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Fue pionero de pensamiento y atrevido en su actitud vital, un rompedor de los esquemas de la época, de los que tiró de España para meterla de lleno en la modernidad. De ser músico habría sido un 'beatle' o Elvis Presley y se venderían camisetas con su cara. Pero Diego Francisco Muñoz Torrero (1761-1829) solo fue un cura metido a político. De él hay calles con su nombre en algunas ciudades de España –por descontado en Badajoz y Salamanca–, y aunque existe un par de grabados que le ponen rostro ni siquiera se parecen entre ellos. De Muñoz Torrero, nacido en Cabeza del Buey, se habló mucho en el siglo XIX y a principios del XX, pero luego su figura se difuminó.
Esto va a cambiar porque ya hay un documental en marcha en la que el máximo exponente de la España liberal narrará, de manera ficcionada, su propia vida desde la celda inmunda en la que acabó sus días. «Ayer me mataron, es hora ya de contar quién fui y por qué lo hicieron», arranca desafiante la voz en off que aportará el cantautor Luis Pastor al documental 'Los cuatro entierros de Muñoz Torrero'.
La iniciativa, promovida por la productora madrileña 'not too late', tiene como principales patrocinadores a la Fundación Muñoz Torrero y la Fundación Caja Badajoz. También colabora la Fundación Extremeña de la Cultura y HOY como 'media partner'.
El documental, de sesenta minutos más una versión corta de veinte para divulgar su figura en colegios de toda España, se estrenará en el teatro López de Ayala de Badajoz en septiembre, luego en Madrid y también habrá un pase en las webs de los diarios de Vocento y Canal Extremadura.
A Muñoz Torrero lo han intentado rescatar varias veces y esta quiere ser la definitiva pues su legado es abrumador: implantó conceptos como que la soberanía nacional reside en el pueblo, fue el primero en España en defender la separación de poderes o la libertad de prensa y terminó de abolir la Inquisición. Casi nada, dirían los más retrógrados.
Cuenta José Luis Pastor, productor ejecutivo al frente de 'not too late', que estaba leyendo a María Elvira Roca Barea y su libro 'Fracasología. España y sus elites: de los afrancesados a nuestros días' (Espasa, 2019) cuando se topó con seis páginas dedicadas a Muñoz Torrero. Su peripecia le atrapó. «Yo tuve un pasado laboral en Badajoz y desconocía que el principal redactor de la Constitución de Cádiz era un cura liberal extremeño. Empecé a investigar y encontré alguna información, pero muy desperdigada». Luego se entrevistaría con la ensayista y esta le confirmó una relevancia jamás reconocida: «A mí me pareció un personaje de película y ella me dijo que de ser francés tendría una avenida junto a los Campos Elíseos y colegios con su nombre».También le insistió en que la dimensión de Muñoz Torrero era mundial.
Pero en España casi nadie lo conoce. Primero lo persiguió el absolutista Fernando VII, azote de los liberales, y luego Francisco Franco lo ninguneó. Con todo, a tirones, en varios momentos se ha reivindicado la figura de este hijo de boticario nacido en Cabeza del Buey que en 1812 se convirtió en el primer presidente del Congreso de los Diputados en las Cortes de Cádiz. Por eso se expone un busto en una sala del Congreso desde 2018 a propuesta de las diputaciones de Badajoz y Cáceres. Pero a su colocación apenas acudió un puñado de personas, únicamente extremeños, lamentan las crónicas de aquel día. Los ausentes probablemente desconocían que este cura liberal odiado por curas y por liberales trajo libros prohibidos a la Universidad de Salamanca, de la que fue rector con 27 años; o pasaron por alto que fue el ponente principal de la Constitución de Cádiz de 1812 con la que España se subía al carro de la modernidad como acababan de hacer en Francia o Estados Unidos.
Eran tan avanzadas sus ideas que Fernando VII, durante la segunda restauración del absolutismo –'La década ominosa' (1823-1833)– se encargó de que muriera en una mazmorra portuguesa en 1829. Camino de su último entierro en 1864 los liberales le hicieron un exaltado cortejo fúnebre en Badajoz, a mitad de camino entre Lisboa y Madrid, pero allí volvió a caer en el olvido al fondo de un panteón de hombres ilustres donde apenas se divisa su nombre.
Este desinterés lo quiere reparar 'not too late', la productora que prepara el primer gran documental sobre Muñoz Torrero, del que la base de datos Teseo solo aporta una tesis, defendida en 1992 por un sacerdote. «De él apenas hay información pues no dejó nada escrito, así que no ha sido sencillo hilar una vida tan apasionante, aunque creo que al final lo hemos conseguido», reconoce el guionista Fernando Rodríguez, que ya tiene el 80% del material grabado después de tres años recabando información y eligiendo los testimonios más valiosos, estudiosos que celebran que al fin se haga justicia con un personaje de talla gigante.
La productora empezó a grabar este documental histórico ficcionado el pasado 21 de enero en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca y ahora solo falta tomar imágenes en los dos extremos de su vida: Cabeza del Buey y San Julián de Barras (Portugal), donde sus últimos días no están exentos del suspense del más oscuro 'thriller' histórico, en este caso protagonizado por un cura y político extremeño dispuesto a contar al mundo quién fue.
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