Guadalupe tendrá arzobispo extremeño
Francisco Cerro, nuevo arzobispo de Toledo, anunció ayer que «va a seguir siendo una apuesta que pertenezca a alguna de las tres diócesis de la provincia eclesiástica de Extremadura»
El nombramiento de Francisco Cerro Chaves (Malpartida de Cáceres, 1957) como arzobispo de Toledo le sitúa como posible candidato a cardenal en el caso de que un hipotético capelo cardenalicio recayera en España, según publica el portal Infovaticana. Este medio analiza que el arzobispo saliente, Braulio Rodríguez, ha sido -salvo Francisco Valero y Losa, muerto en 1720- el único prelado titular de la archidiócesis toledana en 400 años que no ha sido creado cardenal y su nombramiento futuro, ya jubilado, sería improbable. La posición que ocupa ahora el extremeño en las más altas esferas eclesiásticas del país puede allanar el camino entre Guadalupe y Roma para que la primera se integre en una diócesis de la región y deje su adscripción a Toledo.
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La pregunta sobre cómo actuará el nuevo arzobispo toledano de corazón cacereño se esperaba ayer, y Cerro no dudó en responderla: «voy a hacer lo que han hecho los obispos extremeños ahora que se han cumplido 25 años», señaló. «Va a seguir siendo una apuesta -agregó- que Guadalupe pertenezca a alguna de las tres diócesis de la provincia eclesiástica de Extremadura, de eso no puede haber duda, otra cosa es que la solución la tenga la Santa Sede», reconoció una vez más públicamente.
Cerro Chaves es un hombre afable y próximo a los suyos. Recién designado obispo donó a sus paisanos malpartideños un cuadro donde figuraba el pectoral que Benedicto XVI le regaló en su visita a Roma. Con este trato cercano se ha ganado el cariño de los fieles y el respeto profesional de colectivos como el de periodistas, con quienes le agrada departir en los desayunos con chocolate con churros, dulces caseros y cerezas que le gusta ofrecer en el Palacio Episcopal de Santa María. El prelado, con una gran formación intelectual (es autor de más de 120 libros sobre teología y espiritualidad), no oculta que escucha todo tipo de música, desde la clásica al flamenco, y a autores como Alejandro Sanz o la Oreja de Van Gogh. Hijo de un ferroviario y el mediano de tres hermanos, se formó en Filosofía en el seminario de Cáceres y después en el de Toledo. Es doctor en Teología Espiritual por la Universidad Gregoriana de Roma y doctor en Teología de la vida consagrada.