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Bomberos forestales del retén de Cáceres.
Bomberos forestales del retén de Cáceres. Jorge Rey

Día de Extremadura 2025

«Ponemos en peligro nuestra vida en cada incendio; esta Medalla es muy merecida»

1.038 efectivos del Plan Infoex reciben el mayor reconocimiento de Extremadura tras demostrar su implicación con una comunidad autónoma que este verano ha sido golpeada por fuegos que han arrasado más de 50.000 hectáreas

Álvaro Rubio

Cáceres

Viernes, 5 de septiembre 2025

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Los efectivos del Plan Infoex se han enfrentado con determinación a una devastadora serie de incendios en Extremadura y han demostrado su valor y entrega por esta tierra durante este verano. Los 1.038 profesionales que lo forman han recibido la Medalla de Extremadura por su implicación y un esfuerzo sin precedentes en una comunidad autónoma golpeada por fuegos que en dos meses han arrasado 50.000 hectáreas.

Tras la lucha contra las llamas están ellos, extremeños como David Jorge Vegas, que lleva 16 años siendo bombero forestal y pone voz a sus mil compañeros. Hombres y también mujeres que con su labor salvaguardan no solo el patrimonio medioambiental, sino también los bienes y la vida de los extremeños incluso poniendo en riesgo la suya.

«El Infoex es un dispositivo humilde que empezó de la nada y poco a poco va logrando la entidad que realmente se merece. Lo forman profesionales comprometidos con su trabajo que a la hora de la verdad lo dan todo», asegura David Jorge, que empezó como bombero, continuó como jefe de retén, luego fue coordinador de zona y ahora es jefe de servicio de prevención y extinción de incendios.

Conoce las entrañas del Infoex a la perfección. «Poco a poco los bomberos forestales van teniendo el lugar que se merecen y en Extremadura se nos ha dado bastante voz. Este verano nos hemos sentido muy arropados por la Junta, que nos ha dado mucha visibilidad», añade Jorge.

Los bomberos del Infoex llegan a trabajar 14 horas en un día a temperaturas de 55 grados frente a las llamas

Lo suyo por este trabajo es vocacional. «Realmente así es en la mayoría de los casos. Por la cantidad de horas que hacemos y el tiempo que dejamos de pasar con nuestra familia tiene que ser vocacional. No puede ser de otro modo. Quien está aquí es porque realmente le gusta», matiza.

Lo dice tras dos meses muy duros. «Aquí se conocían veranos complicados como el de 2003, pero el de este 2025 ha sido fuera de lo normal», apunta tras producirse 17 grandes incendios forestales, es decir, fuegos que han quemado más de 500 hectáreas cada uno.

Pese a ello no ha habido que lamentar víctimas mortales ni heridos. «Eso es lo más importante, aunque las pérdidas económicas para agricultores y ganaderos han sido grandes», indica David Jorge, que estuvo ayer en el Teatro Romano para vivir de cerca el reconocimiento a él y a todos sus compañeros. Considera que «esta Medalla debe servir para continuar dignificando la profesión del bombero forestal y del Plan Infoex, que es un servicio esencial para el futuro de Extremadura y eso se está demostrando con el paso del tiempo».

Lo saben bien quienes llevan toda su vida profesional formando parte de este servicio. Para bomberos como Nemesio Díaz, jefe de retén en Cáceres, este reconocimiento llega casi al final de su carrera profesional, tras una vida dedicada a lucha contra las llamas.

«En el incendio de Hurdes salí por los pelos; en el de Aliseda también lo pasé mal», dice el bombero Nemesio Díaz

El peor verano

A sus 62 años, lleva 39 trabajando como bombero forestal. Este verano ha estado en casi todos los grandes incendios como el de Aliseda, Caminomorisco, Plasenzuela o Arroyomolinos. «Es el peor verano que recuerdo», indica este jefe de retén en Cáceres, unidad formada por siete profesionales.

Sus jornadas se traducen en 12 e incluso 14 horas diarias frente a las llamas. «Llegamos a soportar 55 grados delante del fuego o incluso más, depende del terreno», detalla Díaz.

Para él, como para el resto de sus compañeros, la Medalla de Extremadura «es muy merecida» por la labor que realizan. «Ponemos en peligro nuestra vida en cada incendio», asegura Díaz, que recuerda dos momentos duros en su carrera. «En el incendio de Hurdes en 2015, tuvimos un cambio de aire y salí por los pelos de aquello. Se me calentó bastante el pantalón. Un compañero y yo fuimos los últimos en escapar. Este verano, en el de Aliseda, ante la cantidad de humo que había tuvimos que meternos a zona segura, en los coches con mascarilla, y también lo pasamos bastante mal», recuerda.

«Ya era hora de que lo valorarán. Este verano, por primera vez en mi vida profesional, hemos recibido llamadas de paisanos para darnos las gracias y la enhorabuena. Es una pena que tengan que pasar este tipo de cosas para que se reconozca lo que hacemos», añade Nemesio, que indica que este reconocimiento se lo merecen todos los que están actualmente en el cuerpo del Infoex, pero también los que han pasado por él en algún momento.

Y no solo por lo que ha sucedido este verano, sino por toda la trayectoria que llevan a sus espaldas estos profesionales. En sus rostros se ve el esfuerzo de décadas dejándose la piel por esta tierra.

«Ha habido veranos difíciles , pero 2025 ha sido fuera de lo normal», asegura el jefe de servicio David Jorge

En total, más de mil efectivos trabajan en el Plan Infoex. 808 son bomberos forestales para prevención y extinción, y a ellos se suman 28 coordinadores, 18 emisoristas y los bomberos vigilantes, que son 138 y hasta ahora eran contratados en época de peligro alto, habitualmente del 1 de junio al 15 de octubre, y que pasarán a estarlo todo el año, según decidió el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado recientemente en Hervás.

Para llevar a cabo esa labor disponen de 219 vehículos de extinción, 26 máquinas como bulldozers, tractores y vehículos de transporte, entre otras, y doce medios aéreos (ocho helicópteros ligeros de transporte y extinción, uno de vigilancia y coordinación y tres aviones anfibios de capacidad media).

Asimismo, cuentan con 41 puestos de vigilancia, 59 centros de trabajo, diez helipuertos, un aeródromo, un COR (Centro Operativo Regional en Cáceres) y dos centrales provinciales, según informa la consejería de Gestión Forestal.

Es una inmensa infraestructura que está en marcha durante todo el año. En invierno sobre todo realizan tareas de prevención como arreglos de pistas y repasos de cortafuegos. Clarean, podan y desbrozan para que en verano los fuegos no se encuentren con tanto combustible. A ello se suman las labores de concienciación con campañas informativas y pedagógicas que realizan en colegios e institutos.

El verano, es la época del trabajo más intenso, tal y como se ha podido comprobar en este 2025. Su labor se ha hecho visible a toda la sociedad tras enfrentarse al incendio más grande de la historia de Extremadura, el de Jarilla, que mantuvo en vilo a toda la región durante diez días y calcinó 17.300 hectáreas.

Pero, cómo trabaja el Plan Infoex ante un fuego. «El aviso llega casi siempre por nuestros vigilantes de las casetas o a través del 112 al centro operativo regional en Cáceres o la central de Badajoz», explica José Antonio Bayón Carvajal, director general de Gestión Forestal y Defensa contra los incendios de la Junta.

David Jorge Vegas, jefe de servicio de prevención y extinción de incendios en el centro operativo regional, en Cáceres. Jorge Rey

El ataque a las llamas

Detalla que Extremadura se divide en diez zonas de coordinación en las que hay un técnico responsable que se encarga de enviar los medios oportunos para la extinción. «Es el que decide el primer ataque», apunta Bayón, que añade que si se necesitan más medios se solicitan al mando directivo del centro operativo regional.

A mayor dificultad para apagar las llamas e intensidad, los medios serán mayores, tal y como sucedió este verano con el incendio de Jarilla, que contó con más de 500 efectivos tantos regionales, como nacionales e incluso europeos.

Las zonas de la región en las que más fuegos se producen son en Cáceres centro y la Serena, aunque los más complicados, según incide Bayón, se suelen dar en Gata-Hurdes y Ambroz-Tietar.

Los de este 2025 han sido muy difíciles de extinguir y en eso ha influido mucho las condiciones meteorológicas. «Hemos tenido una ola de calor que ha durado 16 días. A eso se ha sumado que ha habido muy poca humedad y una de las primaveras más lluviosas, lo que ha generado mucho combustible fino en el campo, que todavía nos ha perjudicado más», detalla Bayón.

Pero más allá de 2025, también recuerda con virulencia 2003, con 52.000 hectáreas que ardieron en la región en Las Hurdes y la comarca de Valencia de Alcántara, y 2022, cuando se calcinaron 7.000 ha de Las Hurdes, Sierra de Gata o Miravete.

«Para el futuro, cuando lleguemos al día 12 o 13 de ola de calor, con meses de julio cálidos y una primavera lluviosa estaremos bastante preocupados», reconoce Bayón en alusión a esa fórmula que ya es casi una evidencia para que los fuegos sean intensos en esta comunidad autónoma.

En este 2025, lo más complicado ha sido la simultaneidad de los incendios, lo que ha puesto a prueba la efectividad del Infoex. Para hacerse una idea de ello, el día 12 de agosto cayeron mil rayos en Extremadura y hubo fuegos en casi todo el territorio, desde Fregenal de la Sierra hasta Casares de Hurdes, pasando por Cáceres centro o Alburquerque. De norte a sur y de este a oeste hubo momentos en los que los bomberos tuvieron que enfrentarse a 17 focos a la vez.

«La organización del Infoex y el trabajo de los bomberos ha hecho que no lleguemos al colapso», afirma José Antonio Bayón

«Esos días de agosto fueron frenéticos, pero la organización del Plan Infoex y sobre todo el trabajo de los bomberos forestales ha hecho que no hayamos llegado al colapso», apunta Bayón, orgulloso de todos los profesionales del Infoex que ahora ven reconocida su labor con el mayor galardón de esta tierra. «No ha habido ningún problema de protección civil y eso ha sido complicado porque ha habido bastantes evacuaciones de municipios; además no ha habido heridos y eso es un auténtico triunfo para nosotros», añade.

40 años de historia

Un éxito fruto del trabajo constante con cuatro décadas de historia. La Junta empezó a contratar a bomberos forestales para la lucha contra los incendios en 1988. Por aquel entonces solo lo hacían durante cuatro meses, en la época de peligro alto. «La Junta no tenía apenas medios. Los Land Rover los contrataban a particulares», recuerda Nemesio Díaz, bombero que lleva en el Infoex 39 años.

A partir de 1996 ya estaban durante medio año como trabajadores fijos discontinuos de la Administración regional, hasta que en 2002 llegaron a los nueve meses y, finalmente, a los doce.

En estas décadas han ido mejorando sus condiciones laborales como bomberos. De hecho, recientemente se ha aprobado el Plan de Recursos Humanos del Plan de Lucha contra Incendios Forestales, que estaba pendiente desde 2018 y concreta cuatro demandas principales con una inversión de seis millones de euros en los próximos tres años: la adecuada retribución del complemento de disponibilidad, la creación de nuevas unidades en Zafra, Trujillo y Coria, la puesta en marcha de unidades de refuerzo y la creación de plazas de segunda actividad en un trabajo comprometido, duro y con profesionales muy preparados.

Para ser bombero forestal hay que superar unas pruebas exigentes. Es necesario contar con el título de Educación Secundaria Obligatoria, el carné C de camión y aprobar un proceso selectivo, ya sea de bolsa de trabajo o de oposición.

José Antonio Bayón Carvajal, director general de Gestión Forestal y Defensa contra los incendios de la Junta. Jorge Rey

4,8 km con 20 kilos

La prueba teórica incluye unos 25 temas y la práctica se basa en realizar una caminata de 4,8 kilómetros en 45 minutos como máximo y un peso de 20 kilos a la espalda de los aspirantes que sean hombre. Para las mujeres son 15.

Precisamente, la presencia femenina en el cuerpo de bomberos forestales es mínima. No llegan a la decena, lo que supone apenas el 1% del total de profesionales. Eso sí, las hay que cuentan con muchos años de experiencia y son algunas de las cinco personas que se subieron al escenario del Teatro Romano de Mérida para recoger la Medalla de Extremadura en nombre de todos los efectivos del Infoex, un cuerpo de profesionales que también tiene retos por delante.

«Hay margen de crecimiento en la extinción y más aún en la prevención», asegura Bayón.

Se refiere, por ejemplo a la gestión del territorio. «Antiguamente, alrededor de los pueblos todo estaba cultivado y bien cuidado. Cuando un incendio se dirigía a una localidad, sabíamos que iba a llegar a las zonas de cultivo y se iba a parar, pero eso ahora no sucede. Ahora el monte está en contacto con las casas y eso es un problema de primer orden. Por eso hay que trabajar en ello», avanza Bayón.

«No todo es hacer cortafuegos, tiene que ver también con la gestión del territorio, con el pastoreo y con la agricultura», incide el director general de Gestión Forestal y Defensa contra los incendios en un año marcado por las dificultades, pero también por la satisfacción de saber que toda la sociedad ha reconocido la labor de los efectivos del Infoex.

Extremeños como Nemesio y David Jorge son ejemplos entre un millar de profesionales que durante numerosas jornadas consecutivas y extenuantes han luchado en el campo de batalla para que las llamas no acaben con una tierra que, gracias a ellos, sigue siendo verde.

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