Salida rápida y a medias

Tarde complicada la que tuvo ayer la junta de gobierno de la cofradía Infantil. Se puso la tarde en agua y parecía que no iban a poder cumplir, pero se desvaneció el chubasco a las ocho. Media hora antes del inicio se disparó la esperanza.

Los modelos daban un claro y posibilidad de lluvias. Decidieron retrasar a las nueve. Se agolparon los fieles sobre las vallas de la carrera oficial de la Plaza. A las nueve y cuarto se abrió la puerta del templo. Aplausos para el Medinaceli y silencio en la calle mientras avanzaba el Cristo por el pasillo de la Concatedral. Asomó a la puerta. Umbral complicado. Casi agachados y sin balanceo para no dar en la puerta. Aplausos. Himno de España y enfiló pronto el Medinaceli por la plaza. A buen ritmo y para hacer un trayecto corto. Muchos nazarenos niños, casi bebés, con el primer Cristo.

Se puso luego en la calle el Santísimo Cristo de las Injurias. Con sus nazarenos maniatados. Estaba la procesión casi formada. Y todo parecía que asomaría también Nuestra Señora del Rosario. Pero empezó a llover justo cuando los costaleros estaban preparados para cargar. Finalmente decidieron no salir. Con los dos cristos ya en la calle, la virgen se quedó en el templo.

Medinaceli y las Injurias llegaron hasta Valverde Lillo. Se volvieron rápido por temor a que llegara otra borrasca. Aplausos a los cargadores entre el mucho público que estuvo por la plaza y Valverde Lillo.

Entraron pronto en el templo y se llenó el fieles. Fue un lunes rápido y a medias.

Nadie podrá negar a la Infantil la voluntad de cumplir con su penitencia. Al menos tuvieron unos minutos de procesión. Es la Infantil la hermandad que más niños lleva junto a sus pasos y la que más apego tiene entre las familias de la ciudad.

A la virgen le cantaron luego la salve en el templo. A resguardo.