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Imagen antigua de Los Santos de Maimona. HOY
Crónica Negra en Extremadura

Una pierna por una vida en las fiestas

En Los Santos de Maimona en 1912 la discusión entre dos conocidos acabó con un tiroteo en la puerta de una casa y un juicio en el que los cargos se rebajaron al ver al acusado

Sábado, 20 de septiembre 2025, 08:01

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Hace poco que terminaron las fiestas de la Virgen de la Estrella en Los Santos de Maimona, la principal celebración de esta localidad. Los vecinos han disfrutado de unos días con eventos religiosos y también fiestas, y ahora toca afrontar la vuelta al colegio con un buen recuerdo. No fue así en el año 1912. La celebración quedó marcada por un duelo en el que se perdió una pierna y una vida.

Antiguamente en muchas localidades, y algunas aún lo mantienen, las fiestas terminaban en las casas particulares. Cuando la romería finalizaba, era tradicional que los grupos de amigos y las familias hiciesen una ronda para tomar la última en la puerta de sus conocidos. Normalmente era algo alegre, pero también hay varios episodios de la Crónica Negra de Extremadura que han comenzado en esas rondas tras las fiestas.

Y aquí un ejemplo más. En la madrugada del 8 de septiembre de 1912 en Los Santos de Maimona, una familia casi al completo estaba en el zaguán de una casa cuando vieron pasar a un conocido, y siguiendo la costumbre, lo invitaron a un vino. El interpelado, Florián, fue a buscar a su madre y su hermana y volvió para aceptar el convite.

En la puerta Florián y sus parientes charlaron con el dueño de la vivienda, Antonio, y tres cuñados de este. En un momento dado, Florián y Antonio comenzaron a discutir por unos negocios antiguos que habían quedado cerrados, pero que les dejaron con cierto rencor.

Florián quiso zanjar la discusión marchándose, por lo que comenzó a caminar en dirección a su casa. En ese momento, el que fue su amigo sacó una escopeta de la casa, y ante la sorpresa del resto, le disparó por la espalda. El tiro le entró por la pierna, pero el herido fue capaz de huir.

Los familiares de Antonio le quitaron el arma mientras los parientes de Florián le recriminaban lo que había hecho. Como el herido se marchó, todos pensaron que no estaba grave o incluso que el disparo no le había alcanzado. Sin embargo, unos minutos después vieron a Florián volver cojeando. Y con su propia escopeta. Decidió devolverle el disparo a Antonio, pero en su caso le alcanzó de pleno en el pecho. Falleció en el acto a la puerta de su casa.

La noticia de lo que había ocurrido conmocionó a Los Santos. De hecho fue un recuerdo recurrente durante años. Los hechos, eso sí, enfrentaron a los vecinos unos contra otros. Algunas familias alababan a la víctima y decían que su ejecutor era un «pendenciero» que merecía una pena dura. Otros, sin embargo, mantenían que se había defendido.

Finalmente la decisión pasó de las calles de esta localidad al tribunal. En concreto, a la sección segunda de la Audiencia Provincial de Badajoz en octubre de 1913.

El juicio

En sus conclusiones provisionales el fiscal calificó la actuación de Florián como un asesinato por el que pedía que este joven de Los Santos cumpliese cadena perpetua. La defensa, por su parte, rebajaba los hechos a un homicidio con circunstancias atenuantes y solicitaba encarcelarlo durante solo nueve años. El proceso, sin embargo, dio un vuelco a las peticiones tanto del Ministerio Público como de su propio abogado.

Fue la entrada en la sala de Florián lo que más impactó en el jurado. Porque entró en una silla de ruedas y le faltaba una pierna. La herida que sufrió en las fiestas a manos de Antonio se complicó y finalmente tuvo que ser amputado.

Su defensa supo ver el impacto que causaba la herida y aprovecharlo. Tanto Florián como sus familiares alegaron que temía por su vida y que actuó en defensa propia. Los conocidos de la víctima mortal mantuvieron que no, que había sido una venganza y que el procesado era un mal hombre.

Al terminar los testimonios el fiscal fue consciente de que perdía terreno y rebajó los cargos. Aceptó condenar a Florián por homicidio a 12 años de reclusión. El abogado defensor alegó todos los atenuantes posibles y rebajó la petición a 3 años de cárcel. Finalmente el tribunal dejó la condena por homicidio en 10 años de cárcel.

Otros casos

El de Los Santos fue impactante por el intercambio de disparos, pero no fue el único caso marcado por las celebraciones. Uno de los más conocidos tuvo lugar en 1927 en la Feria de San Juan de Badajoz. Cuatro peones estaban aprovechando el día libre para emborracharse juntos cuando se les ocurrió que los cortijos de la zona estarían vacíos, por lo que sería un día perfecto para robar. Se colaron en una parcela de la zona de Sagrajas para coger habas. Un vigilante que no había ido a la feria les descubrió, le dispararon y fueron condenados. Lo llamativo de este caso es que fue la primera vez que se publicaron imágenes del juicio en la prensa, por lo que se convirtió en el primer suceso mediático con imágenes.

En 1988 hubo otro choque muy llamativo en fiestas, en este caso en Peñalsordo. Fue entre dos feriantes, Antonio y Julián, que se fueron de copas al terminar su trabajo en los 'cacharritos'. Hablando de flamenco se retaron a cantar y uno de burló de lo mal que lo hacía el otro. Antonio cogió una tapa de alcantarilla, una rejilla, y golpeó con fuerza a Julián, que murió en el acto. El responsable fue condenado a 12 años de prisión por homicidio.

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