«Estoy temblando por si me cancelan el vuelo para Navidad»
Extremeños en el extranjero ·
Algunos como Sara Benítez, que vive en Ginebra, temen que la covid trunque sus planes, y otros como María José Rina, en EE UU, ya saben que este año no vuelvenSara Benítez se levanta cada mañana con miedo a recibir un mensaje de la compañía aérea con la que tiene previsto volar desde Ginebra a Sevilla el próximo 20 de diciembre. Esta extremeña, de Zafra, quiere pasar la Navidad con su familia después de un año sin poder verla. La pandemia ya le ha robado muchos momentos con sus padres, abuelos y su hermano pequeño. Por eso espera juntarse a cenar con ellos en Nochebuena, aunque sea con toque de queda y sin abrazos.
Desde septiembre, cuando compró los billetes de avión, tiene la incertidumbre de si finalmente podrá subirse a él. «Vivo en Ginebra y estoy temblando por si me cancelan los vuelos para Navidad», reconoce al otro lado de la línea telefónica desde Saint-Genis-Pouilly, una pequeño pueblo francés a 15 minutos en tranvía de la segunda ciudad más poblada de Suiza.
Allí trabaja desde 2017 esta joven de 30 años. Llegó a la frontera franco-suiza después de licenciarse en Física por la Universidad de Extremadura, hacer un máster de Electrónica y Fotónica por la Complutense de Madrid y pasar por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Ha participado en el proyecto del Rover Mars 2020 de la NASA, la misión espacial del programa de exploración de Marte. Ahora trabaja en el Cern (Organización Europea para la Investigación Nuclear), uno de los centros de investigación más importantes del mundo donde se encuentra el gran acelerador de partículas.
En él investigan 10.000 personas de un centenar de nacionalidades distintas y 600 universidades. Muchos de ellos se están enfrentando estos días a la misma incertidumbre que Sara, al igual que algunos de los extremeños que están en el extranjero. Actualmente residen fuera de España 32.000, un 2,2% más que en 2019.
«Al regresar hay que hacer cuarentena y me da miedo poner en peligro a mis padres», dice María José desde San Francisco
Precisamente Francia, que está confinada hasta el próximo 1 de diciembre en un principio, es donde más hay, un total de 8.460. Le sigue Alemania con 5.384, Argentina (3.890), Suiza (2.146) y Brasil (1.899).
«Por ahora ya me han cambiado la vuelta del 2 de enero al 3. Tengo la sospecha de que me lo seguirán moviendo si es que no me lo cancelan. Espero que no empiecen a hacer lo mismo con la ida, porque si la retrasan unos días tengo poco margen de maniobra y quizás eso me obligue a pasar la Navidad fuera de España. Hay gente que vuela el 18 de diciembre a la que ya les están empezando a cancelar el vuelo», comenta Benítez, que cree que las aerolíneas están agrupando a los usuarios en días concretos para no realizar viajes con pocos pasajeros.
Ya ha tenido malas experiencias antes. En total, este año de pandemia le han cancelado hasta ocho vuelos con destino a Estados Unidos, Reino Unido, donde está la Universidad con la que también está haciendo un doctorado, y España. «En verano me cancelaron dos con los que tenía previsto ir a Extremadura a ver a mi familia», lamenta Sara, que además alude a otra situación que también le tiene nerviosa.
En el caso de Extremadura es más complicado aún que todo salga según lo previsto. No hay vuelos directos y por tanto tiene que ir a Sevilla y de ahí viajar a Zafra. «Si se cierra perimetralmente la capital andaluza posiblemente se complique todo aún más», intuye Sara, que no quiere pensar más en la posibilidad de no poder estar con su familia en Navidad.
«Si finalmente no puedo viajar tendré que hacer una videollamada con ellos mientras cenamos a más de mil kilómetros, pero hasta me planteo ir en coche, que son unas 16 horas aproximadamente», explica esta joven que, además de vivir lejos de los suyos, también se infectó de coronavirus hace poco más de un mes. Aún no ha recuperado el olfato. También tuvo fiebre, dolor de cabeza, tos, presión en el pecho, sarpullidos y adormecimiento en las piernas y los brazos.
Al haber pasado la covid está más tranquila. «Se supone que soy inmune, así que supuestamente no pondré en peligro a mi familia», comenta. Se hará la PCR en un laboratorio para poder presentarla en el aeropuerto de Sevilla.
Un año sin ir a Extremadura
En otros casos, no la necesitarán porque ya han decidido que es mejor no volver por Navidad a sus casas extremeñas. María José Rina, cacereña de 43 años que vive con su marido y sus dos hijas en la ciudad estadounidense de San Francisco (California), ya tiene tomada la decisión. Cree que es lo mejor ante la situación actual. «El año pasado estuvimos por Navidad en Cáceres y el pasado verano estaba previsto que vinieran mis padres a visitarnos, pero se canceló todo por la pandemia. Les comentamos que no se preocuparan porque iríamos nosotros por Navidad, pero finalmente tampoco va a poder ser por el coronavirus», cuenta María José, que trabaja como directora de Recursos Humanos en la Universidad de California. Estudió Periodismo y se fue a hacer un máster de Relaciones Internacionales en el año 2003. Desde entonces vive allí, donde ha formado su familia.
Hay varios factores por los que pasará estas fechas en California. «Mi preocupación es que pueda poner en peligro a mis padres. Nunca se sabe dónde puede estar el virus. Además, al regresar a los Estados Unidos hay que hacer cuarentena durante dos semanas y eso complica el viaje. Nos da mucha pena porque son pocas las oportunidades que tenemos para ver a la familia».
A María José no le queda más remedio que pensar en el próximo verano. «Esperemos que sí podamos ir a Cáceres», dice con la esperanza de que la situación haya mejorado y pueda reencontrarse con sus seres queridos.
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