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MENORES. Solo en los cuatro últimos meses han nacido cuatro bebés en el pueblo, que suma 85 menores entre 0 y 9 años. :: ANDY SOLÉ
El secreto de los pueblos que frenan la despoblación

El secreto de los pueblos que frenan la despoblación

Cuatro localidades de la comarca del Campo Arañuelo se sitúan entre los seis municipios extremeños con mayor crecimiento porcentual de población

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Domingo, 8 de septiembre 2019, 08:36

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Su hija, Sofía, tiene cuatro meses y no es la última que ha nacido en Saucedilla. «Después, al menos, se han procucido otros cuatro nacimientos», dice la madre, Irene Díaz, de 25 años y vecina de Saucedilla.

«Aquí resulta económico vivir y, por eso, aunque no tengas un trabajo fijo puedes plantearte tener una familia, porque el Ayuntamiento ayuda mucho», asegura. Y no porque dé ayudas directas a la natalidad, «sino porque da trabajo y muchos servicios gratuitos».

«De hecho, si no vive más gente, es porque no hay viviendas para alquilar», asegura Juan Antonio López, militar que trabaja en Madrid y que cada fin de semana regresa a Saucedilla, donde residen su mujer y sus dos hijas, de 9 y 11 años. Lo hacen desde que hace más de una década abandonaran Sevilla para instalarse en Saucedilla. «No nos arrepentimos, aquí todo resulta más económico y tenemos calidad de vida», explica Rosa María Solís.

El Ayuntamiento de Saucedilla emplea al 80% de su población activa y sus 871 vecinos tienen piscina, guardería, gimnasio y libros gratuitos

Y una opción de trabajar en el Ayuntamiento, si no se tiene otro empleo, sin necesidad de contratar a nadie para que cuide a los niños. Porque la guardería es gratuita en esta localidad cacereña. Un servicio municipal que dispone de 14 plazas y que este nuevo curso las tendrá todas ocupadas.

«Puedes llevar gratis a tu hijo a la guardería y después la gratuidad continúa en el colegio y con los libros de texto; nosotros no tenemos que hacer ningún gran desembolso en septiembre como otras familias extremeñas», afirma Irene Díaz.

Pero no solo eso. Durante el verano la piscina es gratuita, el gimnasio y las pistas de pádel también para los residentes en el pueblo, incluso las clases de pádel si se quieren recibir, igual que la biblioteca, el polideportivo... Los campamentos de verano cuestan cinco euros por quincena y el Ayuntamiento, incluso, cede espacios gratuitos a sus vecinos para las celebraciones. «Por ejemplo, yo en diciembre haré el bautizo de mi hija y el Ayuntamiento me deja de forma gratuita la instalación, el mobiliario y la música». Por eso Irene Díaz asegura que «aquí es posible vivir sin muchos recursos económicos» y, sobre todo, trabajar.

Operarios trabajan en la construcción de la nueva plaza que se levanta en Saucedilla, localidad en la que hay más de seis obras en marcha estos días.: DAVID PALMA
Operarios trabajan en la construcción de la nueva plaza que se levanta en Saucedilla, localidad en la que hay más de seis obras en marcha estos días.: DAVID PALMA

Son muchos los vecinos que lo hacen de forma periódica, «porque se va rotando», para el Ayuntamiento, que ofrece contratos temporales de seis meses que alcanzan casi al 80% de la población activa de la localidad, según los datos facilitados por la alcaldesa, Paloma López.

Porque hay personal contratado para la limpieza viaria, jardinería, auxiliares administrativos, de ayuda a domicilio, monitores de ocio y tiempo libre, empleados en la guardería, en la biblioteca.... Solo estos días de agosto hay seis obras en marcha en el pueblo, donde se está haciendo una plaza nueva y se están urbanizando cinco calles con la renovación integral de la redes, sin olvidar la obra de ampliación que la Junta ejecuta en el colegio de la localidad, el centro rural agrupado que se ubica en Saucedilla como pueblo de cabecera.

«Estamos haciendo inversiones para garantizar el futuro después de la central»

PALOMA LÓPEZ, ALCALDESA

«En esta zona no falta el trabajo porque hay tabaco y también muchas plantaciones de regadío»

JUAN CALVO, VECINO

«Podemos vivir sin muchos recursos porque contamos con numerosos servicios gratuitos»

IRENE DÍEZ, VECINA

Pero después de estas obras seguián otras muchas, las que el Ayutamiento ya está a punto de licitar en unos casos y de ultimar los proyectos en otros. Actuaciones grandes y pequeñas que garantizan que las contrataciones de los residentes, el trabajo por tanto, seguirán en el pueblo. No en vano, el Consistorio destina casi la mitad de su presupuesto a empleo. Muchos miles de euros que son posible porque esta localidad cacereña, con una población de 871 vecinos, según los datos actualizados y facilitados por la alcaldesa, maneja unas cuentas públicas que rondan los seis millones de euros.

La central nuclear de Almaraz lo hace posible. «Somos uno de los pueblos del entorno, en línea recta estamos a dos kilómetros, y recibimos por eso dinero en función del combustible de cada recarga que se hace en la instalación», explica Paloma López. Pero la cantidad más importante que llega a Saucedilla por la central «se debe al IBI de características especiales que nos pagan por el embalse, porque está en nuestro término municipal y por este concepto recibimos más de tres millones de euros anuales».

La atracción del empleo

Es por eso especialmente la central, que garantiza empleo y recursos, la que está detrás del auge de Saucedilla y del resto de municipios de su entorno. De hecho, son casi una excepción en una provincia cacereña en la que la despoblación parece que avanza sin remedio. Los últimos datos ponen de manifiesto que entre los seis municipios con mayor crecimiento porcentual de la población en el conjunto de la región hay cuatro de la comarca del Campo Arañuelo: Almaraz, con un 41,2% más de habitantes, el mayor crecimiento de toda la región; Romangordo, en segunda posición, con un 25,7% más; Saucedilla, cuarto, con un 10,3% más; y Belvís de Monroy, sexto, con un 7,7%.

Juan Antonio López y Rosa María Solís con sus hijas, una de las jóvenes familias que reside en el pueblo.: DAVID PALMA
Juan Antonio López y Rosa María Solís con sus hijas, una de las jóvenes familias que reside en el pueblo.: DAVID PALMA

«El empleo es fundamental, mantiene población, porque permite a los jóvenes iniciar una vía independiente y tener hijos; por eso, porque en el entorno de Almaraz la central garantiza riqueza, sus pueblos crecen», explica Antonio Pérez, geográfo de la Universidad de Extremadura (UEx). «Donde hay trabajo, la economía funciona y la gente no se va», añade. Los que están se quedan y otros de fuera llegan.

En el caso de los pueblos del entorno de Almaraz, es Saucedilla el que tiene un mayor porcentaje de población inmigrante. «Porque cuando se instala una familia hay un 'efecto llamada' si se comprueba que en el pueblo hay condiciones para vivir y trabajar». Y en Saucedilla las hay. «Sin olvidar que había muchas casas que se vendían a buen precio y que, por tanto, el acceso a una vivienda era posible».

En la última década ha crecido casi en un centenar, el doble si sus 871 vecinos se comparan con los 662 que se contabilizaban en 2003. Pero, además, y también porque su porcentaje de población inmigrante asciende a un 20,51%, es junto con Talayuela el único pueblo de la región que tiene una edad media por debajo de los 40 años y, también en consecuencia, uno de los munipios extremeños con un menor porcentaje de población mayor de 65 años.

La pirámide de población de Saucedilla muestra una realidad que ya quisieran otros pueblos de la provincia cacereña. Tiene 85 menores entre 0 y 9 años, 117 entre 10 y 19, 120 entre 20 y 29 años y 124 en los tramos que van desde los 30 hasta los 39 años y de los 40 a los 49. Después la cifra se reduce a 117 entre 50 y 59 años, 88 entre 60 y 69 , 56 entre 70 y 79 , 30 entre 80 y 89 y 10 en el tramo que va desde los 90 hasta los 99 años. «Porque aquí se vive bien, hay trabajo», asegura también Juan Calvo Barrado, otro vecino del pueblo. «Yo he trabajado en dos ocasiones solo para el Ayuntamiento, pero el resto del tiempo he sido autónomo y he trabajado en el campo, porque hay tabaco y muchas plantaciones de regadío», añade.

Con la vista en el futuro

Algunos de los pueblos del entorno de Almaraz están dentro del Plan de Regadíos de Valdecañas y por eso cuentan con nuevas plantaciones que también requieren trabajadores. Y tienen, sobre todo, arcas públicas saneadas que permiten inversiones más allá de los puestos de trabajo que genera la central.

«Es su seguro de vida, porque la central genera riqueza, empleo, hace que la economía se mueva y entonces la gente puede vivir; además los vecinos de estas localidades están a gusto porque cuentan con múltiples servicios y gratuitos», resume Antonio Pérez. Por eso este experto vaticina que la situación del entorno de la central nuclear de Almaraz será «calamitosa, con más emigración y más envejecimiento, cuando se cierre».

Las dos trabajadoras de la guardería municipal, que este nuevo curso tendrá sus 14 plazas disponibles ocupadas.: DAVID PALMA
Las dos trabajadoras de la guardería municipal, que este nuevo curso tendrá sus 14 plazas disponibles ocupadas.: DAVID PALMA

Conscientes de la nueva etapa que se abrirá cuando este hecho se produzca, los ayuntamientos de estas localidades trabajan en proyectos de futuro que hagan posible que la población permaneza. Para ello cuentan hoy, llevan contando años, con recursos económicos notables.

En el caso de Saucedilla, más allá de los seis millones de presupuesto anuales, tiene un remanente de tesorería, un dinero ahorrado, de 18 millones de euros. «Por eso hemos podido llevar a cabo ahora modificaciones presupuestarias para invertir parte de este remanente», detalla la primera edil.

Brecha poblacional

Proyectos que generarán empleo durante su construcción y después. Entre ellos, una residencia de ancianos de 83 plazas y una mejora del polígono industrial para facilitar la instalación de nuevas empresas. Paloma López lo tiene claro: «Tenemos que aprovechar los años de vida que le quedan a la central para poner en marcha alternativas a la misma que hagan posible que el futuro de Saucedilla siga en la misma línea que el presente». O lo que es lo mismo, que continúe habiendo trabajo.

Solo así los pueblos del entorno de la central seguirán paliando los malos datos que, en cuanto a población, presenta la envejecida provincia cacereña, la que más pierde población y en la que numerosos pueblos no llegan al millar de habitantes. Una situación, de hecho, que nada tiene que ver con la pacense.

Extremadura tiene 388 municipios: 165 en la provincia de Badajoz y 223 en la de Cáceres. La región suma 1.072.863 habitantes con el Padrón Oficial a 1 de enero de 2018. Tal como ya ha publicado HOY, esto supone que, con respecto al inicio de 2017, la población se redujo en 7.057 personas, la segunda mayor pérdida de población desde principios de los años ochenta (la mayor se registró el año anterior). Por provincias, Cáceres encabezó la caída, con 3.549 personas menos, hasta situarse la población oficial en 396.487 empadronados. Se ratifica, por tanto, que la provincia cacereña baja el umbral de los 400.000 habitantes, algo que no pasaba desde hace un siglo. Mientras, Badajoz perdió 3.508 habitantes, de modo que se queda en 676.376.

Es por eso que la brecha poblacional entre ambas provincias se agranda. Posiblemente porque uno de los indicadores que reflejan de forma más importante el fenómeno de la despoblación es el que hace referencia a los municipios de menor tamaño. El último padrón oficial desvela que ya son diez los municipios extremeños con menos de 100 habitantes, y nueve de estos diez municipios están situados en la provincia de Cáceres. Por eso los del entorno de Almaraz son casi una excepción. «Porque tienen una fuente de riqueza; por eso, sin industria y sin que nuestros productos agrícolas generen un valor añadido nada frenará la despoblación, eso de la economía verde es una milonga», zanja Antonio Pérez.

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