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El estanquero de Ceclavín muerto a puñaladas

En 1985 volvió a Ceclavín un joven que había emigrado con sus hermanos mayores a Barcelona. Regresó enganchado a la heroína, intentando su madre viuda encauzar su vida. El 26 de septiembre estaba desesperado, necesitaba dinero para seguir consumiendo droga y pagar una deuda. Se le ocurrió atracar el único estanco del pueblo. Usó un cuchillo para exigir al estanquero que le diera todo el dinero que tenía. El amenazado se negó y le asestó ocho puñaladas que terminaron con su vida. Cogió unos billetes y huyó campo a través hasta que a los pocos minutos le cogió la Guardia Civil. Dos años después, en el juicio, declaró que había matado al estanquero «sin querer». Fue condenado a 26 años de cárcel