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José Ramón Oliva y su hermano Cecilio Oliva recogieron el premio entregado a las dos empresas que lucen con orgullo la marca La Chinata –iniciada por su padre Florentino–, con el aceite de oliva y el pimentón como productos estrella. Ambos coincidieron tras la gala en lo emotivo que ha sido para ellos recibir este reconocimiento precisamente en Plasencia. «Un premio siempre gusta, pero en casa en especial», vinieron a señalar los dos empresarios.
Cecilio Oliva destacó «el esfuerzo y el tesón» como las dos principales características que han marcado su larga trayectoria al frente del pimentón La Chinata, pero sin olvidarse de algo que muchas veces no se menciona, como es la suerte. «Yo he dado muchos tumbos por el mundo y allá por donde he ido no he tenido ningún percance, no he hecho más que amigos y me he encontrado a gente fantástica que me ha tratado de maravilla, por eso digo que también he tenido suerte», señala.
-¿Por qué se lanzó al mundo a dar a conocer el pimentón La Chinata? «Pues por la necesidad –admite–, porque teníamos una empresa y había que sacarla adelante. Quizá también había un poco de ambición, pero sobre todo fue la necesidad de hacer que funcionara».
Aunque es muy difícil el camino hasta posicionar una marca al nivel que ocupa La Chinata, Cecilio Oliva destaca también el riesgo de «morir de éxito», y por lo tanto la dificultad de mantenerse y de seguir creciendo.
Por su parte, José Ramón Oliva, al frente de la empresa que elabora el aceite de oliva La Chinata y su famosos productos derivados, sobre todo cosméticos, se siente muy orgulloso del nivel de reconocimiento que han alcanzado no solo fuera, sino también en su tierra, lo cual no siempre es fácil. «Lo recibimos de nuestros clientes y proveedores, y se lo debemos sobre todo a nuestros trabajadores, que son los números uno», afirma.
¿Qué les ha llevado tan arriba como empresa? «Sobre todo la humildad, porque con ella se pueden hacer muchas cosas, pero también ir con la cabeza alta y no tener complejos, saber que no eres más que nadie pero tampoco menos», indica José Ramón Oliva.
«Nosotros somos una empresa de pueblo y estamos muy orgullos de ello», asegura. El punto de ambición imprescindible para triunfar cree que les viene «de nuestros antepasados, y sobre todo de nuestro padre, Florentino, que fue un grandísimo emprendedor, un hombre valiente, trabajador infatigable y que nos dejó esos valores como lo más importante».
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