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Bañistas, ayer, en la garganta Jaranda, en el término municipal de Jarandilla de la Vera, una de las zonas en las que el baño está permitido este verano. Palma

Las zonas de baño que no abran deberán informar a los usuarios mediante carteles

En Cáceres no se cerrarán los cauces, pero habrá agua en gargantas y pozas; en Badajoz abrirán las playas que pueden controlar los accesos

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Sábado, 27 de junio 2020, 09:07

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La pelota, de playa en este caso, se encuentra en el tejado de los ayuntamientos. «No nos entrometemos en la autonomía municipal», declaran desde la Junta de Extremadura. Una línea de actuación que no ha gustado a muchos alcaldes, que esperaban un mayor apoyo para afrontar una temporada veraniega muy complicada en la que tienen que conjugar la seguridad sanitaria de los ciudadanos y el interés del sector turístico con sus recursos humanos y económicos.

Por ahora, la mayoría de municipios está optando por la prudencia. A día de hoy se observa una línea común. Los alcaldes no actuarán en los cauces de los ríos para cortar el caudal y aumentar, así, el volumen de agua en los espacios destinados al baño. Es decir, solo aquellas zonas en las que se forman pozas naturales en los ríos o los pantanos se habilitarán para el baño. Y no todas.

Algunos puntos en los que esto se produce no serán dotados de mobiliario por los ayuntamientos como sucedía en veranos anteriores. Es el caso del Lago de Jaraíz, uno de los lugares de ocio veraniego más populares de la comarca de La Vera. «En el mes de marzo se limpió el cauce, pero no vamos a poner sombrillas en la arena ni escaleras de acceso al agua», explica Luis Miguel Núñez, alcalde de la localidad, cuya idea es evitar las aglomeraciones. «Tampoco podemos prohibir el baño al tratarse de un espacio natural con múltiples puntos de entrada», reconoce.

Gráfico.
Gráfico.

En esos casos, si los ayuntamientos no van a habilitar las zonas de baño habituales, deberán informar a la población. «Se expondrá mediante cartelería la recomendación de abstenerse del baño», en palabras de Soledad Acedo, responsable de Salud Ambiental de la Junta de Extremadura.

En esa misma tesitura se encuentran otros muchos pueblos extremeños. En las comarcas de Las Hurdes y Sierra de Gata, las mancomunidades optaron por no abrir sus zonas de baño. Esto dejará sin agua en un volumen que permita el baño parajes como las piscinas naturales de Hoyos y de Eljas o el Charco la Olla, en Las Mestas. «El acceso está permitido, porque son espacios en los que se hace senderismo, pero ya hemos puesto carteles en los que se informa de la situación», asegura Rocío Pérez, presidenta de la Mancomunidad Sierra de Gata.

Los motivos que alegan los alcaldes se centran en la seguridad sanitaria. Aunque también mencionan la falta de capacidad para controlar el aforo, sobre todo los del norte de Cáceres, como demandan las recomendaciones de la Junta de Extremadura. Es en esta línea en la que han reclamado el apoyo autonómico. «No tenemos capacidad ni recursos ni dinero para poner vigilantes», comenta Eulogio Álvarez, alcalde de Cabezuela del Valle, que tampoco embalsará el agua para la piscina natural de su municipio, una de las más cómodas del Valle del Jerte.

Avisos

Unos carteles en los que se puede leer 'Zona no recomendada para el baño' ya están instalados en las pozas de Navaconcejo, que son de las que se llenan de manera natural sin necesidad de ralentizar el curso del río Jerte.

Por el contrario, en la comarca de La Vera sí se está planteando la presencia de vigilantes en las gargantas que estarán abiertas al público. Son cinco: Jaranda, en Jarandilla de la Vera; Cuartos, en Losar de la Vera; Alardos, en Madrigal de la Vera; Río Moro, en Viandar de la Vera, y Minchones, en Villanueva de la Vera. «No habrá restricciones de acceso, porque son espacios naturales», detallan desde el Ayuntamiento de Losar.

Pero con los vigilantes sí se espera poder cumplir con las medidas sanitarias. «En teoría, solo se permite el acceso a la zona de baño de una familia y no pueden estar más de hora y media», explican en la oficina de Turismo de Jarandilla, antes de añadir que las pozas son numerosas en las gargantas de la comarca.

Cartel que prohíbe meterse en el agua en la zona de baño El Cristo, en Navanconcejo.
Cartel que prohíbe meterse en el agua en la zona de baño El Cristo, en Navanconcejo. Hoy

Tanto estos espacios de La Vera como las pozas de Navaconcejo tienen el visto bueno de la Junta de Extremadura, que la semana pasada publicó el listado de zonas de baño autorizadas para este verano. Sin embargo, la opción de los ayuntamientos es muy diferente.

En total, la relación la componen 35 espacios, muchos menos que en años anteriores. Uno de los que ha desaparecido del listado es el de La Codosera. Sus piscinas naturales tienen una gran afluencia de personas todos los veranos. Este año, de momento, no estarán aptas para el baño. «No se han hecho las pruebas y no podemos garantizar la seguridad», segúnJoaquín Tejero, alcalde local, que afirma que la semana pasada la Guardia Civil ya tuvo que pedir a algunos bañistas que salieran del agua, porque la zona está señalizada. Aún así, Tejero espera que la situación cambie a lo largo del mes de julio, que se hagan los análisis pertinentes y puedan abrir al público.

Análisis

Este año las pruebas que se efectúan al agua tienen criterios más estrictos, en especial las relacionadas con la contaminación fecal, tal y como apuntan desde la Junta. «La mayoría de las aguas pasan por una depuradora y se tratan con cloro, –como la destinada a consumo humano– por lo que la traza de virus, porque no se han detectado virus en el agua, queda desactivada; además, el agua residual tratada que pudiera contener trazas, algo que es complicado, estaría sometida al efecto de dilución», expone la responsable de Salud Ambiental extremeña, que insiste en que «a fecha de hoy no existe ninguna evidencia de que el resto de virus en un agua bruta pudiera contagiar a una persona».

Aún así, hay alcaldes que prefieren no exponer a sus vecinos. «Me preocupa que no haya un estudio que certifique que hay riesgo cero», comenta Víctor Merino, alcalde de Entrerríos, que ya ha ubicado los carteles en la playa de esta localidad en los que avisa de que no está permitido el baño.

«Queremos evitar aglomeraciones, pero no podemos prohibir el baño»

«Hemos prorrogado el contrato del chiringuito, porque este año no abrirá»

Desde Salud Pública apuntan en la dirección contraría. «Sería casi imposible que alguien se contagiara en el agua», asegura Acedo, que ve el peligro en que el propio desarrollo de la actividad invita a romper la distancia social de metro y medio.

Por ello, en la guía de recomendaciones publicada por la Junta se pone el énfasis en la distancia de seguridad y en la limpieza de las superficies como principales medidas para reducir el riesgo de transmisión del coronavirus.

La incapacidad para controlar el aforo también está detrás de la decisión del alcalde de Entrerríos, al igual que sucede en otros muchos municipios. «La orografía puede ser un problema», reconoce Acedo, que certifica que se ha hecho un cálculo del aforo para mantener la seguridad de tres metros cuadrados por usuario.

Por ello, las zonas que sí están trabajando para su apertura o que ya están abiertas, son, fundamentalmente, aquellas en las que es más sencillo vigilar el acceso y parcelar el terreno en la orilla, donde los usuarios pasan la mayor parte del tiempo. Dos ejemplos son la playa de Orellana, en Orellana la Vieja, donde la gente se puede bañar desde el 19 de junio, y la Isla del Zújar, que abrirá el 1 de julio. «Estamos pendientes de acotar la zona de baño y, a partir de ahí, limitaremos el aforo», indican desde la mancomunidad de La Serena.

Las playas de interior de los pantanos en la provincia de Badajoz ofrecen más facilidades para estas tareas que las gargantas de la zona norte de la región. Las piscinas naturales de La Presa, en Castañar de Ibor, o La Calera, en Cabañas del Castillo, estarán cerradas este verano. «Muy a nuestro pesar», reconocen los alcaldes. Sin embargo, en los embalses García de Sola, en Peloche, Proserpina o Alqueva, en Villanueva del Fresno, permitirán la presencia de bañistas. Lo mismo que en la playa La Dehesa, en Cheles, donde se ha limitado el aforo a 600 personas. «Pondremos carteles a la entrada del pueblo cuando ya no puede acceder nadie más a la zona de la playa», dice Antonio Sierra, alcalde de este municipio de Badajoz.

Ingresos

En la mayoría de las zonas de baño existen negocios de hostelería y el agua atrae turismo a las comarcas. De ello son conscientes tanto los alcaldes que han optado por abrir los espacios de sus municipios como los que los mantendrán cerrados. «Para la hostelería son momentos complicados, por eso hemos aprobado iniciativas para reducir su carga fiscal, pero primero está la salud de los vecinos», dice el alcalde de Jaraíz de la Vera.

«Es casi imposible el contagio en el agua, el riesgo está en no guardar la distancia social», segúnSalud Ambiental

En muchos de estos municipios la población es mayor y existe miedo a posibles brotes de coronavirus. «No hemos tenido ningún caso y queremos seguir así», manifiesta el primer edil de Garganta la Olla, que cree que la mayor parte de sus vecinos prefieren que no se permita el baño en Las Pilatillas, ya que de esta forma se evitará la llegada de masiva de personas de fuera.

Es un sentimiento extendido en estas localidades. Aunque también hay hosteleros que, en los casos de los pueblos que no vayan a tener piscina este verano, se siente perjudicados y las asociaciones turísticas están pidiendo a los alcaldes que reconsideren su decisión. No parece fácil. «Nosotros hemos prorrogado un año el contrato de explotación del chiringuito, porque el empresario nos había dicho que su idea era no abrir y no lo hará», remarca el alcalde de Garganta la Olla.

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