mensajes de resistencia y superación. Bastaba con ser extremeño. Emilio de Justo, de Torrejoncillo, recurría al fracaso y al triunfo, a los sueños y las ilusiones. Y en esto subió al altar y estrado María Guardiola, cacereña y presidenta de la Junta. Es verdad que expuso de pasada datos optimistas sobre la vivienda, el empleo, el comercio o el turismo en Extremadura. Y también es cierto que manejó un eslogan de repertorio: Extremadura crece y cree. Pero la esencia de su discurso fue más lírica que política, más de recogimiento interior que de euforia. Lo dicho: el marco era el mensaje y la imponencia del templo y sus imágenes movían más a la introspección que a la ligereza.

Así que María Guardiola desgranó un florilegio de frases con vocación de aforismos. «Hoy es uno de esos días en que Extremadura se mira al espejo y sonríe porque se ve como se quiere ver», decía. «Estos premios son una invitación a la pausa y la mirada», sostenía con vocación zen. «Detrás de cada premiado hay una historia que nos conmueve», aseguraba con emoción. «La obra de Javier nace del campo y llega a los museos… El toreo de Emilio es cultura y belleza… La Chinata avanza sin complejos mirando al futuro… Esther es un símbolo de la Extremadura que apuesta por el futuro en femenino», definía a cada premiado con una sentencia precisa.

El discurso de Orantos no fue ardoroso, sino realista y anclado en las esencias

Pero además de frases, hubo historias. Una la contó María José Torrejón: esa plaza de Hervás donde Emilio de Justo se encerró con seis toros un 15 de agosto de 2015, cortó dos orejas a un Victorino y esa hazaña marcó un punto de inflexión en la trayectoria del torero, que tomó la alternativa en Cáceres en 2007 y salió a hombros, también en Cáceres, hace una semana. En medio, decepciones, entrenamientos perseverantes en la plaza cacereña hasta con las zapatillas rotas y el éxito en las plazas de España, América y Francia con cifras como las de 2024: 78 orejas y seis rabos.

O la historia de Javier Sánchez Medina, desmenuzada por Rocío Romero: la inspiración recibida de su padre y de su abuelo, la valentía para dejar su trabajo en un gimnasio, aparcar la profesión de bombero y centrarse en el arte (su obra habla de nosotros y de la naturaleza, diría después María Guardiola). Su estudio en Malasaña, las 700 piezas para las tiendas de Loewe, los reportajes en las revistas de decoración y en el New York Times tras haber aparecido en HOY. Sin olvidar a las 70 familias que dependen de La Chinata, una empresa cuyo relevo generacional está garantizado, ni el currículum extremeño de la neuróloga emeritense Esther Cubo (Escolapias de Mérida, IES Santa Eulalia, Universidad de Extremadura), que habló mirando al cielo o al artesonado formidable de la iglesia, con esa actitud de quienes improvisan palabras que salen de dentro y en el momento, palabras en las que el espectador cree porque son verdad.

Acababa ya el acto sin perder el espíritu reflexivo, la invitación a la pausa ni la mirada hacia la Extremadura que crece y cree. La presentadora del acto, majestuosa durante toda la noche, controlando los tiempos, marcando los ritmos, recurrió a Albert Camus para dejar flotando en el templo un mensaje del escritor francés: «La prensa puede ser buena o mala, pero si no es libre, será mala». En el altar, María Guardiola había dado gracias al HOY por su audacia y su compromiso. En las sillas del templo, José Orantos, director de HOY y placentino, y Manuel Mirat, consejero delegado de Vocento y cacereño, conjugaban sus fuerzas para, tras la pausa austera, profunda y reflexiva, levantar la mirada y seguir adelante audaces y comprometidos.

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